Problemas...
Nyx
Venus cae al suelo por... No lo sé, ¿vigésima vez? Y me observa desde ahí, sentado con los brazos cruzados.
-Está bien, reitero lo que dije hace dos semanas.
-¿Sólo eso?
-Admito que es un deporte complejo, es difícil mantener el equilibrio y no es solo mover los pies.
-Eso está mejor señor Kane.
-Cada vez que me dices señor siento que me sale una cana.
-Mira todas las que me han salido por cada vez que te has caído. -declaro señalando mi cabello.- Y no me he quejado.
-Señorita Wortendyke, ¿podríamos irnos de una maldita vez? Mi trasero empieza a doler.
-Te seguirá doliendo.
-¿Qué? No pienso quedarme más tiempo aquí, me empiezo a congelar.
-Si sigues sentado sobre el hielo, por supuesto.
Se pone de pie con dificultad y toma la baranda. Da cinco pasos y al sexto vuelve a caer.
-Al menos llegaste al quinto.
-Eso no me motiva.
-Iré al camerino, toma un descanso.
-Sí entrenadora.
Encuentro a Venus sentado en la banca al llegar, por lo que lo felicito sarcásticamente.
Pero él no responde, solo me dedica una leve sonrisa.-¿Qué pasa?
-No es nada, hace un momento llamó la diseñadora. Quiere saber tu respuesta pronto porque se irá de viaje. -pronuncia entre dudas.
Me mantengo en silencio, es poco probable que la señora Dubois le haya dicho sobre que era. Venus no debe saberlo, imagino cómo se pondría y me haría aceptar.
-De todos modos había pensado en rechazar su propuesta.
-¿Rechazarla? ¿Acaso no favorecerá tu carrera?
-No te preocupes, conseguiré otra mejor.
Al fin de cuentas fuiste tú quien me dijo que no debo de dudar de mi capacidad.No parece iracundo, sino ensimismado.
No lo culpo si estuviera molesto, es posible que yo lo estuviera si los roles se invirtieran.Un incipiente dolor se cala en mi cabeza durante el camino a casa. Eso me confirma que tendré una fuerte migraña. Estoy en problemas, y no solo por la migraña.
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Lluvias de Octubre
Romance·Primer libro de la Bilogía Cambios. Tras su ruptura, Nyx promete no volver a abrir su corazón. Enfocarse en su último año de universidad y buscar un nuevo trabajo. Pero, unos ojos esmeraldas le hacen romper su promesa.