—Entonces regresó llorando de los ensayos, le dijo a mamá que éste chico... ¿Cómo se llamaba?— le preguntó Marian a Naruto. Éste levantó la vista de su plato con cereal y negó, resignado a quedar expuesto por las anécdotas de su hermana, aunque eran apenas las siete; pero ya se había hecho costumbre desde que Sasuke llegó a la casa.
—Kiba— respondió y miró a Sasuke, atento a la historia de la rubia.
—Ese; pues Kiba le había echado piedras pequeñas en los patines.
—¿Y qué pasó?— preguntó el chico entusiasmado.
—Que como soy su hermana mayor, fuí al día siguiente a defenderlo ¿Adivina qué hice?
—Marian, estamos comiendo— advirtió Naruto.
—¡Le llené los patines de caca de perro!— exclamó con una carcajada que su hermano imitó —Se pasó toda la clase apestando... ¡y nadie sabía de donde venía!
—¡No puede ser!— rió Sasuke mientras levantaba su cuchara, la que terminó chocando con su barbilla, embarrándolo todo.
Los tres rieron con ganas de la torpeza y luego Naruto le alcanzó una servilleta de papel para que se limpiara.
—Debemos irnos ya— recordó.
—Ay, que aguafiestas— protestó Marian —¡Ánimo Sasuke! Lo harás estupendo.
—Gracias— dijo él y siguió a Naruto hasta afuera, para tomar un taxi.
—¿Estás ansioso?— preguntó el entrenador, mientras compartían el asiento trasero.
—Sí, al fin puedo regresar a los ensayos. Sé que lograré ese salto.
—Debemos ir lento, recuerda que hace una semana que no entrenas.
—Lo sé, pero he descansado más que suficiente— sonrió.
—¿Te sientes bien en casa?— preguntó Naruto luego de un rato.
—Sí, estoy agusto. Yo les agradezco y lo admito...— murmuró bajo, evitando mirarlo directamente —es refrescante solo pensar en el patinaje. Siento que puedo entregarme más a ello. Tenías razón.
—Siempre la tengo— añadió con suficiencia y Sasuke golpeó su hombro, haciéndolo reír.
El buen humor del entrenador se borró un poco cuando llegaron al gimnasio. Sasuke se había dado cuenta de que después de regresar de sus sesiones, Naruto siempre estaba cansado y dormía la mayoría de la tarde. Se despidió de él después de que saludó a Gaara y subió a entrenar con Lee.
Todo el rato que estuvo haciendo tandas de piernas y luego abdominales, se quedó pensando en eso.
—Para haber pasado una semana afuera, no está mal— señaló el entrenador.
—¿Eh...?— preguntó despistado.
—Hablo de tu rutina— sonrió.
—Ah, eso... Sí, no me siento cansado aún. Oye, Lee... ¿Sabes que tipo de ejercicios está haciendo Naruto? Se le ve muy agotado últimamente. No debería esforzarse tanto.
El entrenador se le quedó mirando con atención y luego sonrió de lado.
—¿Por qué te preocupa?— preguntó —Naruto era un deportista de alto rendimiento.
—Por nada, simple curiosidad— se encogió de hombros y luego se alistó para hacer otra tanda de abdominales.
—No es que sea mucho, es que es muy doloroso— Sasuke se detuvo a medio camino y lo miró.
—¿Cómo que doloroso?
—Después de una operación de rodilla, en el noventa por ciento de los caso el paciente pierde grados en el arco articular. Los tendones se ponen duros y entonces hay que forzarlos para estirarlos y que el movimiento sea completo otra vez. Resulta ser bastante doloroso, y no puede llevar anestésicos porque es precisamente ese dolor el que le avisa al rehabilitador hasta donde puede llegar— terminó y luego se alejó.
Sasuke se quedó pensativo; Naruto estaba pasando por todo eso y en toda una semana viviendo con él, nunca lo escuchó quejarse. Ese pensamiento lo llevó a esforzarse más en su rutina y cuando terminó, viendo que Lee no había regresado, se secó el sudor con una toalla y bajó hasta el primer piso.
Naruto estaba acostado bocabajo sobre una camilla negra, ahora vestía un short corto y su rostro estaba sudado y rojo. Gaara sostenía su pierna en noventa grados, comenzó a empujar con fuerza para tratar de doblarla, pero solo conseguía hacerlo unos centímetros más allá. Sasuke apretó los puños ante los gruñidos de su entrenador y se acercó, recibiendo una mirada severa del fisioterapeuta, pero lo ignoró.
El pelirrojo masajeó ligeramente la parte anterior de la rodilla y luego volvió a doblarla. Naruto gruñó otra vez y giró la cabeza hacia otro lado para que Sasuke no lo viera sufrir, pero al sentir la mano del chico sujetando la suya, correspondió el acto apretando el agarre con fuerza.
❄︎ ❄︎ ❄︎
❄︎ ❄︎—Ino me dijo que la canción era muy larga para la rutina. Hay que hacerle arreglos— mencionó esa noche en la pista de hielo, mientras ataba sus patines —Creo que la parte del final es más intensa.
—Ya tengo el arreglo de esa canción— confesó Naruto, tomando uno de sus pies para inspeccionar las cuchillas —No te preocupes por eso.
Sasuke se le quedó mirando; ahora su rostro lucía sereno en comparación con la mañana, pero la melancolía era vigente en sus ojos. Cuando Naruto levantó la vista, él giró la cabeza rápidamente y se puso de pie.
— Empezemos, estoy loco por entrar al hielo— exclamó.
Repitió dos veces la rutina de su programa corto, apenas cometiendo un par de errores, luego comenzó a repasar los saltos que ya tenía dominados y por último intentó clavar el Salchow cuádruple. Después de muchos intentos y para alegría de ambos, logró hacerlo dos veces seguidas al final de la noche.
Se duchó antes de acostarse a dormir, sintiéndose bien con el trabajo realizado y no tan agotado como para caer cual roca en la cama, como siempre lo había hecho después de la dura jornada. Cuando salió del baño para ir a su habitación, escuchó la risa estruendosa de Marian, junto a las carcajadas de Naruto.
—¡Detente...! ¡Ya basta, maldición!— gritó éste sin aire. Sasuke, después de acercarse a la habitación, lo vió sobre la cama por la rendija de la puerta entreabierta. La rubia le hacía cosquillas, y ya el rostro del entrenador estaba rojísimo —Es en serio, ya para...— jadeó con lágrimas en los ojos.
—¿En serio? En serio quiero verte yo reír. A ver, una carcajada para tu hermanita— balbuceó como si él fuese un bebé.
—¡Estás loca!— exclamó.
—Ah, Sasuke ¡Corre, ayúdame!— pidió ella al verlo ahí de pie.
El chico rió y entró a la habitación. Siguiendo el juego sujetó las muñecas de Naruto forsejeando un poco, y las colocó por encima de su cabeza.
—¡¿Tú también?! ¡Eres un traidor! ¡No, no...!— rogó cuando Marian subió su suéter y buscó sus costillas.
En medio de toda la revuelta, Sasuke volvió a ver ese tatuaje que tenía en uno de sus costados y su distracción no le permitió contrarrestar el fuerte tirón de Naruto para deshacer su agarre. Terminó acostado sobre su abdomen, todo desconcertado y bajo la vista divertida de Marian.
Nadie se movió hasta que él lo hizo, poniéndose de pie rápidamente y mirando a Naruto.
—Estoy cansado... Ustedes sigan jugando, yo voy a dormir— dijo con una sonrisa fingida y salió.
—¿Eso que ví fué un sonrojo?— preguntó Marian a su hermano, recibiendo un almohadazo en la cara como respuesta.
—Ya cállate— regañó, ocultando el suyo propio.
ESTÁS LEYENDO
LEGACY (Terminada)
FanfictionNaruto pensó que con el fin de su carrera llegaba el fin de su vida, pero un joven de talento sin pulir se le atravesó en el camino y éste le traerá mucho mas que motivación para continuar. Aún así, no todo es tan facil, dudas e inseguridades estorb...