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 Las lágrimas empañaban sus ojos, mientras intentaba quitarlas de manera brusca, para mirar el camino solitario de la ciudad

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Las lágrimas empañaban sus ojos, mientras intentaba quitarlas de manera brusca, para mirar el camino solitario de la ciudad.

—Iré a dejarte a casa ¿Esta bien? —preguntó el castaño, deteniéndose cuando el semáforo cambió a rojo

Jimin asintió, para después desviar la mirada, intentando que el contrario no notará su estado de ánimo.

—No es necesario que lo hagas—dijo al notar su acción—Llorar es algo que todo el mundo hace alguna vez—comentó avanzando cuando el semáforo cambió a verde— Pero puede asegurarte que aún así, ninguno sigue viéndose tan lindo como tú

Jimin al escuchar lo último dejó escapar una pequeña sonrisa, mientras regulaba su respiración. El resto del camino fue silencioso, debido a que no sentía demasiadas ganas para hablar. Y Jackson no deseaba presionarlo por ahora, esperaría a que se encontrará mejor para que le explique lo que pasó.

Jackson se detuvo para estacionarse cerca de su edificio y saliendo primero del auto, le abrió la puerta al contrario para que hiciera lo contrario.

—Gracias... —musitó abrazándose a si mismo debido al frío

El castaño al notarlo, estuvo a punto de darle su chaqueta, no obstante fue detenido por el más bajo, debido a que se encontraba cerca de su departamento y podría abrigarse al entrar.

Caminaron nuevamente en silencio hasta su piso, quedando finalmente frente a la puerta, pero sin saber aún exactamente que decir.

—¿Quieres entrar? —le preguntó el más bajo mostrándose tímido

Jackson sonrió, pero tuvo que negar al tener algo importante que hacer. Namjoon lo había llamado y debían solucionar un problema esta misma noche, por lo tanto, no podía quedarse.

—Lo siento, de verdad no quiero dejarte así, pero se lo prometí a mi hermano—respondió mostrándose honesto

—Lo entiendo...

—Pero vendré mañana—continuó rápidamente—Para poder hablar sobre lo que te pasó...

El pelinaranja sonrió y asintió ante su propuesta, la verdad era que no quería estar solo. Pero tampoco podía obligarlo a quedarse, mucho menos cuando tenía algo importante que hacer.

—Jimin—pronunció acunando sus mejillas—No se la razón de tus lágrimas, pero créeme que nada vale tanto la pena, como para que alguien tan valioso como tú este así—dijo dejando una pequeña caricia—Descansa y mañana vendré a verte, prometo llevarte a un lugar de tú agrado, para poder hablar—añadió

Casi al instante de que terminara de hablar, Jimin lo abrazó fuertemente, diciéndole mediante aquella acción, lo agradecido que estaba por su trato con su persona. Después de un beso en la mejilla, Jimin ingresó al interior observando como el contrario desaparecía por el ascensor.

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