—Lo sé, cariño. En verdad lo siento— murmuró Marian con voz melosa, sosteniendo su celular —Es que la casa es un caos ahora. Sacaré tiempo, lo prometo— miró la puerta al escuchar el pitido de la cerradura —Voy a llamarte en un rato, ¿sí? Te amo...— se apresuró a colgar justo en el momento en el que Naruto entró hecho un huracán de furia y sin saludar, se metió en su cuarto y dió un portazo —¿Podré tener un poco de paz?— rogó mirando al techo y después de suspirar, decidió ir con él.
—Déjame solo, Marian— gruñó al verla entrar al cuarto.
—Se puede saber qué ocurrió ahora— inquirió severa.
—Nada, no ocurrió nada... ¡Todo es una mierda! ¡¿Por qué demonios me tiene que gustar?! ¡Ya no soporto más ésto...!— bociferó.
—¡Entonces dícelo!
—¡¿Quieres que le diga que lo amo al chico que me acaba de llamar maricón?!— preguntó, arrojando su abrigo con furia a la cama. La rubia abrió los ojos sorprendida —No vale la pena... ¿Qué bien le haría saber lo que siento? Acabaría con su carrera.
—¿Por qué eres tan tonto a veces? Naruto, le gustas... Cualquiera que lo observe el tiempo suficiente se da cuenta.
—No me jodas— gruñó y Marian golpeó fuerte su brazo.
—¡Deja de actuar como un niño inmaduro y date cuenta! ¡Arregla éste problema o lo voy a arreglar yo! No aguanto más la tensión que hay en ésta casa— ordenó furiosa y dió un portazo al salir.
Con pasos firmes llegó a la nevera con la intención de tomar un pote enorme de helado y se encontró con Sasuke, quién acababa de entrar y estaba bebiendo agua. Ella lo miró con el ceño fruncido y tiró de su mano para que la siguiera.
—¿Qué pasa...?
—Tú y yo vamos a hablar ahora— espetó y lo llevó hasta su taller —Siéntate...
Sasuke obedeció con el ceño fruncido y algo nervioso. Nunca había visto a la gemela, quien siempre estaba alegre, actuar así de furiosa. Ella rebuscó en uno de sus estantes llenos de objetos y sacó aquella caja de cd's que una vez vió en el cobertizo. Buscó uno de ellos y lo colocó en una portátil, se la puso en las piernas, luego se fué y regresó con helado y una enorme cuchara de madera para sentarse frente a él.
La vió embutirse el postre sin saber como reaccionar, hasta que la voz de Naruto en el vídeo lo hizo mirar la pantalla.
—Graba ahora— pidió con una enorme sonrisa.
—Ya está grabando— ésta vez fué ella la que habló, al parecer sostenía la cámara.
—Bien, procura no perder detalle— advirtió y después se alejó.
Sasuke se percató entonces de que estaba patinando en la pista que él utilizaba siempre. Apretó los labios ante la oleada de emociones que lo abrasó al verlo otra vez así. La misma música que él había escuchado tantas veces empezó a sonar; pero la rutina de Naruto era tan sublime, tan hermosa, que las lágrimas brotaron de sus ojos sin darse cuenta. Habían movimientos de la secuencia de pasos que reconoció, pedazos que él le había regalado sin que lo supiera, y entonces...
—¿Qué fué...?— jadeó con un escalofrío y miró a Marian.
—¿Lo tienes?— preguntó el rubio jadeando.
—¡Eso fué precioso!— exclamó ella emocionada y Naruto se acercó a la camara otra vez, la que se sacudió cuando abrazó a su hermana.
El vídeo se cortó y comenzó otro donde el entrenador tenía ropa distinta y la hora del día también era diferente, pero ésta vez no se escuchaba nadie más. Marian, apretó los labios y la cuchara de su mano, entonces Sasuke tragó duro al ver a Naruto comenzar la misma rutina.
El salto increíble que había visto, el cual parecía simplemente irreal, falló; Naruto cayó al hielo y aterrizó sobre su rodilla.
—Levántate...— murmuró compungido, pero solo lo veía hecho un ovillo sobre la pista, sujetándo su pierna ensangrentada, sin gritar, sin moverse...
Sasuke cerró la portátil y se cubrió el rostro mientras trataba de controlar su respiración.
—Imagina que todo lo que amas, por lo que te esforzaste, simplemente se borre de un día para otro, justo cuando ibas a dejar tu marca como el mejor de todos— dijo Marian con voz quebrada —Naruto es... un tonto con corazón de oro. Solo yo acogí su angustia, solo yo conocí su miedo y calmé sus pesadillas. El enojo que a veces percibes es solo una pizca de sus demonios. Está furioso con el mundo, con su destino, y sobre todo con el hecho de que le importas, y no quiere que resultes herido de ninguna forma; pero le es imposible alejar todo lo malo que te rodea. Simplemente no sabe expresarlo. Perdona si lo justifico... pero soy su hermana mayor... aunque solo sea por cuatro minutos...— sollozó y Sasuke, dejando la laptop a un lado, se acercó y la abrazó —Ya no quiero verlos pelear.
—Lo siento— murmuró.
—También te quiero mucho— resopló una risita.
—Yo igual— confesó Sasuke al ponerse de pie —Iré a hablar con él— Marian asintió y agarró sus dedos.
—No le digas que te enseñé la rutina, por favor— Sasuke negó y después de apretar su mano salió del taller.
❄︎ ❄︎ ❄︎
❄︎ ❄︎Tocó suavemente en la puerta, pero Naruto contestó con un gruñido y un "déjame", que solo lo hicieron sonreír. Exhaló tomando valor y entró. Él, que estaba acostado en la cama, se sentó con la intención de protestar, pero al verlo cerró la boca y gruñó otra vez.
—¿Qué quieres?
—¿Puedo hablarte?
—Ya lo estás haciendo— exclamó severo.
Sasuke ignoró las ganas de reclamar su actitud y solo se sentó en el borde del colchón.
—Perdón— dijo y Naruto resopló con fastidio.
—¿No era yo el que tenía que disculparse?
—Sí, pero te ofendí y no estuvo bien— confesó.
—No se puede hacer nada si odias a los gays, ¿no?
Sasuke apretó sus manos para mantener su ansiedad a raya.
—No fué por eso... He estado un poco furioso desde hace tiempo, conmigo mismo— aclaró. Naruto, notando que hablaba con seriedad, bajó sus defensas y lo miró con atención —Me siento confundido con lo que me ocurre... y me cuesta aceptar ciertas cosas. Todo lo que está pasando a mi alrededor me agobia un poco, y junto a esos sentimientos nuevos, me siento como si caminara sobre vidrio todo el tiempo. Tú eres lo mejor que me ha pasado... y no lo quiero arruinar— confesó y lo miró a los ojos.
Ya no había enojo en el rostro del entrenador, sinó un brillo de curiosidad y entendimiento que lo hizo enrojecer.
—No debí meterme en tus asuntos, y menos llamarte huérfano. De verdad lo siento, estaba muy enojado— dijo serio, mientras se sentaba a su lado —Marian tiene razón, soy inmaduro.
—Está bien, entiendo por qué lo hiciste; y resultó ser cierto, por mucho que dolió escucharlo. Ya solo me concentraré en el patinaje como lo he hecho éste tiempo. Quiero estar aquí, contigo... y con Marian,— se apresuró a decir —viajar y conocer.
—Patear traseros en las competencias— añadió Naruto con una sonrisa contagiosa.
—También— rió Sasuke y entonces su vista fué para la rodilla en la que el rubio tenía la cicatriz, recordando vívidamente la caída que había acabado de ver —Yo...
—¿Ya hicieron las paces?— preguntó Marian en voz alta. Al verlos sentados uno al lado del otro y a su hermano con una sonrisa, se arrojó a la cama y los tumbó de espaldas —¡Hay que celebrar! ¡Cenemos fuera hoy!
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LEGACY (Terminada)
FanfictionNaruto pensó que con el fin de su carrera llegaba el fin de su vida, pero un joven de talento sin pulir se le atravesó en el camino y éste le traerá mucho mas que motivación para continuar. Aún así, no todo es tan facil, dudas e inseguridades estorb...