la historia del hombre que podía volar pero no sabía como

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POV. NATALIA

Los días pasaban y Alba y yo seguiamos igual de distantes, si no era por ella era por mi.

Y odiaba estar así, en un constante tira y afloja.

- Ui que mala cara traes.-

- Cállate María.-

- ¿Que te pasa?-

- Que echo de menos a Alba.-

- De verdad que me váis a matar. Habla con ella coño.-

- ¿Crees que es lo mejor?-

- Sé que no le quieres decir que te gusta y lo respeto, pero dile que la echas de menos y que quieres volver a como estabais antes.-

- ¿Sabes donde está?-

- Creo que me ha dicho que se iba a ver el atardecer a un mirador o algo así. Si es que hasta le has pegado tu obsesión por los atardeceres.-

- Gracias.- Dije dandole un pico y saliendo corriendo.

- PERO BUENO NATALIA.- Escuché a María gritar y reír mientras me iba.

- TE QUIERO.- Le dije dándome la vuelta pero sin dejar de correr.

Cogí el coche y me fui al mismo mirador de siempre, nuestro sitio.

Y al llegar ahí estaba, de espaldas, sentada en la hierba.

- Hola.- Dije sentándome a su lado.

- ¿Que haces aquí?-

- Quería verte, y estar contigo a solas.-

- Ya no me acuerdo de estar a solas contigo.-

- Ya, y no me gusta eso.-

- Te escucho, que sé que vienes con el discurso preparado.- Dijo Alba riéndose.

- Ya me conoces eh.-

- Un poquito.-

- Bueno, a lo que iba. Que no me gusta estar así, llevábamos como dos meses así. Quiero volver a antes, a cuando éramos Nat y Albi, que cenaban juntas viendo películas, se contaban las cosas, que veníamos juntas aquí a ver el atardecer, que quedabamos para desayunar. A la Nat y la Albi que se daban abrazos aunque a una no le gustaban mucho, a as que tenían una complicidad. Fuiste la primera persona con la que realmente me abrí del todo, más que con Miki. Yo te consideraba como una mejor amiga o lo más parecido, aún estoy aprendiendo a tener amigos. A día de hoy, me sigo sintiendo sola, aunque sé que estáis todos vosotros, pero contigo me sentía menos sola porque es con quien hablaba y me dejaba conocer. Y si te has cansado de mí de verdad que puedes decirmelo, no serías la primera persona, o si he hecho algo mal, o no sé, no puedo dejar de pensar en el porque de todo. Te echo de menos Alba.- 

- Pero Nat...- Dijo Alba sentandose entre mis piernas y apoyandose en mi. 

- Lo siento.- 

- No, lo siento yo por haberme distanciado, no sé porque lo hice porque no ha servido de nada, sólo de que las dos lo pasemos mal. Yo también te echo de menos.- 

- ¿De verdad? ¿Seguro que no te has cansado de mí?- 

- Claro que no.- Dijo Alba sonriendome y dandome un beso en la mejilla. 

Un beso que hizo que las mariposas de mi estomago montaran una fiesta en un yate privado. 

- Menos mal.- Dije abrazandola fuerte desde atrás. 

- ¿Quieres que cenemos juntas hoy?- 

- ¿Lo dices tu por el grupo?- 

- No, tu y yo.- 

pequeña gran revoluciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora