VIGÉSIMO SEGUNDO ACTO

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[...] Es por eso que he de pedirle su comprensión y asistencia en lo que a continuación, le diré. Mi hijo no puede quedarse más en Halfenaked. Necesitamos, por el bien de esta sociedad caída en pedazos, la integridad sana y salva del futuro líder de nuestro Clan: Envié con premura a Kim Taehyung a casa y de ser posible, con la mayor discreción que usted pueda darle a la situación. Mi alfa y yo le estaremos eternamente agradecidos.

Atte. Omega Kim.

( メ )

Hoseok observó a Taehyung fotografiando las ruinas de Halfenaked. Le habían mandado a registrar cuidadosamente las pérdidas materiales para acudir al apoyo de las autoridades correspondientes. Quizás ese enfrentamiento cercano a la destrucción masiva de esos salvajes, no había resultado tan violento como se imaginó en un primer instante, pero algún beneficio se podía obtener si se exageraba un poco. Por otra parte, debía aceptar que no había comparación con alguna experiencia cercana a ello. Hoseok pudo recordar durante muchas noches el ruido a ciegas de sus bramidos, el olor de la sangre que arrastraban bajo sus patas y los gritos de aquellos a quienes tomaron como rehenes, escalofriantes.

—Taehyung —le llamó, le pidió que se acercara hasta él y el otro, obediente como nunca, lo único que tardó fue lo que le llevó llegar hasta él —Vamos a curarte esto.

Hoseok señaló su brazo, una herida transversal que había dejado de gotear hace mucho, producto del ajetreo después del evento, le pintaba el brazo. Taehyung se había alejado de todo lo que ocurría a su alrededor una vez tomó su cámara, que últimamente parecía abandonada, y eso incluyó su propia herida. No obstante, Hoseok sabía que no era por un desinterés real hacía los eventos; Taehyung pensaba las cosas al punto de que no podía estar en ningún sitio, ni siquiera con él, que en cuanto pudo, no quiso volver a separarse de su lado.

Algunos alumnos habían resultado más que solo heridos. Un descuido quizás; la mala suerte de estar justo donde los salvajes iban a catalizar una atención plena y ansiosa. Hoseok hizo lo suyo brindando primeros auxilios y hasta entonces, pasadas dos horas de arduo trabajo, pudo tener toda su atención sobre Taehyung, quien se rehusó a atenderse en primer lugar diciendo que no era tan grave.

Se alejaron del campo abierto del jardín en donde los profesores habían reunido a todos por igual para poder tener un control total de la comunidad estudiantil. Uno de los jardínes que, vale la pena aclarar, no había sido aterrorizado con fuego.

—¿No hay nadie grave, cierto? —Taehyung no tenía otra cosa en mente, se relamía los labios cada que podía.

—Eso ya está dicho Taehyung. Todos estamos bien, en verdad —Hoseok le miró con insistencia.

Taehyung no quiso poner en duda la palabra de Hoseok, pero ninguno de los dos negó el trabajo inmenso que hizo para aceptarlo. Hoseok envolvió la venda en el sitio de la herida y ninguno dijo nada hasta terminar.

—¿Qué sucede? —A Taehyung ya no le sorprendía que Hoseok intuyese tan bien todo lo que sucedía con él. El trabajo resultaba ser otro: él mismo.

—Han desaparecido quince alumnos, ¿qué vamos a hacer?

—Algunos directivos no querían hacer escándalo así que pensaron buscarlos por cuenta propia, pero el profesor Min los ha convencido de que dieran aviso a las autoridades correspondientes —Una sugestiva mirada antes de que Hoseok continuara —Mandaron una carta a tu padre... y al líder Park.

—Esto no le va a gustar a nadie —La voz de Taehyung tembló —Se acabó, Hoseok. Mi padre... él, no va hacer nada. En todo este tiempo no han hecho nada para impedir las sublevaciones, ¿crees que por quince lobos de aquí moverán un solo dedo?

INMORAL 狼; HOPEVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora