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Chasqueó la lengua por tercera vez mientras limpiaba con una esponja un par de cucharas. Trataba de quitarse de la cabeza la imagen de Sasuke semidesnudo, pero el chico lucía bien, y él tampoco era de hierro.

—Estúpida Marian...— refunfuñó molesto y luego tomó otro par de cubiertos.

No pasó mucho rato para que ella entrara a la cocina y lo abrazara por la espalda, colocando la barbilla en su hombro. Naruto no dijo nada, pero resopló al notar que se estaba riendo.

—¿Te gusta Sasuke?— preguntó.

—No seas tonta, claro que no. Le llevo ocho años y apenas lo conozco. Además de que es hetero y tiene novia.

—Lo segundo no te lo pregunté— señaló, Naruto se sacudió para deshacerse de su abrazo y se dió la vuelta.

—Deja de malinterpretar las cosas. Está bien, admito que es lindo y eso, pero no es que sienta algo por él. Tal vez es solo que llevo mucho tiempo sin intimar— rió, quitando tensión al asunto.

—Pobrecito, entrenando junto a un monstruo sediento de sexo— bromeó y Naruto le arrojó espuma a la cara —¡¿Cómo te atreves...?— bufó fingiendo enojo y a punto de tomar la esponja y hacerle lo mismo, Sasuke entró a la cocina terminando de abrochar su camisa.

Naruto carraspeó y siguió fregando, para la diversión de su hermana.

—Puedo ayudar...— ofreció el joven.

—No, ya casi termino y te llevamos a tu casa— respondió Naruto sin mirarlo, luego Marian se acercó a Sasuke y colocó un brazo por encima de sus hombros.

—Ven, te enseñaré fotos de cuando éramos niños para que te burles de tu entrenador cuando se ponga muy pesado— dijo en tono juguetón y el rubio resopló resignado.

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—¿Por qué te detienes?— preguntó Naruto viendo que su hermana frenaba el auto y abría la puerta frente a un 24/7.

—No comimos postre y se me antojó un helado. Ahora regreso— anunció con una sonrisa y entró a la tienda.

Sasuke escuchó a Naruto suspirar desde el asiento de atrás. Aún no había tenido oportunidad de decirle nada, y tampoco sabía como abordar el tema. No fué hasta un cuarto de hora después cuando el entrenador se quejó de la tardanza de su hermana, que tomó valor.

—Naruto...— llamó y él se volteó desde la parte delantera para verlo —quería agradecerte por lo de hoy. La cena y el traje... en verdad lo aprecio.

—No tienes por qué, es parte de mi trabajo— dijo con seriedad.

—Sé que estás haciendo de más. No soy tonto— Naruto sonrió un poco y negó.

—Tal vez creas que lo estoy haciendo por buena persona, pero lo cierto es que recibo mucho a cambio. Marian te lo puede confirmar.

—No entiendo...

—No hace falta que entiendas. Solo me hace bien tener un objetivo, es eso— confesó y vió a Sasuke asentir —Me alegra que hayas disfrutado la cena— dijo al final, regresando a mirar al frente.

—Hay otra cosa que quería hablar contigo. Resulta que estoy teniendo problemas con mi novia porque no estoy pasando nada de tiempo con ella... Es un atrevimiento de mi parte y espero que no pienses que me estoy aprovechando, pero... ¿crees que ella pueda ir de vez en cuando a los ensayos en la pista?— apretó sus manos sobre el regazo esperando respuesta, angustiándose cuando Naruto tardó en hablar, permaneciendo en un incómodo silencio.

—Mientras no estorbe...— dijo al fin a la vez que Marian dejaba la tienda con una bolsa llena de paletas de helado.

Otra vez se quedó frente al edificio viendo el auto alejarse después de que lo dejaron. Sonrió al escuchar a Marian tocar el claxon en despedida y solo entonces subió. Con diversión guardó la bolsa entera de helados en su congelador y deshaciéndose de su camisa, se arrojó a la cama. Sus horas de sueño eran pocas y necesitaba aprovecharlas, pero la euforia que sentía no lo dejaba relajarse. Entonces tomó su teléfono y puso la canción de su primera rutina. Sonrió amplio y cubrió su rostro; patinar como profesional era su sueño desde niño, uno que pensó nunca cumpliría. En el orfanato jamás le hubiesen pagado por las clases que necesitaba y después de irse de allí a los dieciséis, tenía que matarse trabajando para salir adelante y comprar lo indispensable. Empezó tarde a patinar, pero sentía que el hielo era a donde pertenecía, Naruto le estaba dando las herramientas para ser él, para expresar esa ansiedad que lo llenaba y nunca podía soltar.

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Era la tercera clase que tenía con Ino, una rubia voluptuosa con acento extranjero y muy dulce. Aunque eso no le quitaba lo severa. Ella colocó la canción en punta y llamó a Sasuke para que se parara a su lado en el tabloncillo. En ésta ocasión Naruto había subido con él; le explicó que debido a su incapacidad no podía servirle de guía para la coreografía, y sería Ino quien la iba a diseñar con su ayuda.

Cuando la música sonó, la profesora comenzó a marcar el ritmo con sus caderas, cosa que Sasuke imitó, intentando mantener el mismo tempo.

—Tienes que sentir la canción— dijo ella —La letra es hermosa, pero la melodía es lo que te permitirá lucirte. Vamos... dos pasos atrás, vuelta... ta ta ta ta, ta ta ta... ... We're talking away... (seguimos hablando)— comenzó a cantar y Sasuke miró a Naruto. Éste solo rió y le hizo una seña para que continuara junto a la muy expresiva bailarina —I don't know what (no sé lo que voy a decir)... Giro derecha, brazos estirados... I'm to say I'll say it anyway (pero lo diré de todos modos).

—Deja espacio en los agudos para los saltos— indicó Naruto, gritando por encima de la música e Ino asintió.

—Paso adelante, giró izquierda...
I'll be coming for your love, okay? (estoy yendo por tu amor, ¿está bien?) ¡Ahora, paso, paso salto con giro en el estribillo...! Take on me (dame una oportunidad)
Take me on (acéptame) I'll be gone (me iré) In a day or twoooooo (un día a doooooos)— gritó tan agudo que Naruto Sasuke se taparon los oídos —¡Fiuuu...! ¡Me encanta ésta canción!— exclamó entusiasmada —¡Otra vez!

Naruto soltó una enorme carcajada llamando la atención de su pupilo, que pudo evitar imitarlo. Sasuke le hizo círculos con un dedo índice a un lado de su cien y señaló a Ino. El rubio asintió levemente aún con vestigios de sonrisa y lo instó a seguir.

LEGACY (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora