❄︎33❄︎

1.3K 263 59
                                    

—Confórmate con eso...— pidió Jiraiya a Sasuke, quien respiraba agitado y con una sonrisa en los labios, después de hacer un cuádruple Axel, el mismo salto del que Neji Hyuga se enorgullecía.

—No basta...— jadeó, sintiendo una pequeña molestia en su muslo.

Caer desde tamaña altura en un solo pie, deteniendo por completo el impulso de rotación, era bastante exigente.

—¿Acaso no aprendiste nada de tu entrenador?— reclamó —Chico, tienes esa competencia en el bolsillo. Eres incluso mejor que Naruto, cuando tenía tu edad ¿Qué más quieres? Simplemente no es tiempo aún para ese salto, quizás el año que viene...

—Él siempre lo dió todo en las rutinas, y por eso cada temporada era mejor y mejor, hasta el punto de hacerse inalcanzable— miró hacia abajo, a esos patines de marca y muy caros, que se había comprado gracias a las ganancias como deportista —Por eso, cuando cayó... estaba solo. Yo quiero estar ahí... Es difícil de explicar, pero siento que, si hago ese salto, podré retroceder en el tiempo y darle la mano para ayudarlo a ponerse de pie— rió y negó con la cabeza —Son tonterías de un chico enamorado— se encogió de hombros y Jiraiya suspiró —Solo necesito una vuelta más.

—Entonces no pierdas tiempo— instó el mayor.

❄︎  ❄︎  ❄︎
❄︎ ❄︎

—¡¿Dónde carajo se ha metido?!— gruñó Naruto, parado en medio de la sala de estar con su teléfono en la mano, llamando por tercera vez a Sasuke; mientras en la otra sostenía la maleta.

Marian se mordió el interior de la mejilla, con la intención de ocultar su ansiedad. Había cubierto a Sasuke con una mentira, pidiéndole unas compras de último minuto antes de ir al aeropuerto.

—¿No contesta?— preguntó y Naruto levantó el dedo índice para que esperara.

—¡Al fin respondes! ¿Se te olvidó que el vuelo sale en dos horas? Debíamos estar ya en el aeropuerto— regañó Naruto a su patinador.

Lo siento, me distraje. Estaré allá en quince minutos, voy en un taxi— explicó con voz llena de emoción y algo agitado.

—No, dile que te lleve directo al aeropuerto y nos encontramos— ordenó el entrenador y le hizo una ceña a Marian para que saliera.

De acuerdo...— exclamó —Oye, Naruto...— llamó, logrando que casi a punto de colgar, el rubio se volviera a acercar el celular al oído —Eres realmente increíble— halagó de manera repentina.

—¿Qué te pasa ahora?— preguntó risueño y levemente sonrojado.

Nada, solo sentí que debía decirlo. Nos vemos al rato— Naruto miró la pantalla cuando Sasuke colgó y sonrió amplio.

—Naru...— llamó Marian.

—Sí, sí... Vamos ya.

Fué un vuelo largo y molesto, a pesar de que habían comprado boletos en primera clase. Estar encerrados en un avión por dieciséis horas y medias, no era algo fácil de soportar. O quizás fué porque Sasuke durmió casi todo el trayecto y como Marian estaba sentada un poco lejos, Naruto se aburrió terriblemente.

El clima, aunque bajaba aproximadamente a la misma temperatura que en Japón, traía una llovizna molesta que humedecía la ropa y les helaba hasta los huesos. Diciembre en Berlín no era para débiles.

El hotel en el que alojaron a los atletas era bastante más lujoso que el de París. Se notaba que el presupuesto destinado por la ISU a la final del Gran Prix, era mucho mayor. Agradecían que en ésta ocasión no les habían impuesto dos camas personales, pues al Naruto preguntar, pudo conseguir fácilmente que se les asignara una habitación matrimonial. Marian por su parte se tuvo que quedar en un hotel cercano.

—Vamos a la pista a practicar un poco— aconsejó Naruto, después de acomodar sus cosas —O quizás prefieras descansar...

Sasuke, quien se había arrojado de espaldas a la cama, levantó la cabeza para mirarlo.

—¿Tenemos hasta un jacuzzi y tú quieres salir?— preguntó divertido.

—Pensé que querías aprovechar el tiempo.

—Sí quiero, pero contigo— confesó y de un movimiento ágil se puso de pie.

Naruto rió cuando Sasuke lo abrazó de repente, rodeando su cintura y escondiendo el rostro en su pecho. Lo sentía algo extraño, así que, sujetando sus hombros, lo alejó y lo miró a los ojos.

—¿Qué te pasa? Estás un poco raro ¿Es por los nervios?

—No me pasa nada— sonrió y se alzó de puntas para darle un beso —Y tampoco estoy nervioso.

—Eso me sorprende, considerando donde estamos— murmuró al final.

—¿Es tu intención que lo esté?— levantó una ceja oscura y fina.

—Claro que no, no seas tonto. Me alegra verte relajado— admitió —Entonces probemos ese jacuzzi— ofreció.

La enorme bañera de forma triangular humeaba y burbujeaba, haciéndolos disfrutar de un relajante masaje con una temperatura muy contrastante al clima. Naruto se había recostado al borde con los brazos extendidos, mientras Sasuke hizo lo mismo pero en su pecho, a la vez que sus manos acariciaban muy delicadamente la cicatriz en la rodilla del entrenador.

Pensativo y callado, miraba la larga marca sobre la piel de Naruto, creando un ambiente muy íntimo; pues el hecho de que el entrenador lo dejara hacer lo que estaba haciendo, demostraba una confianza enorme.

—Me gusta el jacuzzi, pero sigo prefiriendo un onsen— murmuró el rubio con voz adormilada —¿No estás de acuerdo conmigo?

—No lo sé, nunca he ido a uno— admitió dejando sus caricias y girando para prestarle más atención.

—¿En serio?— preguntó sorprendido, pero luego un brillo de compasión cubrió sus ojos cuando recordó el humilde origen de su chico —Bueno, eso se puede solucionar— añadió a la vez que deslizaba la mano por su cabeza de cabello mojado y despejaba su frente.

—Vayamos antes de que se acabe el invierno— Naruto asintió.

—En Kusatsu hay un onsen muy bueno. Comí un ramen allí inolvidable, aunque fué hace como cinco años ya— dijo pensativo, pero notó como Sasuke regresaba a mirar su rodilla —De verdad siento que te ocurre algo ¿No me contarás?

—Soy importante para tí...— dijo más que preguntó.

—Eso es indiscutible— respondió Naruto.

—Nunca he sentido eso con nadie. En el orfanato solo era uno más de una veintena de niños. Después estuve solo por un tiempo, y aunque se pudiera decir que hice algunos amigos, realmente no representaron algo relevante. Pero tú... Contigo siento que tengo valor.

—Siempre has tenido valor— interrumpió Naruto.

—Lo sé, pero es diferente— lo miró a los ojos —Ésta vez tengo la necesidad de corresponder en la misma medida. Es sincero y puro, sin intereses— el rubio soltó una risita dulce.

—¿Quién dijo que era sin interés?— preguntó juguetón y rodeó su cintura —Yo necesito que me ames a cambio.

—Eso ya lo hago— respondió Sasuke y besó suavemente sus labios. Apoyó su frente en la de él y suspiró —Solo asegúrate de no perderte ni un segundo de mi presentación— dijo luego de un corto silencio.

—No quiero perderme ni un instante de tu vida.

LEGACY (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora