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Encendió la televisión de su habitación y se sentó en la cama para sintonizar el canal por donde transmitirían las asignaciones de los patinadores a los eventos previos al Gran Prix. Todavía no podía creer que dirían su nombre junto a grandes deportistas que admiraba desde hacía años, y otros nuevos muy talentosos. Pero había trabajado mucho, lo que no le permitió sentir que no era merecedor de tal honor. Colocó el control a su lado cuando lo encontró y entonces miró el portarretratos de su mesita; una foto de él y los hermanos Namikaze, muy reciente, de hacía solo unas tres semanas, cuando le dieron un pastel sopresa por su cumpleaños.

Marian llegó bulliciosa como siempre y se arrojó a la cama, haciéndolo rebotar.

—¿Estás nervioso? ¡Porque yo voy a explotar!— exclamó, sacudiendo sus hombros y después lo abrazó.

—Cálmate un poco— sonrió Naruto al entrar, era refrescante verlo sin muleta. La había dejado esa misma mañana, y aunque aún no podía caminar largas distancias, apenas cojeaba.

—Necesitamos palomitas de maíz— exigió la rubia.

—Ok, ahora las hago— respondió su hermano después de mirar el reloj y la pantalla de la tv.

—Se ve tan guapo sin muleta— balbuceó con sentimiento —¿No es así?— le preguntó a Sasuke con malicia, éste carraspeó y asintió.

—Sí, supongo— respondió, tomando una almohada y poniéndola sobre su regazo cuando subió los pies a la cama.

El Gran Prix consistía en un evento de seis competiciones a nivel internacional, radicadas en distintos países: Skate America, en Estados Unidos; Skate Canada International, en Canadá; la Copa de China, en China; Trophée Eric Bompard, en Francia; Rostelecom Cup, en Rusia y el Trofeo NHK, en Japón. Los seis competidores con mayor puntaje en todas éstas, serían clasificados para ir a la gran final, con cede itinerante, y que éste se año se celebraría en Viena, Italia. Para obtener buenos resultados, y tener la oportunidad de llegar a la final, Sasuke debía participar en al menos dos eventos; pero si quedaba fuera del medallero en el primero, no iría al segundo.

La asignación demoró más de los esperado; después de un largo video de competiciones anteriores, en el que por supuesto Naruto Namikaze salió en varias ocasiones como ganador; Sasuke se enteró de que debía ir a Canadá para su primera competencia internacional.

—¿Hasta allá?— protestó Marian —Será una molestia el cambio radical de horario.

—Tiene varios días para adaptarse, estará bien— respondió Naruto y miró al chico, que estaba sorpresivamente serio —¿No estás feliz?— preguntó.

—Sí, estoy muy emocionado... Solo espero hacerlo bien, y verme por lo menos la mitad de increíble que tú, en ese vídeo— halagó.

Marian apretó los labios para no reír y miró el sonrojo de su hermano.

—Iré a buscar refresco— dijo al final, dajándolos solos.

—La primera vez que sales del país es intimidante; el idioma, las personas desconocidas. No te voy a mentir, a veces los oponentes son bastante crueles, pero yo sé que puedes con eso... Además, yo estaré a tu lado todo el tiempo— dijo luego de unos minutos. Sasuke asintió y caminó de rodillas hasta acercarse y apoyar la frente en su hombro. Naruto retuvo un suspiro y lo abrazó, otra vez frotando su espalda como medio de evitar estrecharlo más.

En silencio se quedaron hasta que el celular de Sasuke sonó, obligándolo a alejarse. Se secó unas lágrimas que Naruto no había notado y contestó sin ver la pantalla.

Sasuke...— la voz de Sakura lo sorprendió —Espero no haberte interrumpido, supuse que hoy no estarías entrenando.

Él miró a Naruto y luego carraspeó antes de hablar.

—No entiendo por qué me llamas ahora.

Yo... te pedí tiempo, y pensé que tal vez me llamarías, pero no lo hiciste. No te culpo— se apresuró a decir —Sé que estabas concentrado en tu carrera y eso, pero te extraño mucho. Me dí cuenta de que en ocasiones me comporté mal, cuando debí apoyarte solo actuaba egoísta. Sabes que fué porque te amo.

—Sakura...— suspiró incómodo y miró a Naruto cuando éste se cubrió el rostro con una mano.

Estuve desde inicio, Sasuke— sollozó —y sigo estando aquí para tí. Quiero verte.

—Estoy bastante ocupado con los entrenamientos.

Lo sé, te he visto en la televisión. Ha sido extraordinario y me sentí muy orgullosa. Papá quiere que vengas. Cenemos aquí, en familia, como siempre quisiste.

—Pensé que tu padre no me soportaba.

Todo el mundo tiene derecho a arrepentirse. Se dió cuenta de que no le mentía al decirle que eras especial ¿Vas a venir?— Sasuke suspiró con indecisión y vió a Marian llegar con una bandeja y tres vasos grandes de refresco con hielo.

—Está bien— respondió.

¡Perfecto! ¿El sábado estará bien para tí?

—Sí...

Después de escuchar otras palabras melosas las cuales no pudo corresponder, colgó y se quedó mirando el teléfono.

—¿Pasó algo?— preguntó la rubia al ver el ceño fruncido de su hermano y luego a Sasuke.

—Sakura me invitó a cenar con sus padres y eso, el sábado— respondió.

—¿Eh...? Pensé que habían terminado— dijo seria.

—En realidad no, ella solo me pidió un tiempo y...

—¿Vas a ir?— inquirió Naruto, severo.

—Le dije que sí— respondió el pelinegro.

—¡¿Eres estúpido o acaso no tienes amor propio?!— gruñó enojado, ganándose un ceño fruncido por parte de Sasuke.

—Naruto...— llamó Marian, dejando la bandeja sobre la cama —Sasuke sabrá lo que hace.

—Sí, claro— bufó sarcástico —Que casualidad que después de cinco meses de no hablarle lo llama justo cuando es clasificado para ir a eventos internacionales.

—¿Qué estás queriendo decir?— preguntó Sasuke enojado.

—¡Eso mismo que estás pensando! Lo que no tienes los cojones para admitirlo.

—¡Naruto, basta!— advirtió Marian.

—Pensé que habías superado la autocompasión, pero ahora veo que no ¡No necesitas ser aceptado por gente que no te valoró! ¡¿Es algún complejo de huérfano, acaso?!— gritó y se puso de pie.

—¡¿Qué sabes tú?!— bociferó Sasuke —Sakura fué la primera que me ayudó a salir adelante...

—Chicos por favor— rogó la rubia, colocándose en medio.

—Pues ve y cena en su casa como buen cordero que eres. Quizás ahora que eres campeón puedas pagarle lo que hizo por tí...— siseó, se sacudió el agarre de Marian y dejó la habitación.

Sasuke gruñó de impotencia y arrojó la almohada a un lado con rabia.

—No te tomes en serio lo que dijo— pidió la rubia —Solo está enojado.

—¡¿Qué derecho tiene de meterse en mi vida personal?!

—Se preocupa por tí, no lo culpes por eso— respondió ella y luego suspiró, tomando la bandeja de vuelta —Yo sé que mi opinión sobra, pero ya no eres solo el chico que Naruto entrena. Te queremos mucho, y tu bienestar es importante para nosotros. Tampoco me gustaría que fueras allá, pero al final sigue siendo tu decisión.

LEGACY (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora