❄︎11❄︎

1.3K 280 90
                                    

Sasuke miraba la medalla de oro en su cuello, incluso cuando hacía un rato que habían salido del complejo, y a idea de Marian, se detuvieron en un restaurante local para celebrar.

—Debiste ver sus caras...— exclamó la rubia —Todo el mundo estaba como: "¿Quién es ese?". Entonces tú hiciste: Fiuuuss— imitó un salto con su mano en el aire —Y todos: ¡¡Wooow!!

Sasuke rió, teniendo que limpiarse aún las lágrimas de las esquinas de los ojos.

—Por un momento me sentí como enajenado— confesó y notó un atisbo de melancolía en los ojos de Naruto, cuando éste se empinó una copa de sake.

—Debiste ver a mi hermano, pensé que arrancaría la baranda de la pista de tanto que la apretaba— se burló Marian.

—Es comprensible. Yo daré todo mi esfuerzo por no hacerlo quedar mal.

—Ésta es tu carrera, Sasuke, la mía ya pasó— dijo serio, pero luego forzó una sonrisa —Terminemos de comer...

—Revisa si hay algún hotel cerca de aquí— sugirió su hermana —Llevo más de veinticuatro horas sin dormir, no creo poder conducir de regreso.

Naruto asintió y sacó su celular para buscar en donde hospedarse. Resulta que el final, solo encontró un cuarto de dos camas, pues debido a las competencias de invierno muchos de los hoteles de la ciudad estaban llenos.

Entraron al cuarto y después de dejar el equipaje cerca de la puerta, Marian se arrojó a una de las camas.

—¡Tele...!— exclamó con el control remoto en una mano. Encendió la televisión y se acomodó, arrojando los zapatos a cualquier parte.

—Me daré un baño— anunció Sasuke, recibiendo un asentimiento de su entrenador y tras guardar la medalla dentro de su mochila y tomar una muda de ropa.

Salió a los veinte minutos, aún secando su cabello, notando que la rubia estaba completamente dormida y despatarrada, incluso roncando levemente. Sonrió divertido y se acercó a Naruto.

—¿Dormirás?— preguntó.

—No ahora— respondió éste mientras revisaba la pantalla de su celular.

—¿Quieres ver algo de tele? Creo que nunca hemos hecho otra cosa que no sea entrenar. Exepto la vez que cené en tu casa.

—Está bien, si eso quieres— murmuró y vió a Sasuke sentarse en el suelo, delante de las camas y frente al televisor.

Naruto hizo lo mismo, teniendo cuidado de no lastimarse y después de quitarle el control de las manos a la dormida de su hermana.

—¿Qué quieres ver?— preguntó.

—Lo que quieras— sonrió Sasuke.

Después de poner la primera película decente que encontró, ambos se quedaron en silencio largo rato, hasta que Sasuke notó la insistencia de Naruto en frotarse la rodilla lesionada. El rubio lo miró solo un instante y carraspeó incómodo, retirando su mano.

—Nunca me has contado que te ocurrió en realidad.

—Prefiero no hacerlo.

—¿Por qué?

—Estás muy curioso— regañó, luego apoyó la cabeza en el colchón y suspiró —Tengo miedo de que tengas miedo.

—¿Eso tiene sentido?

—Para mí sí. Ya basta de hablar de mi pasado, no me gusta.

—Tuviste una carrera magnífica— halagó Sasuke —Recuerdo una navidad, cuando era niño, que todo los del orfanato estaban como locos por los regalos que habían llegado de caridad. Pero yo no, me quedé solo, mirando como transmitían el final del Gran Prix— contó, girándose un poco para encarar a Naruto, quien lo miraba con atención —No te rías, pero... llegué a pensar que tenías alguna clase de poder mágico o algo.

—¡¿En serio?!— preguntó burlón.

—Dije que no te riéras— reclamó —De verdad, es que tus saltos... Eran tan altos, que parecía como si fueras a salir volando de un momento a otro. Tienes que enseñarme.

—Te enseñaré todo lo que sé— concedió —Y entonces serás tú, el que le haga pensar a niños pequeños que tienes poderes mágicos— Sasuke soltó una risita y miró en dirección hacia donde había guardado su medalla.

—¿Y ahora qué, entrenador? ¿Qué planes tiene?

—Sé que estás contento, pero te queda mucho que recorrer. La mayoría de las competencias no tienen una sola rutina. Debemos preparar tu programa libre, el entrenamiento a partir de ahora será mucho más duro, porque mantener ambos programas en punta es difícil. Además, tienes que empezar a dominar un mínimo de dos cuádruples.

—Lo haré— dijo convencido.

—Yo sé que sí— murmuró bajo —Ve a dormir, ha sido un día largo.

—¿Tú dónde dormirás?

—Junto a Marian— respondió.

—Estarán apretados los dos. No me molesta compartir... Espera...— se puso de pie y empujó una de las camas, hasta que ambas quedaron juntas —Ya está, así habrá espacio de sobra para los tres.

Naruto miró el lugar con un poco de inquietud, ya había admitido para sí mismo que Sasuke le gustaba. Lo que sintió cuando lo vió actuar, la manera en la que latió su corazón y lo sedujo con su danza... Ya no tenía caso decir que no, pero tampoco lo tenía confesarlo.

Actuar normal...

—Está bien, entonces iré a darme una ducha rápida y dormiré— dijo con una sonrisa amigable y se puso de pie, apoyándose en el colchón.

Cuando salió del baño vió a Sasuke aún despierto, con el celular. No le dijo nada, simplemente se acostó a un lado de Marian, justo en el centro de las dos camas, y cerró los ojos.

—Celebramos si quieres— escuchó al pelinegro decir en voz baja —No te sientas sola, ya mañana regreso... Está bien, yo también. Adiós.

Se acostó al lado de Naruto y suspiró después de desearle las buenas noches. Se volteó, dándole la espalda y solo entonces, el rubio giró para ver su nuca y parte de su mejilla. Negó levemente ante la punzada de lo que obviamente eran celos, y se volteó para abrazar a Marian, algo que desde niño calmaba su ansiedad.

❄︎  ❄︎  ❄︎
❄︎ ❄︎

Otra vez despertó aprisionado y pensó que Sakura se había vuelto a meter sin avisar en su departamento, pero al abrir lo ojos y notar que estaba aún en la habitación de hotel, frunció el ceño. Miró a un lado y enrojeció al tener el rostro de Naruto demasiado cerca; tanto, que casi roza sus labios. Era el entrenador quién lo tenía atrapado en sus brazos.

Con cuidado intentó apartarlo, pero entonces notó a Marian, sentada en un sillón frente a la cama comiendo papas de un paquete de snack y con una enorme sonrisa. Sasuke se puso mas rojo y se incorporó, haciendo que Naruto se girara y lo soltara.

—¿Dormiste bien?— preguntó ella, el chico solo se cubrió el rostro con vergüenza y miró de reojo a Naruto —No te preocupes por eso, siempre abraza algo cuando duerme, ésta vez tú corriste con la suerte de estar al lado— dijo, metiendo otra papa en su boca.

—Que vergüenza— murmuró.

—¿Por qué?

—Somos varones los dos. No es cómodo despertar así— susurró con un tono de obviedad.

—Yo te ví bastante agusto— mencionó ella y encogió los hombros con desinterés.

LEGACY (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora