Ha pasado un mes desde que nos dijimos adiós, desde que dejó mi corazón en pequeños trozos.
Lo he pensado cada día y no creo que sea posible olvidarme de esos ojos esmeralda.Aún mi habitación huele a él, mi ropa huele a él, no sé si lo imagino o es cierto, pero sé con certeza que he perdido la cabeza.
Intento no mirar el peluche gigante al lado del espejo porque sé que si lo hago me perderé en lágrimas. Hay noches en las que duermo con él para poder sentirlo conmigo. Hay noches en las que sufro de arrebatos y lanzo el peluche lo más lejos de mi vista.
Aparece en cada sueño, en cada canción. En cada esquina, cada rincón. Lo recuerdo en la lluvia, en un día soleado. En un museo, en un juego de hockey, en una pista de patinaje. Lo recuerdo en cualquier sitio a dónde vaya y he llegado a la conclusión de que no es el sitio, soy yo.
Los trozos de su amor vagan conmigo y siempre lo harán.Inicio abril junto a mi madre, no quise abandonar mi departamento pero tampoco quedarme sola, así que ella me ha hecho compañía estas semanas.
-La maleta no cierra. -expresa mi madre al hacerle presión a la valija.
-Será porque has guardado cosas que no necesito.
Deslizo el zipper y abro el equipaje.
-Esta chaqueta no la uso. -la coloco sobre las sábanas.- Estos zapatos me causan ampollas. -los lanzo al suelo. -Y esto. -hago una mueca al ver un pijama con agujeros.Reorganizo el equipaje, con atuendos necesarios y de mi agrado. En otro coloco accesorios, perfumes, cremas y productos de skin care. Y por último una valija con zapatos de diferentes estilos.
-Hubieras organizado todo tú y así no gastaba mi tiempo.
-Te lo dije pero no me oíste, como siempre.
-Te dejaré para que tengas una siesta antes de irte.
Cierra la puerta y me tumbo en la cama boca arriba. Mi mente inicia a generar recuerdos y entre ellos aparecen las veces que Venus abría la puerta del Mercedes para mí.
Sonrío y una lágrima cae sobre mi mejilla.Nos culpo a ambos, a ninguno y a mí.
Si hubiera sido sincera quizás no estuviera aquí, pero me es inevitable dudar del amor que me tuvo. ¿Me amó tanto que se marchó por eso? ¿O se marchó porque no me amaba lo suficiente?Luego reflexiono y sé que me amaba, que me dejó porque quería lo mejor para mí y que estaría decepcionado si se diera cuenta de mi pensar. Estoy en un bucle, cada día recapacito y cada noche recaigo.
Despierto de la siesta, tomo otra ducha y cuando estoy preparada, y hablo en todos los aspectos, llamo un taxi.
-Iré cada que pueda a tu departamento y lo mantendré limpio.
-Gracias mamá.
-Prométeme ser fuerte.
-La última vez que hice una promesa no pude cumplirla papá.
-Entonces, sé fuerte.
-Lo intentaré.
-Llegué lo más rápido que pude. -declara Kaedy y me rodea con los brazos.
-Gracias por venir.
-No olvides de visitarnos.
-No lo haré.
-Y...
Última llamada para los pasajeros del vuelo 0612 con destino ... , por favor dirijánse a la puerta de embarque.
-Tengo que irme. -los abrazo por preciados segundos y me dirijo al avión.
Dormí en todo el viaje, por todas las horas que no pude dormir. Y al escuchar que pronto aterrizaremos observo por el cristal.
Veo el inicio de la grande ciudad, del cielo rosáceo y las aves en masas.
Bajo las escaleras y respiro el aroma de mi nuevo hogar, de mi nueva vida, de París.
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Lluvias de Octubre
Romance·Primer libro de la Bilogía Cambios. Tras su ruptura, Nyx promete no volver a abrir su corazón. Enfocarse en su último año de universidad y buscar un nuevo trabajo. Pero, unos ojos esmeraldas le hacen romper su promesa.