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—Chicos, ¿por qué tan callados?— preguntó Marian durante la cena del día siguiente, y todavía con los palillos en la boca. Naruto y Sasuke comían en silencio sin mirarse, aún cuando estaban uno frente al otro —Pensé que me habían extrañado.

Sasuke apretó su puño, ya desbordado de enojo y enfrentó al rubio, sobresaltando a su hermana.

—¡Enséñamelo!— exigió. Naruto gruñó hastiado.

—¡¿Cuántas veces voy a decirte que no?!

—¿Pueden darme un contexto? Estoy empezando a malinterpretar la discusión— admitió Marian y su hermano la miró severo.

—Te dije te deshicieras del maldito video, ahora mira lo que provocaste...— señaló a Sasuke.

—¡¿Se lo dijiste?!— inquirió ella al pelinegro, haciéndolo bajar la cabeza con vergüenza.

—No hizo falta, lo discubrí yo mismo. Ya me parecía demasiada casualidad que haya escogido la misma canción— murmuró molesto —Búscalo, lo voy a quemar de una vez por todas— sentenció y se puso de pie, dejando las manos en la mesa.

—¿No entiendes lo que estás haciendo? ¡¿Quieres enterrar lo que lograste y que nadie lo sepa?!— gritó Sasuke.

—¡Hace mucho que me dejó de importar lo que piensen las personas de mí! Ni creas que voy a ceder y ponerte en peligro solo por un capricho.

—¡No es un capricho! ¡Deja de tratarme como un niño! Para cogerme no tienes ese problema— siseó y los ojos de Marian se abrieron con sopresa, luego miró a su hermano.

—Es mi última palabra, Sasuke. Podemos olvidarlo y llevar la fiesta en paz, concentrarnos en la final; o puedes seguir con tu berrinche. Tú decides— advirtió Naruto y salió del comedor.

El chico pegó un golpe en la mesa y luego apoyó su cabeza sobre los brazos.

—¿No crees que le pides demasiado?— preguntó Marian, tocando su mano

—Sé que es duro para él recordar todo, y sé también que lo que exijo es riesgoso; pero odio que prefiera quedarse en el silencio. Tengo que ayudarlo a salir de ese agujero.

—Pero, ¿no te haz dado cuenta? Naruto volvió a sonreír gracias a tí, ni siquiera yo pude ayudarlo. Sasuke, no arriesgues lo que ya tienes por desear más— aconsejó.

—Entonces quieres que después de todo lo que trabajó y se esforzó, simplemente sea uno más del montón, cuando nosotros sabemos que no lo es. Nunca deseé tanto algo en mi vida, ni siquiera el triunfar como patinador se le compara...— agarró las manos de la chica entre las suyas y las apretó —¿No quieres verlo de nuevo en el podio?

Ella suspiró y le dió una sonrisa melancólica.

—¡Marian!— gritó Naruto desde el pasillo —¡¿Dónde está el CD?!

—¡Deja de gritarme, porque te voy a golpear!— respondió ella y luego se inclinó hacia Sasuke —Voy a ayudarte, ¿de acuerdo...? Espero no arrepentirme.

El chico la siguió cuando se levantó de la mesa, se quedó a un metro de Naruto mientras ella buscaba el CD en su taller. El rubio prácticamente se lo arrancó de las manos y luego de abrir la caja plástica lo partió en pedazos.

Giró con la intención de entra al baño para desechar los trozos, pero tuvo que detenerse al estar Sasuke atravesado en su camino.

—Alístate, debemos ir ya a la pista. No podemos seguir perdiendo el tiempo en estupideces— raspó antes de pasar a su lado.

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—Acorta un poco la secuencia para poner un Lutz al inicio— indicó Naruto, de pie en la entrada del hielo —¿Puedes resistirlo?

—Sí...— respondió Sasuke con sequedad.

—Veremos. Repite la rutina desde el inicio, si crees que son muchos saltos al final, los pasamos para la primera parte— indicó.

—No hace falta, puedo hacerlos en la segunda— espetó y el entrenador apretó los protectores de los patines que tenía en su mano.

—¿Seguirás molesto? ¿Crees que podemos trabajar en equipo de ésta manera?— Sasuke sonrió con ironía.

—No te gusta el trabajo en equipo, prefieres reservarte las cosas buenas para tí— señaló

—¿Sigues hablando sobre el salto?— preguntó estóico y le pidió que se acercara. Sasuke lo hizo, pero manteniendo el ceño fruncido —¿Tienes idea de lo que implica? Yo lo fallé...

—Después de clavarlo...

—¡Una sola vez! Sí yo no pude, ¿qué te hace pensar que podrás? Solo tienes tres semanas para la competencia, ¿quieres echar a tierra lo que has trabajado, o acaso te gusta poner tu vida en una cuerda floja?— inquirió tomando su suéter y tirando de él —Si fallas y tienes una mala caída, tu carrera se acaba antes de empezar.

—Según tus propias palabras, yo no tenía ningún talento...— Naruto apretó su mandíbula al escucharlo —Te demostré lo contrario, ahora quiero enseñarte que sí puedo llevar tu sueño.

—¿Mi sueño?— Naruto soltó su suéter y lo sujetó de ambos hombros —Ahora mi sueño eres tú, y no voy a ponerte en riesgo.

—¿Haces ésto porque me amas?— preguntó en voz baja y vió al entrenador asentir —Yo también te amo y no me dejas hacer nada por tí.

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A pesar de la discusión, Sasuke optó por no mencionar más el tema. Marian dijo que lo ayudaría, así que en lugar de seguir enojado con Naruto, simplemente empezó a actuar como siempre, pues tampoco le gustaba estar en malos términos con él.

Esa noche entrenaron hasta muy tarde. Eran la una de la madrugada cuando entraron a la casa y notando que todo estaba apagado, solo se adentraron en el pasillo.

—¿Te ducharás?— preguntó Naruto.

—Sí, pero ve tu primero. Tengo hambre, buscaré algo en la cocina.

—Está bien. No comas nada pesado a ésta hora— aconsejó.

—No te preocupes...— respondió, pero el agarre de Naruto en su muñeca lo detuvo antes de poder irse.

—¿Todo bien entre nosotros?— preguntó. Sasuke no resistió el abrazarlo al ver preocupación en sus ojos azules.

—Todo bien— aseguró y después de un corto beso, lo vió entrar al baño.

Con pasos silenciosos fué hasta la habitación de Marian y dió varios toques suaves en la puerta. Esperaba que ella, que acostumbraba dormirse tarde, aún estuviese despierta. Y así fué, asomó la cabeza y después de notar que era él, miró al pasillo para asegurarse que estaba solo.

Sasuke entró cuando la rubia le indicó que pasara y esperó a que alcanzara un libro de su escritorio.

—Aquí está el CD, por suerte no se dió cuenta de que le dí uno falso— rió con complicidad —Me tomé el trabajo de editarlo y solo dejar la parte de la rutina, es mejor que ese accidente sea borrado— suspiró.

—Estoy de acuerdo— dijo Sasuke, tomando el libro en sus manos. Cuando Marian lo abrazó de repente, él correspondió un poco intrigado.

—Tengo miedo, no quiero que te pase nada malo— confesó.

—Naruto saltó por gloria, yo lo voy a hacer por amor, así que estaré bien— aseguró.

—Ok... Supongo que él no cederá a ayudarte.

—No, y no quiero insistir más. Me duele verlo enojado.

—Me lo temía... pero por suerte hay otra persona que puede asistirte. Te daré su teléfono.

LEGACY (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora