CAPÍTULO 28

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Llegaron los cazadores a su hogar ya apenas anocheciendo, cada quien se fue a su finca claro que los pilares llegaron juntos, Rengoku decidió ir por sus hijos al día siguiente aunque el omega esta impaciente por verlos.
Ambos ya se encuentran en una habitación, Kyojuro más que nada exhausto pero Giyuu todo lo contrario.

—Ya esta oscuro Giyuu ¿cómo es que tienes tanta energía?— pregunta mientras bosteza el rubio.

—Lo lamento, e-estoy acostumbrado a estar despierto de noche y dormir de día— explica nervioso el ojiazul.

—¡Ohhhh es cierto! Estuviste con demonios, tu ciclo es diferente mmmm ¿qué podremos hacer?— piensa el Pilar de la llama.

—Ah tienes razón es justo eso— se sienta asintiendo el azabache —Ammm podremos  hacer ammm— empieza  a pasar saliva pues ve detenidamente el pecho bien formado de su contrario.

—¿pasa algo? ¡¿Tienes fiebre?!— se levanta preocupado el rubio tocando la frente de Tomioka.

—¡N-no es eso! K-kyo! Espera— intenta abrazar el pelinegro al alfa preocupado pero no lo logra.

—Deja voy por algunos trapos y agua fri- —parándose el ojirojos pero fue detenido.

—Q-quiero otra cosa! Finalmente estar contigo!!— exclama apenado el pelinegro bajando su ropa.

—¡¡AAHH!! GIYUU!!...G-giyuu!...Giyuu~ jaja supongo que hay que ponernos al corriente— se sonroja Rengoku al sentir caricias en su entrepierna por parte del omega.

El rubio vuelve a sentarse junto al pelinegro y empiezan a besarse para después entrelazar sus lenguas con breves pausas donde se logra ver un hilo de saliva entre ellos. Tomioka empuja al alfa y parte desde su cuello hasta su entrepierna dejando un rastro de besos, baja la ropa que cubre su creciente miembro dejándolo ver, erecto y palpitante así que lo toma con sus manos y lo introduce a su boca, succionando y masturbandolo al mismo tiempo.

–A-ah~ Giyuu~ mierd*~ — jadea el rubio excitado mientras piensa —<esperé tanto por este momento>—.

El azabache aumenta de intensidad y velocidad, ve la respiración de su alfa alterarse e incluso enroscar los dedos de sus pies un claro aviso que no tarda en terminar así que sigue comiéndose su miembro erecto hasta que el mismo rubio toma su cabeza y la hunde perforando su garganta y acabandone esta haciendo que se trague todo el líquido espeso, avergonzado voltea a ver al pelinegro pero él simplemente disfruta con ojos llorosos el acto aún sin sacárselo de su boca.
Kyojuro lo separa de su pene que de nuevo vuelvo a ponerse erecto y coloca a Giyuu de rodillas como muchos lo dirían simplemente lo puso en cuatro, admira todo ese paisaje que le da el ojiazul, sus muslos pálidos perfectos, una espalda bien curvada dándole su culo suave que igual se ve su entrada rosa, ante sus ojos algo hermoso y delicioso... así que con firmes manos separa su trasero dejando ver más esa linda entrada y comienza a lamerlo hasta el punto de meter su lengua y retorcerla dentro haciendo gemir al omega, después de unos minutos de lubricar muy bien esa zona, el rubio se levanta y toma su miembro rozando y frotando suavemente la entrada.

—<juro que voy a eliminar cualquier rastro que tocó ese idiot*...¡¡¡ese maldito estuvo comiendo lo que me pertenece, lo que es mío!!! >— piensa el pilar Rengoku con coraje y algo de enojo.

¿Coraje? ¿Enojo? ¿Eso sería algo malo en ese momento de sex* para el omega? ¿O es algo muy bueno?

—¿K-kyo?...¿p-pasa algo?—siente el repentino cambio de actitud del alfa así que Tomioka le cuestiona y se voltea para verlo —¿eh? — pero queda en shock cuando ve una mirada intimidante del rubio.

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