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Hockey

Nyx

-Tengo una noticia.

-¿Noticia... Buena?

-Para mí lo es, espero que para tí también.

-Ya dime Venus.

-Oficialmente soy el dueño de la biblioteca.

-¿QUEEE? ¡Eso es genial! ¿Cómo sucedió?

-El antiguo propietario me llamó hace unos días, quiere ir al extranjero y planea vivir allá. Además de que, no lo sé, por alguna razón no quiere verse envuelto en nada de este lugar; motivos personales los cuales no me incumben. -menciona encogiéndose de hombros.- No te había dicho antes porque quería hacerlo hasta que todo estuviera hecho.

-Estoy tan feliz por tí, sé lo que adoras este lugar. -expreso al abrazarlo con todas mis fuerzas.

-A mí también me alegra, especialmente la parte de poder escaparnos.

-¿Escaparnos?

-Si antes podíamos hacerlo, ahora con más libertad. Green no puede quejarse.

-No seas injusto, además no aceptaría.

-¿No aceptarías...? -interroga al acercarse.

-¿Cuando he aceptado escaparme contigo en horarios de trabajo? Nunca, bájate de la nube.

-Tú eres la injusta aquí.

Me coloco el gafete para iniciar a trabajar y me alejo de él.

-¡Sí, vete como siempre lo haces! -escucho a lo lejos por lo cual giro y le lanzo un beso al aire.

***

Dentro de unos días tendré que reunirme con la señora Dubois. Estoy emocionada pero a la vez, una sensación se mezcla, no sé identificar que es pero al pensar en Venus se intensifica.

Mi novio me deja en mi departamento y se marcha, tiene asuntos que resolver con la biblioteca, así que al llegar a mi habitación, luego de ducharme, me pongo en busca de algún sitio para visitar.

-¿Partido de hockey o de béisbol?

-No pensé que te gustaran los partidos. -pronuncia Venus del otro lado del teléfono.

-En realidad, no lo sé, solo he visto el fútbol.

-Hockey será.

***

La señorita Collete le fascinó mi diseño, me quiere trabajando con ella, no sin antes realizar una confección que me encargó.
Tengo dos semanas para eso, así que me despreocupo ya que el boceto está realizado.

Me pongo unos guantes azul marino a juego con una bufanda y cierro la puerta tras de mí, cuando Venus se aparca frente a la acera.

-Esto de combinar nuestros atuendos me fascina.

-Eso suena a algo que yo diría.

-¿Qué puedo decir? Me trasmites todo ese asunto de la moda.

Buscamos asientos libres al llegar a la pista de hielo.

-¿Te encanta el partido o algún chico de allí?

-El único chico que me encanta eres tú.

-Diré más cosas así, para que me recuerdes a menudo que te encanto. -resoplo.

-Estaba pensando en que me hubiera gustado ser patinadora artística.

-Te hubiera pedido que me enseñaras el triple axel.

-¿Cómo sabes tú de eso?

-Lo he visto por ahí.

-Primero te hubiera enseñado a patinar.

-¿Piensas que no sé?

-Un bibliotecario patinador.

-Por supuesto, eso podría ser. -río y frunce el ceño.

-¿Tú si dudas de mis habilidades?

-No claro que no, solo que patinar sobre hielo es una disciplina complicada.

-No diría eso, es solo mover los pies y mantener el equilibrio. ¿Qué tan difícil puede ser?






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