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Hoy y todas las noches que falten.

Nyx

Becca carraspea la garganta al vernos, se tensa y cruza los brazos.
Venus me mira exasperado y deja caer sus manos, las coloca en sus bolsillos al girarse.

-¿Qué quieres?

-Necesito los nuevos libros de cuentos.

Venus permanece en silencio en tanto la pelirroja toma la caja. Antes de subir las escaleras nos dedica una última mirada, sus ojos verdes cargados de fastidio e irritación.

Maldigo mentalmente al percibir el cambio en el ambiente por la interrupción de Becca.

-Creo que debería volver al trabajo.
-expreso dubitativa.

Venus pasa la mano por su cabello café, en señal de frustación y asiente. Pero me mantengo en el mismo lugar esperando sus indicaciones.
Sonrío al ver que me observa con el ceño fruncido, sin saber porqué aún sigo aquí.

-Venus, estoy esperando tus órdenes.

-Esta es una de esas ocasiones en las que olvido que soy tu jefe.

Divertida, agito mi mano en un gesto sin importancia e inicio a subir los escalones.

¿Por qué no intentó besarme de nuevo?
¿Acaso se arrepintió? Posiblemente, ¿Quién no se arrepentiría al ver a esa hermosa pelirroja?
Lanzo todas esas preguntas a un rincón de mi mente y suspiro. Al fin de cuentas él pretendió besarme y tuvimos una cita.

Han pasado ocho horas, ordenando miles de libros, atendiendo a los usuarios sobre información general, que tipo de libro buscan y llevando un registro de cada libro que entra y sale de la biblioteca.

Descanso por unos minutos; miro más allá del cristal, observando a cada persona que pasa, las hojas cayendo de los árboles y como se oculta el sol entre las nubes.
Distingo a Beth en medio del gentío y recuerdo su manera de reaccionar al verme entrar a la habitación de Gian.
Un indicio de furia empieza a brotar pero, sé que no vale la pena.
Su cabello rubio atado en una cola alta.
Lleva puesto un vestido corto, bermellón, de tirantes delgados y en su mano carga un blazer negro. Tacones plateados a juego con su bolsa y sus labios en un rojo intenso. Percibe mi mirada, porque gira su rostro hacia mí, sus ojos celestes me miran con diversión, me brinda una sonrisa viperina y sigue su camino. Resoplo y regreso al trabajo.

Al marcar las 9:00 p.m tomo mis cosas, me despido de Kaedy y cierro la biblioteca. Diviso a Venus frente a Letters Nook, inclinado en la parte delantera de su auto.

-¿Me llevarás a casa hoy también?

-Hoy y todas las noches que falten.









Lluvias de Octubre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora