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Deja de meterte en problemas

Nyx

Grito al sentir el metal caliente tocar mi mano. El recuerdo de esos ojos verdes esmeralda están causando un revuelo en mi mente.
Sacudo la cabeza y me obligo a omitir cualquier pensamiento de ese chico.
Acabo de sufrir una ruptura, necesito concentrarme en mí.

Ayer después de llegar a casa, ví una película y dormí temprano.
Hoy es mi último día de descanso, mañana regreso a la universidad y estaré de nuevo ocupada planificando mis diseños.

Cada vez que tengo un espacio libre en mi agenda, elijo algún lugar por conocer. Algunas ocasiones iba con Gian y otras, solo con mi presencia era suficiente, aún sigo manteniendo eso.

Veinte minutos más tarde, me decido por un museo de arte y compro una entrada por internet.
Me envuelvo en una toalla luego de una ducha en la tina y seco mi cabello después de peinarlo. Recojo mi cabello en un impecable moño y busco el vestido adecuado.

Selecciono un vestido azul rey, de satín, el cual hace resaltar mi blanca tez, con cinco dedos arriba de la rodilla. Tirantes delgados, atados por detrás del cuello y con el escote drapeado. Tacones peltre, no muy altos, solo para sumar elegancia y busco algunos accesorios. Un collar de perlas y el conjunto de sus aretes.
Escojo una cartera del mismo color de mis zapatos y me realizo un sutil maquillaje.
Cuando el reloj marca la una, salgo del departamento y cinco minutos después, me encuentro en un taxi.

Al llegar a la entrada miro las columnas griegas, de tipo corintias. Cruzo el umbral y observo su interior. El piso es de cerámica de color negro y blanco. Miles de esculturas en sus pedestales. Pinturas, fotografías, dibujos, grabado y arte decorativo.
Camino a través de las salas, observando las obras. Me direcciono a ver una bella pintura, cuando alguien me hace tropezar, dejando caer mi cartera.

-Lo siento. -expresa el chico, provocando un dejavú.

-¡Lo siento! -exclama el chico.

-¡No hacen falta más disculpas! -grito.- suficiente por hoy. -pronuncio para mi.

Él toma mi cartera y cuando nuestros ojos se encuentran, quedo atónita.
El bombón de la biblioteca. Al darse cuenta que soy yo, cambia su expresión.

<¿Cómo no me di cuenta que era él?>

Luce un pantalón negro de vestir, zapatillas del mismo color y una camisa blanca, de mangas largas. Con los primeros tres botones sueltos, dejando a la vista parte de su tatuaje.

-Señorita ¿Tomará su cartera? -manifesta con ese tono inhospitalario.

-Sí, gracias. -pronuncio con lentitud.

Volteo y me dirijo con paso seguro a otra sala.
Al hallar mi celular en la bolsa tomo algunas imágenes de los lugares que captan mi atención, por su armonía y equilibrio.

-¡Oye! -grito y comienzo a correr hacia el hombre que robó mi teléfono, pero es inútil con estos tacones.- ¡Tomó mi teléfono!- exclamo para que alguien me ayude o reporten a los guardias.

Me despojo de los tacones antes de perder al hombre de vista y los coloco en una esquina del salón, al igual que mi bolso, prácticamente vacío.

Corro lo más rápido que puedo pero no soy buena en esto. Otro chico pasa corriendo junto a mí, lo prisiona a una pared y le exige devolver mi celular. Pero, el hombre niega e intenta apartarse del agarre. Por lo cual, el chico mira a su alrededor e indica a alguien que se aproxime. Él quita el teléfono de la mano del hombre, en un arrebato y los guardias se acercan y se llevan al hombre al exterior.

-Deja de meterte en problemas. -bufo.

-No es mi culpa que intentarán robarme. -el hombre de ojos esmeralda entorna los ojos y me extiende mi teléfono.

-Gracias, de nuevo.

Regreso al sitio en donde dejé mis zapatos y me los coloco, sujeto mi cartera y ruego al cielo que no ocurra nada más.
Después de marcharme del museo, caminé alrededor de un lago y posterior a eso, fuí a un restaurante. Y agradezco en estos momentos mis esfuerzos, los cuales me brindaron una beca de excelencia.
No es suficiente para todos mis gastos así que espero encontrar pronto un trabajo.

Llego a casa y lo primero que hago es desprenderme de los tacones. Posteriormente, me deshago del maquillaje y me tomo una ducha.
Escucho mi teléfono sonar así que cierro la llave y salgo de la ducha.

-Buenas noches ¿Nyx Wortendyke? -interroga una chica.

-Buenas noches ¿Sí?

-Hablamos de la biblioteca Letters Nook, consideramos su información y nos gustaría trabajara para nosotros.

-De acuerdo, genial. -menciono con un atisbo de emoción.

-Mañana puede asistir en cualquier momento del día para indicarle su horario, respecto el cual se ajuste a sus estudios.

-Allí estaré.


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Me divertí escribiendo este capítulo, espero les guste.
Xoxoxo.

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