ruido blanco

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POV. ALBA

- Buenos días.- Dije apareciendo por la puerta saludando a la madre de Natalia.

- Buenos días Alba, ¿Cómo has dormido?- 

- Bien, aquí em las noches refresca un poco, no como en Barcelona.- 

- Un punto a favor a Pamplona entonces.- Dijo su madre riendo. 

- La verdad es que sí. ¿Sabes donde está Natalia?- 

- Se ha ido a correr, ya la conoces.- 

- No puede estarse quieta.- Dije riendo. 

- Buenas.- Dijo su padre entrando en la cocina con una bolsa de la compra. 

- Buenos días.- Le dije sonriendo. 

- He ido a comprar cuatro cosas, y leche sin lactosa.-

- Ai, muchas gracias.- Dije sonriendo tímidamente. 

- ¿Te gusta el café?- Me preguntó su padre. 

- Si.- 

- Pues ahora te hago uno.- 

- No hace falta, que me sabe mal.- 

- Anda mujer.- Dijo su padre riendo. 

- He hecho estas madalenas sin lactosa, a ver si te gustan. Aún están un poco calientes.- Me dijo su madre. 

- Seguro que están buenísimas. Oye quería hacerte una pregunta.- 

- Dime.- 

- Hoy quería hacer delicias de Elche para llevarlas a la cena, y quería saber si me dejabas la cocina un rato.- 

- El que tu quieras, pero con la condición de que me enseñes a hacerlas.-

- Las podemos hacer juntas si quieres.- Dije y al instante me arrepentí. 

Que vergüenza. 

- Nada me encantaría más.- Dijo su madre sonriendo mientras el padre de Natalia me daba la taza de café.

- Muchas gracias.- Dije sonriendo. 

- Hola.- Dijo Elena apareciendo en la cocina, más dormida que despierta. 

- Buenos días.- Le dije. 

- ¿Y Natalia?- Preguntó. 

- Ha ido a correr.- Dijo su madre. 

- Alba.- 

- Dime.- 

- ¿Podemos ir a dar un paseo en bici?- ME preguntó Elena. 

- ¿Con Natalia?- 

- Nono, tu y yo.- 

- Ah vale, si quieres desayunamos y vamos.- 

- Vale.- Dijo Elena sonriendo y cogiendo café. 

- Déjale tu bici a Alba y coge tu la de Natalia.- Le dijo su padre. 

- Que coja ella la de Natalia, así si le pasa algo a la bici Natalia no se va a enfadar tanto.- Dijo Elena. 

- Que lista eres tú.- Dije riéndome. 

- Ui es que Natalia enfadada da pánico.- Dijo su madre. 

- Nunca la he visto enfadada como tal.- 

- Que suerte.- Dijo Elena. 

- Procura que siga así, y si se enfada algún día tu corre sin mirar atrás.- Dijo su padre. 

- Buenos días.- Dijo Santi apareciendo por la puerta. 

pequeña gran revoluciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora