Lluvias de Octubre

21

Esencia

Nyx

Observo junto al espejo, el adorable oso polar de peluche y automáticamente sonrío. Quien iba a pensar que un hombre tan intimidante tendría una faceta tan dulce y un gusto exquisito para la cocina.

Termino de ajustar mi cinturón, me coloco el blazer, los tacones negros de punta y recojo mi cabello en una coleta alta. Escucho la bocina del Mercedes así que me apresuro a tomar mi cartera y salir del departamento.

La brisa deja caer las rojizas hojas en una perfecta sinfonía y luego se eleva por el grisáceo cielo.
Observo a Venus inclinado sobre el auto, acomodando las mangas de su camisa.
Su mirada recorre cada parte de mí y al llegar a mis ojos sonríe apaciblemente.
Una sonrisa que hace tambalear el suelo, una sonrisa que por un instante, sentí que el aire a mi alrededor se desvanecía a otro lugar del mundo. Y entonces lo supe, supe que ya había marcado mi vida, que aunque se marchara, parte de su esencia quedaría impregnada en mí. Y me arriesgo, me arriesgo a que destruya cada célula de mi cuerpo, a que me haga trizas y luego intente reconstruirme. Pero también me arriesgo a que me ame, que ame cada rincón de mi ser y me haga sentir una mujer completa y feliz.

Sonrío genuinamente, él no comprende el verdadero trasfondo de mi sonrisa, pero no hace falta si eso lo sé.

Avanzo hasta él y permito que sus brazos me rodeen cálidamente. Besa mi frente y luego desciende hasta mi boca.
Se separa de mí y me mira por unos largos segundos.

-Hay que subir al auto.

-Me quedaré aquí observándote todo el día.

-No puedes observarme si me voy.

-Soy tu jefe, te obligo a quedarte conmigo.

-Exacto Venus, eres mi jefe, me verás todo el día -remarco estás palabras- en el trabajo.

-No lo suficiente, ¿acaso no puedo permanecer aquí admirando a mi novia sin nadie que esté causando molestias? Podríamos dejar el trabajo, entrar a tu casa y...

-Es tentador -lo corto- pero, es nuestro trabajo, no dejaremos que Kaedy se ocupe sola. -beso su nariz y tiro de su brazo.

-Siempre arruinando el momento lumi. -expresa al abrir la puerta del copiloto.

Bajamos del Mercedes, entrelaza su mano con la mía y empuja la puerta de cristal para que entre antes de él.

-Allí vienen mis tórtolos.

-Green, sigue trabajando. -golpeo el brazo de Venus divertidamente al reprender a la morena.

Abrazo a Kaedy y coloco mis cosas detrás del mostrador. Vislumbro a Becca sentada en un sofá en la sala de lectura general y sus ojos ya no se ven irascibles, parecen extenuados, rendidos, mustios.

-Ven al sótano, te enseñaré algo. -dicta mi jefe haciendo que desvíe la mirada de la pelirroja.

-Esta vez pon pestillo a la puerta. -susurra Kaedy al pasar tras ella.

-Te he oído Green. -río por lo bajo y rodeo la recepción para dirigirme al sótano.

Bajamos las escaleras y él camina hacia una vitrina. Toma materiales, un libro en mal estado y los sitúa sobre una mesa de madera.

-Te enseñaré a reparar el lomo dañado de un libro. -expresa Venus al colocar una silla al lado de la mesa. -Paso uno, limpiar el lomo, puedes encontrar restos de hebras o fibras. Harás esto utilizando una cúter. -corta el lomo dañado de los extremos e inicia a remover el material previo.

Luego de unos minutos, al dejar el lomo completamente limpio, deja la cúter sobre la mesa, abre un recipiente con pegamento y unta una brocha.

-Paso dos, aplicar el pegamento. Aplica el pegamento sobre el lomo, dejando un centímetro libre en cada extremo. -asiento- De dos a tres capas de pegamento y dejemos secar unos minutos.

Se acerca y sujeta mi mentón. Nos besamos durante la espera y luego regresa a su lugar.

-Paso tres, cubrimos el lomo con cinta pegol y lo colocamos por dentro de la pasta con ayuda de la plegadera de hueso. -mide el lomo, recorta la cinta y la pega con sumo cuidado.- Luego, cubrimos el papel pegol con otra cinta. -toma la cinta más gruesa, la recorta y la coloca sobre la cinta anterior.- Colocamos pegamento sobre este y pegamos el lomo.- ¿Haz entendido lumi?

-He entendido Venus. -camino hacia él y beso sus labios.