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Esquí

Venus

-Por eso te fascinan los libros.

-Nyx, no veo que cumplas tu función.

-¿Cuál es mi función según tú?

-Defenderme de Green.

-Jefe puedes defenderte de mí, tú solo.

-Tenemos la misma profesión, no sé de qué hablas.

-Debiste de haberlo visto en la pista de hielo, se caía cada 5 segundos.

-Apuesto todo a que solo pasó tomado de la barra.

-¡Sí! -se ríen lo más alto posible.

-Sigo aquí.

-¿Dónde? -cuestiona Green.

-En el suelo. -responde Nyx y seguido a esto ríen o lloran, no lo distingo.

-Otro comentario más y las despediré a ambas.

Guardan silencio por un minuto y parecen recordar los vínculos sociales que poseen respecto a mi persona.

-Soy tu novia.

-Y yo tu amiga de años.

-Eso no lo impediría.

-Te quedarías sin novia.

-Y sin tu amiga de años.

-Quedaría Becca. -declaro firme. En cuestión de tres, dos, uno...

-Nos callaremos. -dicta Green.

-Eso no me afecta.

-Ah cierto, resolviste las cosas con Becca.

-Contrataría a Beth, en tu lugar.

Me observa más tiempo del que quisiese, hasta llego a pensar que le está dando un derrame cerebral, pero respira y toma con más fuerza de la debida los bastones.

-Tregua.

-Decepcionante Nyx. -expresa Green al negar con la cabeza y avanzar entre la nieve.

Luego de esa catastrófica actividad caigo exhausto sobre las sábanas rosa malva del hotel donde nos hospedamos. El viajar a casa, ida y vuelta en un solo día sería algo que no toleraría.

Green se encuentra en la habitación de al lado, hasta acá puedo oír su voz desafinada.

-Tomaré una ducha.

-De acuerdo, iré a conversar con Kaedy. -deposita un suave beso sobre mis labios.

Tomo una toalla blanca del estante, al estar dentro del baño y la cuelgo sobre una pieza de metal, colocada fuera de la ducha.
Deslizo la puerta de cristal y permito que el agua tibia caiga sobre mi cabeza.

Salgo de la ducha con la toalla envuelta en mi cintura y tomo de mi equipaje lo que olvidé llevar al baño, entre eso una gabardina marrón y una bufanda azul.

Giro las llaves de la habitación en mi dedo índice y cierro la puerta con la otra mano.
Elevo los nudillos a la puerta contigua pero me detengo al oír los murmullos que se escapan de la hendija.

-¿Planeas quedarte en Ealing toda tu vida?

-Encontraré algo aquí.

-Tienes futuro, no puedes limitarte.

-No sería capaz de dejar a Venus, mucho menos ahora que es dueño de la biblioteca.

-No puedes ocultarle a él lo que sucede.

-Kaedy...

-No puedo creer que dejes ir otra oportunidad.

-¡No estaría en un sitio fijo! Sí, me voy a París, en el mejor de los casos encontramos una solución pero aún así, cada vez tendría menos tiempo... Confeccionando, todo lo que conlleva eso, y moviéndome a pasarelas.

-Es la segunda propuesta que te hace.

-Y la segunda que rechazaré.

-Venus encontraría una solución si le dijeras.

-¡Venus tiene una vida aquí! Su familia, sus amigos, su biblioteca. No lo obligaré a marcharse conmigo y adaptarse a otro ambiente.

-Una relación a distancia.

-Sabes que eso no funciona Kaedy.

Expulso el aire por la boca y cuando el silencio se extiende en la habitación, golpeo la puerta con los nudillos y la empujo despacio.

-Las llevaré a cenar. -comunico con mi mejor sonrisa.






Lluvias de Octubre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora