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—Sí, eso haré... Tengo aún tu número de tarjeta, te hago el depósito.

La voz de Naruto y el brillante Sol que entraba por la ventanilla izquierda del automóvil, lo despertaron. Marian se volteó un segundo a verlo y le dió una sonrisa como saludo. Aún estaba conduciendo, ahora atravesando un largo puente sobre un río congelado. La temperatura había bajado considerablemente, y a pesar de la calefacción del auto, Sasuke se estremeció, cubriéndose más con la frazada que tenía encima.

—Desayuno...— le dijo Naruto aún con el teléfono en un oído, alcanzándole una barra de cereal energético y otro termo con lo que supuso era más leche, pero resultó ser té verde —Oh, pero que generoso— rió y siguió atendiendo la llamada —Lo consideraré un regalo de iniciación... Por supuesto, hace semanas que domina el programa— mintió y cuando Sasuke lo miró a través del espejo, Naruto le guiñó un ojo en complicidad —Te llamo cuando termine...

—¿Quién era?— preguntó con la boca llena.

—Mi antiguo entrenador. Está preocupado por tí, aunque no lo admita. Ya casi llegamos.

—Solo cinco kilómetros más— añadió Marian.

A pesar de tener edificios modernos, la ciudad de Akita contaba con numerosas construcciones tradicionales. Incluso el complejo de patinaje era una mezcla entre los dos estilos. Enorme y concurrido, mostraba un cartel gigantesco de la competencia que se llevaría a cabo. Se detuvieron en el estacionamiento y después de ayudar a Marian con una maleta que sacó del auto, Sasuke vió como Naruto revisaba unos documentos que tenía en la mano.

—Llévalo a los vestidores, yo iré a entregar la pista y verificar su ubicación— anunció serio y se alejó. No sin ser el objetivo de varias miradas indiscretas, de gente que por supuesto sabía quien era.

Sasuke siguió a la rubia al interior del edificio, apenas pudiendo pasar por lo lleno que estaba. Ella preguntó a un asistente por los vestidores y después de dar el nombre del chico, éste le indicó con una sonrisa formal. Parecían los vestuarios de una escuela, llenos de taquillas, pero habían dividido segmentos con cortinas para dar privacidad a los patinadores.

Él se sentó en un banco mientras Marian colocaba la maleta justo a su lado, la abría y sacaba una bolsa negra para colgarla en un gancho.

—¿Es mi traje?— preguntó animado.

—¿Qué crees?— canturrió y después bajó el cierre de la bolsa —¡Ta-chan...!

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—Entiendo, no hay problema— respondió Naruto a un organizador y después de darle la mano, se dirigió a los vestidores donde Sasuke y Marian lo esperaban.

Al llegar fué la rubia quién lo recibió afuera de la cortina con una sonrisa y un cepillo de cabello en la mano. Al entrar vió al joven patinador sentado, ya vestido. Llevaba un pantalón negro y elastizado, una camisa sin mangas de un tono azúl oscuro muy brillante y llamativo, sobre ésta, una chaqueta corta de un material que simulaba al cuero, pero que él sabía era mucho más ligero. Sasuke movía las piernas con ansiedad y apretaba sus manos juntas sobre el regazo. Cuando Marian caminó hasta su espalda para peinarlo, levantó la cabeza y miró a su entrenador.

—Ya los lugares se habían repartido, así que serás el último en salir— anunció apretando el agarre de su muleta, tratando de disimular lo que le había afectado verlo vestido así.

—Ok...— balbuceó.

—Está muy nervioso, Naru— indicó Marian, mientras le ataba el cabello en una media coleta, dejando el flequillo suelto sobre el rostro.

LEGACY (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora