Los Fantasmas De Sawyer||Verónica Sawyer X JD

Capitulo 8

Holaaa, yo por aquí de nuevo!

Recuerden votar y comentar si les gusta la historia.
Espero que el capítulo este a la altura de sus "expectativas"

Que disfruten la lectura, y tenganme paciencia jsjsjs

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Verónica creyó dejar de respirar, su peor pesadilla se estaba cumpliendo. Juntando un coraje que no sabía de dónde había sacado, se acercó a Jane y le dijo suavemente.

-Jane, cariño. Necesito que esperes un rato en aquel sofá ¿Okey? - Jane asintió y se dejó conducir por su madre.

- ¿ Es tu hija Sawyer?- la voz de Heather parecía un cuchillo.

- Si- respondió cortante Verónica.

-¿ Cuántos años tienes, Jane? - JD parecía desesperado.

- No le contestes.

- ¿¡ Que cuántos años Tienes?!

- ¡ Tengo 9!¿¡ Porque todo el mundo actúa tan extraño!?

- Tiene nueve Verónica... - Jason Dean parecía estar a punto de llorar.

-¿ Ma..?- Verónica estaba estática,petrificada. Y Jane no entendía nada, absolutamente nada.

-¿ Ella.... Ella es mi hija?- su voz se iba quebrando a medida que hablaba.

- No,lo siento. Soy hija del novio que mi madre tuvo después de tí, aunque nací cuando mamá tenía 17 ¿ Verdad mamá?

Todos dejaron que una ola de emociones los atravesara. Jane sentía que la miraban con pena y un deje de nostalgia. Vio a su madre cerrar los ojos y a JD soltar un suspiro seguido de una risa que parecía forzada.

- ¿ Mamá?- Verónica le dió una mirada arrepentida a su hija. Una mirada de pena,dolor y superación. Entonces Jane comprendió todo, se había equivocado. Su madre no había tenido un novio además de JD: El fue el único y el último hombre de su vida.

- Jane..

Jane se soltó del intento de agarre de su madre y salió corriendo. Todos eran unos mentirosos. Le habían mentido,engañado. Había buscado a su padre tanto, pero todo fue en vano. El no estaba preso o la había abandonado. Estaba muerto.

No sabía bien hacia donde se estaba dirigiendo, pero sabía que cuánto más lejos fuera, menos la escucharían llorar. Cuando se cansó de correr, simplemente se arrojó al suelo y lloró. Pero alguien le tocó el hombro y se dió vuelta rápidamente:

- Ey, pequeña. Deja de llorar, por favor- pero Jane no podia. JD decidió sentarse a su lado- Vamos cariño, por favor.

-¿ Tu eres mi papá?

JD se sintió extraño y un miedo a afrontar aquella realidad lo golpeó. Pero pudo reponerse y decir entre lágrimas y algo de dicha:

- Si, lo soy. Soy tu padre Jane.

Y con estás simples palabras, la niña se derrumbó en su regazo. Lloro la muerte de su padre, las mentiras y las penas de su madre, el sentirse engañada. Pero también lloró su alegría, la alegría de conocerlo, de poder verlo y tener la oportunidad de abrazarlo. De decirle "papá", detener la posibilidad de contarle sus secreto, sus alegrías, sus angustias. Lloraba todos esos sentimientos que guardaba desde hace muchos años, esos que no podían salir porque eran cobardes. Esas emociones que ni siquiera sabía que tenía. Se desahogó mientras su padre, la persona que la trajo al mundo, la abrazaba con fuerzas y la envolvía en su calor, sin tener la más mínima intención de soltarla.