Todo acto de bondad es una demostración de poderío. - Miguel de Unamuno.
***
Melanie había quedado con Nick. Esa misma mañana la había llamado y la había citado para cenar. Al parecer, el director de la campaña quería conocerla, por lo que esa misma tarde se había arreglado con un precioso vestido rojizo, una chaqueta blanca y unas medias negras con ligero. Y así, con esas pintas se había subido al autobús para llegar al centro. Necesitaba mirar un coche de segunda mano. No podía continuar dependiendo del transporte público, no cuando este dejaba de dar servicio poco antes de las doce de la noche y los taxis aprovechaban para incrementar sus precios. Quizá uno baratito. Que no corra mucho. Que la sirva para moverse por la ciudad. Ahora que estaba pudiendo ahorrar con mucha más facilidad lo miraría. Total, si algún día necesitaba deshacerse de él, lo vendería. Porque no era el primero que tenía. Además, tener ese viejo trasto, la haría ganar tiempo a la hora de transportarse, lo que le permitiría tener un poquito más de tiempo para ella...
Se bajó ante la atenta y algunas lascivas miradas de las personas que viajaban en el autobús y caminó durante diez minutos hasta llegar al restaurante, donde Nick la esperaba fuera. Este no era consciente de la falta de transporte que la fémina tenía, de así haber sido, él mismo se hubiese ofrecido a llevarla, pero era algo que ella no había detallado, ni siquiera cuando él le preguntó si ese restaurante y esa zona la venía bien. En realidad, bien lo que se dice bien, no la venía, de hecho, quedaba bastante retirado de su zona, pero aquel no era problema de los hombres con los que se iba a reunir, por lo que se había limitado a aceptar la cita o, mejor dicho, la reunión de trabajo.
—Buenas noches. Estas muy guapa —dijo Nick dándola un casto beso en la mejilla.
—Gracias. ¿Llegó pronto? —preguntó al ver que estaba solo.
—No. Él llega tarde. Vamos, pasemos, le esperaremos dentro.
Melanie asintió, permitió que el hombre colocase la mano en su espalda y la dirigiese al interior del local. Nada más entrar se percató de la elegancia del restaurante. Era primera hora de la noche, pero ya estaba a rebosar. Las mesas estaban iluminadas sutilmente por una vela central, del techo colgaban alguna que otra lampara de araña, preciosas por supuesto y de fondo había un pianista que se encargaba de amenizar la cena. Se repitió así misma, que aquello era algo laboral, pues sabía que entre Nick y ella habían quedado las cosas claras. El hombre apartó la silla y la invitó a sentarse.
Dorian, que casualmente estaba reunido con Gardenia y con uno de sus clientes, se percató de la espectacular entrada de Melanie al local. Estaba preciosa. Su cabello caía en delicadas ondas sobre sus hombros, el vestido se ceñía hasta su cintura para después abrirse en una preciosa falda que generaba un vuelo continuó. Una vez más, intuyó que ella intentaba esconder esa delgadez de la que él la otra noche había logrado percatarse. Cerró la mano al ver su compañía. ¿Qué hacía allí? Suspiró dispuesto a ignorar esas voces que le hablaban y le animaban a incorporarse y correr a su mesa, simplemente para saludar, pero falló en su intento. Cuando quiso darse cuenta, se había puesto en píe ante la atenta mirada de su empleada y su cliente.
—¿Me disculpan un momento?
—Claro.
Caminó inseguro hacía la mesa de Melanie, pensando en que debía controlar sus modales, debía comportarse como el caballero que era y no como en el gilipollas en el que últimamente se comportaba. Cuando estuvo más cerca, vislumbró que, en la superficie, había un cubierto más, que por ahora estaba vacío. Había un invitado más, eso estaba claro. Especuló que quizá pudiese tratarse de su hermana Kiara, pues que él supiese, era la única persona que tenían en común y de ser así, estaría enormemente agradecido, pues Briona le había contado el percance que su hija había tenido, pero esta no contestaba las llamadas. Incluso había pasado a verla, pero no la había hallado, ni en la oficina, ni en su casa, por lo que verla allí, sería conciliador. Se aproximó a la mesa y por fin obtuvo la atención de la fémina, que comenzó a boquear cual pececillo sediento.
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Bailando con el perdón | Erótica + 18 | Parte 2/4 Completa ✅
RomanceMelanie decide reconducir su vida y olvidarse de Dorian Moore que ha huido tras confesarle su amor. Sin embargo, el abogado se encuentra en una encrucijada difícil de aceptar... Semanas sin verse, semanas evitando el fortuito encuentro hasta que i...