❄︎15❄︎

1.2K 272 79
                                    

—Entra Sasuke, ya no quiero que seas formal aquí, ¿de acuerdo?— indicó Marian con una enorme sonrisa, entrando a la casa antes que los dos.

—Gracias...— murmuró el chico en voz baja y luego vió como Naruto seguía de largo por el pasillo.

—No seas tonto; ven, pon las maletas aquí. Tendrás que dormir hoy en el sofá porque el cuarto de invitados está desordenado— sonrió apenada —Culpa mía... Pero en cuanto salga el Sol lo arreglo— se apresuró a decir, mirando su reloj de pulsera.

—Puedo levantarme temprano y ayudarte.

—No te preocupes, necesitas descansar bien ésta semana. El doctor lo ordenó— recordó, retirando los cojines del mueble y colocándolos en un sillón —Estarás cómodo aquí— añadió y tiró de la parte baja el sofá, convirtiéndolo en una cama improvisada —¿Ves? ¿Cool, verdad?

—Sí, está perfecto— sonrió. Le agradaba Marian, siempre sabía como aliviar el frío ambiente.

Notó a Naruto regresar con una frazada y una almohada bajo el brazo. Las arrojó al sofá y luego miró a su hermana.

—Déjalo descansar, son las tres de la madrugada— ordenó y volvió a alejarse. Sasuke vió como la rubia imitaba la expresión del entrenador en forma burlona y luego le sacaba la lengua.

—Está molesto— señaló.

—Sí, estaba muy preocupado, pero ya mañana se le pasará. No te preocupes tanto— le quitó importancia como un gesto de la mano— Te dejaré dormir, si necesitas cualquier cosa y te da pena pedírselo a Naruto, solo toca mi puerta, ¿ok?— el chico asintió y luego quedó solo en la sala de estar.

Se dejó caer en el sofá-cama y miró la pared que tenía al frente, llena de retratos de los gemelos y una mujer pelirroja y alegre que sabía era su madre. No estaba acostumbrado a vivir en ambiente familiar, y esperaba que la idea de Naruto de traerlo a su casa, no resultara en un desastre peor. Entonces recordó a Sakura, no estuvo bien haberla tratado así, pero al escucharla... Todo lo que dijo lo hizo sentir débil, apenado frente a Naruto. No quería que él pensara que no era capaz; de hecho, se dió cuenta de que por primera vez en su vida, le interesaba lo que otra persona opinara de él.

❄︎  ❄︎  ❄︎
❄︎ ❄︎

Un aroma a jamón y huevos fritos lo despertó, muy cerca del salón estaba la cocina, así que concluyó de inmediato que de allí provenía. Se desperezó y miró a su alrededor, encontrándose solo. Dobló la frazada y la acomodó junto a la almohada en el sofá, luego llegó a la mesa y vió un plato de desayuno sobre ella, junto con jugo de frutas.

No se atrevió a tocarlo, simplemente se internó en el pasillo hasta que un ruido y una maldición de Marian, lo guiaron a una habitación con la puerta abierta. Estaba llena de cajas y bultos de ropa; sobre la cama, el suelo... en cualquier parte. Ella estaba de rodillas en la alfombra recogiendo esferas de navidad desparramadas por el suelo.

—Oh, ya despertaste ¡Buen día!— dijo alegre.

—Buen día...

—Éste lugar es un desastre— rió —pero quedará como hotel dentro de poco. El desayuno en la mesa es tuyo y ya sabes donde queda el baño— señaló, inclinándose más para alcanzar una esfera debajo de la cama. Sasuke asintió y luego miró al pasillo.

—¿Naruto sigue dormido?

—Él despertó muy temprano. Fué al gimnasio— contestó.

—¿Al gimnasio?

—Sí, me dijo que iba a comenzar la rehabilitación— añadió aliviada —¿Por qué habrá sido, tan de repente?— murmuró en voz baja, pero con un tono de sarcasmo que él no notó.

Recordando su conversación en el auto, Sasuke se abrazó a si mismo. La expresión de Naruto al decirle que él también se había sentido contra la espada y la pared, lo sorprendió hasta el punto de quitarle el aliento. Admitía que tenía razón, debía cuidarse más y no hacerlo preocupar demasiado. Suspiró, llamando la atención de la rubia.

—Iré a desayunar y te ayudaré con eso.

—De acuerdo— sonrió ella.

Ya cambiado y más enérgico, regresó a la habitación de invitados y con la guía de Marian, fué recogiendo cosas y metiéndolas en cajas, luego las acomodaban en una especie de almacén pequeño que estaba al final del patio.

—¿Puedes ponerla allá arriba? Eres más alto que yo— pidió la rubia y Sasuke tomó una lámpara que ella le dió y la colocó en un estante —Creo que es todo. Ahora a limpiar y sacudir el polvo.

Él asintió, pero antes de salir del pequeño cuarto una caja sin tapa con varios cd's, lo hizo detenerse. Se percató de que estaban enumerados con los años y no pudo evitar tomar uno.

—"Programa corto, 2019"— leyó y Marian lo volteó a ver —¿Son de Naruto?— preguntó entusiasmado.

—Eh... sí. Siempre grababa sus entrenamientos ¿Regresamos?— preguntó ansiosa, pero Sasuke no resistió la tentación de tomar otro CD y revisar los de abajo.

—Todas están aquí ¿Crees que me deje verlos?— insistió y encontró uno a un costado que llamó su atención por sobre los demás, pues era de la temporada anterior, a la cual Naruto no se había presentado por haberse lesionado —Tenía preparado el programa...— murmuró con tristeza.

—Salgamos, Sasuke. Él ni siquiera sabe que guardo eso— confesó.

—¿Por qué no?

—Es un mal recuerdo— respondió con un suspiro, pero antes de dejar el CD en la caja, Sasuke pudo leer el nombre de la canción con la que Naruto planeaba presentar su programa libre.

❄︎  ❄︎  ❄︎
❄︎ ❄︎

Pasaron el resto de la mañana limpiando, solo tomando un descanso corto para almorzar y luego Marian le ayudó a acomodar sus cosas. Era la habitación más grande que había tenido, incluso contaba con un escritorio y una pequeña televisión. El baño estaba cruzando el pasillo y a un lado la habitación de su entrenador; la de ella estaba al final, junto a su taller. Había tenido la oportunidad de recorrer la casa completa, pero su parte favorita era el pequeño porche de atrás. por el que se accedía al patio.

Naruto llegó a media tarde y ni siquiera saludó, pasó de largo junto a ellos y se metió en su cuarto, pero Sasuke tuvo la oportunidad de notar que traía un semblante muy cansado.

Al anochecer continuó ayudando a Marian con la cena, y después de servir los platos, ella le pidió que le avisara al entrenador que la comida estaba lista. Encontró su puerta abierta, pero la habitación vacía. Buscó por la casa hasta que lo halló sentado en el porche, acariciando un gato naranja y blanco. Sasuke no recordaba haber visto al animal antes, así que extrañado se agachó junto a Naruto y le acarició el peludo lomo al felino.

—Ya está la cena— informó.

—Ahora voy.

—¿Cómo se llama?— preguntó, refiriéndose al gato. Naruto, con la espalda apoyada en el marco de la puerta, se encogió de hombros.

—No lo sé, a veces viene en las tardes buscando comida. Es raro que se acerque— el gato maulló y buscó con la cabeza las manos de Sasuke, para que lo siguiera acariciando —Le gustas— señaló Naruto, aprovechando la distracción del pelinegro para mirar su rostro.

—Eso parece— admitió con una discreta sonrisa y después de un largo silencio, se mordió el labio inferior antes de atreverse a decir; —Ya elegí la canción para el programa libre.

—Eso es una buena noticia— murmuró —¿Cuál es?

—In This Shirt, de The Irrepressibles— respondió y lo miró a los ojos.

Naruto pareció afectado por un momento y giró el rostro, mirando más allá del cercado del patio, con el ceño muy fruncido. Pero aunque Sasuke esperaba una negativa a su atrevimiento, no la recibió.

—Está bien.

LEGACY (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora