¿Lo que estaba pasando, era real? Con ese pensamiento Naruto cada vez se aferraba más a Sasuke, como si fuese uno de esos sueños repetidos en donde se amaban y que se borraban al despertar, dejándolo con un vacío enorme.
Sus labios húmedos, deliciosos, con un ligero sabor a vino afrutado que no hacía más que deleitarlo y volverlo loco; ya estaban rojos de la intensidad con la que se besaban. Esa cuerda tensa que había mantenido durante meses, por fin se rompió, y ahora iba cuesta abajo y sin ningún medio que le ayudara a detenerse. Él tiraba de su cabello rubio, se frotaba contra su erección, haciéndole sentir la suya en su abdomen. Estaba disfrutando, no había dudas de eso.
Buscó el borde de su suéter y acarició entonces la piel tersa de su espalda, sus costillas, su abdomen. Sasuke se alejó un poco y se quitó la prenda, quedando con su torso desnudo. Por un momento sus ojos se encontraron, pero el magnetismo que compartían era demasiado fuerte como dejarlos hablar, pensar en las consecuencias; así que volvieron a unirse en un beso desesperado, enredado sus lenguas, saboreándose mutuamente.
No pudiendo conformarse con lo que obtenía, Naruto lo fué guiando hasta que terminó acostado en la alfombra. Quedando encima buscó su cuello ésta vez, mientras sin pedirlo le arrancaba gemidos al acariciar la forma de su erección en el pantalón de pijama. Bajó un poco, besó sus pezones, lamió con gusto y volvió a mirarlo. Así, rojo, agitado, con los mechones de cabello tan oscuro hermosamente desordenado; Sasuke era lo más hermoso que había visto. Quería descubrir todos los sonidos lascivos que era capaz de hacer, quería escucharlo rogar por más, tenerlo siempre a su lado cada vez que quisiera tomarlo.
Cuando Naruto se incorporó y comenzó a desatar el cordel del pantalón, Sasuke se cubrió el rostro con el antebrazo, pero no pudo ocultar su gemido al sentir el aliento cálido de Naruto sobre su miembro.
La temperatura, lo suave de la piel, el sabor... todo era perfecto. Solo quería hundirse en él, pero una pequeña parte de su consciencia le hacía detenerse, recordándole que el chico que tenía delante era inexperto. Aún así, se estaba entregando sin protestar.
—¿Entonces, te gusto?— preguntó juguetón y subcionó con fuerza, provocando que Sasuke arqueara su espalda y jadeara.
—No me gustan los hombres— balbuceó y Naruto soltó una risita dolida.
—Fingiré que te creo— respondió y lo obligó a girarse. Con las manos en sus caderas fácilmente logró que empinara su trasero y después de besar su espalda baja, Naruto se quedó en el centro de su glúteos, logrando que Sasuke gimiera en voz alta al estimular su entrada.
—¿Qué... haces? ¡Ngh...! ¡Aghh... Naruto!— lloriqueó compungido y luego jadeó ahogado, pues junto a la intensidad de la sensación en su trasero y lo morboso de la situación, sintió a Naruto apretar su erección y masturbarlo lentamente, al mismo ritmo que su lengua se movía.
Cuando casi creía que perdería la cordura, el rubio se detuvo para quitarse la ropa. Arrojó su pullover a un lado y lo abrazó por la espalda. Piel con piel, ahora la calidez de su cuerpo se unía a los besos que repartió en su nuca y hombros. Movía sus caderas pegando su erección, haciéndole saber que estaba realmente excitando y que solo los separaba la tela de sus pantalones.
—Sasuke...— gruñó el entrenador sobre su piel y luego lo acarició con su mejilla y labios, mordió suavemente y lo empujó poco a poco para que se apoyara en la cama —Ponte de pie— ordenó —Hazlo si estás dispuesto a llegar hasta el final.
Sonrió aliviado al verlo levantarse del suelo, mostrando su desnudez sin pudor. Se apresuró a hacer lo mismo y rodeó desde atrás su cintura con un brazo. Lo sintió temblar cuando comenzó a bajar sus pantalones y ahora su pene rozaba directamente entre sus nalgas. La humedad de su excitación lo hacía resbalar con facilidad, y con la frente apoyaba en su hombro, Naruto buscó dilatarlo primero con unos de sus dedos.
—Sube a la cama y separa las rodillas— indicó ronco, buscando más facilidad para mover su mano.
Los gemidos de Sasuke se hicieron constantes, sostenía su brazo con fuerza e incluso hasta clavaba las uñas, pero el movimiento leve de sus caderas buscando más roce, delataba su disfrute.
Retiró sus dedos y presentó su erección; comenzó a empujar lentamente, percibiendo entonces un tono doloroso en sus quejidos; pero ya era demasiado tarde. Lo abrazó fuerte y llegó hasta el final, uniendo sus cuerpos todo lo que fue capaz.
—Duele...— lloriqueó Sasuke —Naruto, duele mucho...
Él besó otra vez su hombro y luego lo hizo girar un poco para tomar sus labios. Con besos lentos calmó su incomodidad, quedándose quieto, dejando que se adaptara a su tamaño. La presión y la calidez de su interior eran torturadoras, pero le importa más el como se sentía su chico, que el satisfacer sus impulsos.
Pronto Sasuke se calmó, y después de besar sus lágrimas, Naruto comenzó a moverse muy suavemente. Recorría su cuerpo con las manos, ese que él mismo ayudó a esculpir. De todos los logros que había tenido, Sasuke era el mayor y más importante; quizás eso lo hacía celoso de su persona. Muy en el fondo creía que le pertenecía. No quería que lo tocaran, que lo besaran, odiaba ver a la gente admirando su figura cuando patinaba, pero era un instinto que mantenía oculto.
—Voy a correrme...— anunció el pelinegro, llevándolo de vuelta a la realidad.
Naruto colocó una mano a la mitad de su espalda y presionó contra el colchón. Aceleró sus embestidas y lo montó con fuerza, emitiendo gruñidos de placer que solo aumentaba la lujuria de ambos. Agarró fuerte sus caderas y con cuatro penetraciones profundas más, se inclinó sobre él y lo llenó, mientras Sasuke desahogaba la lascivia de su orgasmo con gemidos.
Se desplomó sobre la cama, jadeando y tembloroso, pero Naruto no le dió un segundo de descanso, tomó una de sus piernas y le dió la vuelta para lamer su miembro.
❄︎ ❄︎ ❄︎
❄︎ ❄︎El sol a través de las blancas cortinas lo hizo gruñir molesto, pero inmediatamente, al acordase de la increíble noche que había pasado, Naruto sonrió embobado. Levantó un poco la cabeza buscando a Sasuke, conociendo de antemano que se debían una larga conversación, pero para su sorpresa, estaba solo en el cuarto de hotel.
Un poco ansioso buscó su celular, encontrándolo sobre la otra cama. No tardó en marcar su número y llamó, pero el sonido del teléfono de Sasuke lo hizo mirar hacia la mesita. Ni siquiera se lo había llevado.
Naruto maldijo angustiado y comenzó a vestirse. No podía haber ido muy lejos cuando en la noche tenía la presentación de su programa corto, pero en una ciudad extraña podía pasarle cualquier cosa.
—Un imbécil...— gruñó dolido —Eso es lo que soy; un maldito imbécil.
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LEGACY (Terminada)
FanfictionNaruto pensó que con el fin de su carrera llegaba el fin de su vida, pero un joven de talento sin pulir se le atravesó en el camino y éste le traerá mucho mas que motivación para continuar. Aún así, no todo es tan facil, dudas e inseguridades estorb...