❄︎21❄︎

1.3K 259 133
                                    

Eran casi catorce horas sentados en un avión, uno al lado del otro rumbo a Ottawa, la capital de Canadá. Por supuesto que Marian le había aconsejado que intentara algún tipo de acercamiento, pero a pesar de que veía indicios de dudas en Sasuke respecto a su sexualidad, Naruto no se atrevía a hacer nada. El chico confesó estar confundido, y sin saber si fué su intención o no plantear una indirecta, el entrenador así lo entendió, después de todo, él pasó por lo mismo cuando era más joven.

No podía distraerlo con ese tipo de cosas, Sasuke necesitaba centrarse en la competencia, no lidiar con problemas emocionales.

Le divertía verlo nervioso; aunque en un par de ocasiones habían tomado un avión para llegar a donde se efectuaban las competencias en Japón, nunca fué un vuelo de tiempo significativo como ese. Media hora después de despegar, encendió la pequeña pantalla en el asiento delantero y se colocó unos audífonos para intentar ver una película y distraerse del hermoso perfíl del muchacho pelinegro que tenía al lado, observando las nubes como si fuesen enormes castillos de algodón de azúcar.

Cuando lo sintió suspirar, se retiró los auriculares y lo miró directamente.

—Intenta dormir un poco— aconsejó.

—Estoy ansioso— confesó —No creo que pueda ¿Qué estás viendo?— se asomó a la pantalla.

—El náufrago— respondió y notando que se había quedado mirando, le ofreció uno de los auriculares.

Sasuke sonrió y se lo colocó. Como estar inclinando a un lado era un poco incómodo, fué cayendo de a poco hasta colocar la cabeza en el hombro de Naruto. Éste no dijo nada, se quedó todo lo quieto que pudo para que no se retirara; al final, Sasuke cayó rendido apenas a mitad de la película.

El rubio sonrió y con cuidado sacó su teléfono; definitivamente no se iba a perder la oportunidad de conservar ese momento. Estiró su mano y tomó una fotografía, mucho mejor que las que ya atesoraba de Sasuke entrenando o en las competencias.

—No tienes idea lo adorable que eres— murmuró viendo su rostro en la pantalla.

Luego se volteó un poco para mirarlo; sus labios entreabiertos lo llamaban demasiado. Tantas veces había soñado con besarlo, que solo el pensarlo lo frustraba. Acercó su mano con lentitud y rozó levemente el inferior; tal como se veía, era demasiado suave. Naruto suspiró después de llevar los dedos a su boca, para luego resoplar una risita divertida ante el pensamiento de un beso indirecto.

❄︎  ❄︎  ❄︎
❄︎ ❄︎

El hotel donde se quedaban los deportistas no era de los mejores. Siempre a la empresa le costaba demasiado alojar a tantos participantes, pero Naruto ya estaba acostumbrado y a Sasuke le parecía un buen lugar. El cuarto era pequeño, tenía dos camas personales, pero lo más llamativo era un enorme ventanal al final con vista a la ciudad de Ottawa y el centro de patinaje; un edificio moderno y grande.

Sasuke esperaba a unos pasos de Naruto junto a las dos maletas, a que éste hiciera el check-in en el mostrador, cuando un chico joven se acercó al rubio y sin avisar, colocó un brazo alrededor de sus hombros.

—Pensé que te habías muerto— dijo en tono burlón.

—Shikamaru...— exclamó Naruto con alegría y lo abrazó.

—Ni un mensaje— reclamó el sujeto.

—Fueron meses complicados.

—Bueno, al menos logré verte de nuevo, aunque sea como entrenador. Me sorprendió, créeme— rió y se dió la vuelta para ver a Sasuke —Todo el mundo habla de tí.

—¿De mí?— preguntó él, correspondiendo un apretón de manos como saludo —No entiendo por qué.

—¿En serio? ¿El chico desconocido entrenado por Naruto Namikaze, que ha salido invicto en cada competición que ha participado y en su primer año es invitado al Gran Prix?— preguntó sarcástico —Lamento decirte que eres toda una celebridad. Soy Shikamaru Nara.

—También he escuchado de tí, aunque tu carrera no ha sido muy relevante— dijo Sasuke y Naruto soltó una carcajada.

—Sincero, ¿eh? Me agradas. Digamos que me gusta mantener bajo perfíl, pero quien sabe si éste año me esfuerzo un poco más— advirtió con suficiencia.

—Deja el chico, no quiero que lo molestes— mencionó Naruto con una sonrisa y él levantó las manos en rendición.

—Hay mucho de que hablar, te invito a unos tragos ésta noche— el rubio asintió y dió dos palmadas en su hombro —En serio me alegró verte— dijo Nara al despedirse y se alejó, no sin antes mirar a Sasuke de una manera bastante fría.

No iba a hacer caso de las provocaciones de los otros competidores, ni siquiera le importaba el tal Shikamaru, lo que lo molestó al atardecer cuando estaban a la habitación, fué que Naruto, después de darse un baño, se vistió con un traje sin corbata para salir.

Por supuesto que no tenía derecho de decir que no, pero ni siquiera lo invitó a ir con él... Sasuke se quedó sentado en la cama con las rodillas encogidas mientras el rubio se peinaba con las manos delante de un espejo y se echaba perfume.

—Me llamas si ocurre algo— ordenó —Aprovecha para dormir y recuperarte del jet lag, nos vemos— fué lo que dijo antes de salir y dejarlo solo.

Sasuke bufó y se arrojó de espaldas a la cama con el ceño fruncido. Le disgustaba ver al entrenador así, desde que lo conoció solo se había dedicado a él y ahora, ¿en medio de una competición importante, se iba?

Le dijo que lo llamara si lo necesitaba, y eso quería, pero también se sentía inquieto cuando estaban solos y lo tenía cerca.

—Vas de fiesta, y quién sabe que cosas pervertidas haces en esos bares gays...— rechistó furioso.

Así se quedó con el ceño fruncido por horas; revisando el celular, viendo la televisión, hasta que ya no resistió y apagando todo se sentó en la cama que había escogido Naruto, con las piernas y brazos cruzados, mirando a la puerta de la habitación. A las dos de la madrugada el rubio entró, aguantándose de la pared arrojó torpemente los zapatos a un lado y sin darse cuenta de la presencia de Sasuke debido a la oscuridad, se quitó el saco y la camisa para dejarlos sobre una silla. Cuando se volteó y lo vió, levantó una ceja con curiosidad.

—Pensé que estarías dormido— dijo con la voz un poco pastosa.

—Sí, es que me voy a dormir sin saber dónde se metió mi entrenador— bufó sarcástico —No pensé que fueras tan irresponsable como para dejarme solo, sabiendo que es mi primera vez aquí y necesito apoyo y atención constante.

—Soy tu entrenador, no tu niñera— se burló, provocando que Sasuke apretara los dientes.

—¿Ésto es lo que hacías en las competencias, irte de parranda?— inquirió y luego jadeó cuando Naruto se abalanzó sobre él, dejándolo acostado en el colchón y encerrado por su pecho y brazos desnudos.

—¿Qué te pasa, estás celoso?— preguntó juguetón y Sasuke tragó duro, sintiendo como su corazón latía desbocado.

Naruto no esperó una respuesta, sinó que se quedó mirando su boca con deseo y se acercó lentamente. Casi a punto de un roce, gruñó molesto y se alejó, metiéndose al baño y dejando al chico temblando nervioso sobre la cama.

LEGACY (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora