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Siempre

Nyx

Quedo ensimismada en el traje que he confeccionado. No diré que "parece que no lo hice yo" porque sé mi capacidad pero, es sorprendente.
La última semana he estado hallándole defectos; transformé las bolsas traseras del pantalón y agregué una franja color negro, dejando la mitad de los bolsillos en tornasol.

Venus aún no se lo ha probado, aunque no cambia muchas las cosas, son solo los bolsillos. Lo que me genera incertidumbre, son sus emociones respecto al desfile.

<¿Estará nervioso? ¿O no le preocupa la ocasión?>

-Ya deja de observar a ese maniquí. -declara, atravesando el umbral de mi habitación.

-No miro el maniquí, sino el traje.

-Has modificado tu confección unas cinco veces esta semana.

-Una. -expreso hastiada.- Solo una vez Venus.

-Una, cinco. ¿Cuál es la diferencia? El punto es que lo modificaste.

-Necesito que esté perfecto.

-Lo está, te lo aseguro Nyx. -pronuncia en tanto me rodea por detrás.

-¿Qué hay de tí? ¿Cómo te sientes?

-Ya veremos mañana. -besa mi sien y deja caer sus brazos. El frío regresa súbitamente, al no sentir su cuerpo junto al mío.

-¿Qué haces?

-Me lo probaré.

-¿De nuevo?

-Sí, si eso te hace sentir segura.

Me hace sentir segura ver el traje en él. Siempre que estoy junto a él, me siento cálida y en paz.
Despoja al maniquí de las prendas y camina hacía afuera.

-¡No es como si ya te hubiera visto! -exclamo pero no responde. Solo cierra la puerta tras entrar y me doy media vuelta.

-¡Quédate en la puerta Nyx! -grita luego de 5 minutos. Me pongo de pie y me inclino sobre el marco de la puerta.

Suelto una risita al verlo salir de la bañera.
Cambia de posición cada tanto, imitando a un modelo, o al menos eso cree.
El aire cambia, inicia a caminar despacio y derecho, intachable. Es como si supiera lo que hace, admito que luce sexy y profesional.
Sus ojos esmeraldas se encuentran con los míos y me es inevitable no sonreír.

-Concéntrate lumi.

-Ughh. -corro la poca distancia entre nosotros y me abalanzo a sus brazos.

-No puedes hacer eso en el desfile. -declara al pasar los dedos sobre mi cabello.

-Por supuesto que lo sé, deja de actuar como si fuera tú desfile. -menciono indignada.

-Es hora de dormir. ¿Quieres que me quede?

-Siempre.

Lluvias de Octubre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora