—¿No lo ves un poco raro?— preguntó Tenten a Sakura, mientras ambas observaban a Sasuke recoger las mesas y llevar con facilidad tres bandejas en sus brazos.
—¿Raro en qué sentido?
—No sé, al moverse. Es como si sus gestos fueran más precisos y cuidadosos— recibió un mirada de extrañeza y se encogió de hombros.
—Yo lo veo igual que siempre— respondió severa.
—Uhh... alguien está molesta— canturrió la cajera y luego ambas observaron como Sasuke dejó todo en una mesa y sacó su teléfono del bolsillo, para después sonreír amplio.
—Ya me voy— anunció animado, terminando de dejar las bandejas con platos en la barra, a un lado de Sakura. Luego se quitó el delantal y le dió un beso rápido en los labios.
—Recuerda que me prometiste hablar con Namikaze— recordó la chica y él asintió apenas, le sacudió la mano a Tenten y dejó la cafetería.
No sabía como abordar el tema con Naruto, pero había decidido hacerlo al final de la noche, para no pasar todo el rato incómodo si era reprendido. Suspiró mientras atravesaba la puerta de salida del centro y lo vió dentro de un taxi. Olvidando el mal momento que estaba destinado a pasar, corrió hasta él y se metió en el auto, para después arreglarse un poco el cabello.
Era la primera cena que tendría en casa ajena, y a pesar de que había comenzado a entablar una relación fuerte con Naruto como su pupilo, se sentía ansioso y esperaba no meter la pata. Se había puesto su mejor ropa y los zapatos más decentes que tenía; incluso, aunque no era su costumbre, se perfumó antes de asistir a su turno de la cafetería. Naruto al parecer lo notó, pero su única reacción fué una sonrisa burlona que lo hizo ganarse un empujón en su hombro.
—¿Por qué estás tan nervioso?— preguntó al fin.
—Voy a conocer a tu hermana, y me preocupa no agradarle. Ella sabe todo lo que estás haciendo por mí...
—Ah, puedes estar tranquilo. Que te esté entrenando en gran parte se lo debes a Marian.
—¿De verdad?— preguntó sorprendido.
—Sí, es como un grano en el trasero cuando se lo propone— rió —Mas bien me preocupo yo, de que no me avergüence delante de tí— Sasuke exhaló un poco más aliviado e hizo el resto del viaje en silencio.
Miró con atención a su alrededor cuando se bajaron del auto delante de una enorme casa con verja de hierro forjado. Solo tenía un nivel, pero se veía muy lujosa. Arregló las mangas de su camisa mientras Naruto abría la reja y luego lo siguió hasta la puerta. Justo antes de meter la llave, ésta se abrió y una mujer rubia y sonriente salió a recibirlos.
—¡Ya llegaron! ¡Qué bien!— exclamó y luego, sin más, abrazó a Sasuke, haciéndolo sonrojar. Naruto suspiró y tiró del brazo de su hermana para que lo soltara —Estoy muy feliz de conocerte al fin.
Sasuke abrió levemente los labios de manera inconsciente al notar que tanto sus ojos azules como gran parte de sus facciones, eran idénticas a las de su entrenador. Naruto le cerró la boca con un golpecito en su mandíbula.
—Somos gemelos— señaló.
—Oh, eso lo explica— balbuceó apenado —Gracias por invitarme, señorita.
—Ay no... Marian, Sasuke, dime Marian— exclamó ella y lo tomó del brazo para guiarlo al interior.
—Oye, yo fuí quien te invitó— reclamó Naruto mientras cerraba la puerta y los veía alejarse.
❄︎ ❄︎ ❄︎
❄︎ ❄︎Con una sonrisa en los labios veía a ambos hermanos discutir por nimiedades o burlarse uno del otro, en un ambiente familiar desconocido para él, pero realmente acogedor. Marian era despampanante, desbordada seguridad, pero no pudo evitar pensar en que esa sonrisa tan amplia era igual a la de Naruto. Lo hicieron sentir muy cómodo, y pronto olvidó la formalidad con la que debía comportarse y comenzó a actuar natural; riendo de sus chistes y hablando con confianza.
Al terminar de comer, ella se puso de pie con un golpe de sus manos sobre la mesa y ambos la miraron.
—Bien, a trabajar— exclamó.
—Puedo recoger la mesa y lavar la vajilla, tengo mucha experiencia— mencionó Sasuke y ella lo miró extrañada.
—¿Quién va a fregar? Eso le toca a Naruto después— rió y le indicó que la siguiera.
Atravesaron un largo pasillo y tras pasar varias puertas se internaron en una especie de taller. Habían dos máquinas de coser y muchos percheros de barra con trajes, vestidos y multitud de prendas coloridas. Naruto le indicó que se parara en medio de la estancia y se sentó él en un banco alto, mientras Marian colocaba la canción que habían escogido para el programa corto en un reproductor.
Sasuke se quedó petrificado cuando ella empezó a marcar el ritmo con su cadera y miró a su entrenador, quien solo negó con la cabeza ante las locuras de su hermana.
—Me encanta la canción que han escogido ¿Recuerdas que mamá la cantaba mucho, Naru?
—Sí, me acuerdo— respondió él, a la vez que su hermana tomaba una cinta métrica de los hombros de un maniquí.
—Tu traje quedará increíble, tienes una complexión hermosa, Sasuke— halagó ella.
—¿Traje?
—¿Ni siquiera le dijiste para qué vino?— reclamó Marian a su gemelo.
—Era sopresa— se defendió éste, recibiendo una mueca.
—Verás Sasuke, yo soy diseñadora. Confecciono trajes de patinadores y gimnastas. La mayoría de los que usó Naruto en su carrera senior, yo los hice— explicó orgullosa
—¡¿Es en serio?!— exclamó sorprendido —¡Siempre me gustaron, se veía tan increíble sobre la pista!
—¿Verdad que sí?— preguntó sonrojada y su hermano cubrió su rostro con una mano —Oye, que no te de vergüenza.
—Por favor, para— rogó y ambos rieron a su costa.
—Empecemos entonces— dijo la rubia —Necesito que te quedes en boxers, las medidas deben ser exactas— señaló.
Sasuke asintió, y sintiéndose seguro por la mirada profesional que había adornado el rostro de Marian, comenzó a desabotonar su camisa. Pronto terminó, doblando su pantalón rápidamente y dejándolo con el resto sobre una mesa. En ropa interior negra y su torso desnudo, regresó al centro y vió a la mujer colocarse unos lentes y deslizar la cinta métrica en sus manos buscando el inicio, para empezar a tomar sus medidas.
—¿Tienes algo pensado?— le preguntó ella a su hermano.
—Algo llamativo, pero que no llegue a ser vulgar— explicó éste, mirando hacia abajo.
—¿Cuándo mi ropa a sido vulgar, tonto?— se quejó Marian y le indicó a Sasuke que se diera la vuelta para medir sus hombros.
Mientras apuntaba las medidas que había tomado en una pequeña libreta a un lado de la máquina de coser, notó que Naruto había levantado la cabeza y miraba atentamente a Sasuke. Apretó los labios para aguantar una risita y deliberadamente dejó caer su lapicera al piso. Cuando el chico se inclinó para recogerla, empinando sin querer su trasero, su hermano enrojeció y giró el rostro, haciendo contacto visual con ella. Marian le levantó una ceja señalando que estaba siendo demasiado obvio y él se puso de pie.
—¿Te vas?— preguntó maliciosa.
—Te dejo trabajar tranquila, voy a fregar los platos— respondió sin voltearse y dejó el taller.
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LEGACY (Terminada)
FanfictionNaruto pensó que con el fin de su carrera llegaba el fin de su vida, pero un joven de talento sin pulir se le atravesó en el camino y éste le traerá mucho mas que motivación para continuar. Aún así, no todo es tan facil, dudas e inseguridades estorb...