5. ¿No está tu novia?

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SOY TU ALUMNA

Capítulo 5; ¿No está tu novia?

—Noelia Jiménez—

Me gustan los fines de semana porque puedo divertirme, pero esta vez iré a casa de mis abuelos y no es tan divertido porque mi abuela suele hacer comentarios molestos y fuera de lugar, piensa que todas las chicas deben ser bien portadas y hacer lo que los hombres digan. Es molesto tener que soportarla.

Es imposible que nos veamos y no nos gritemos, a veces quiero ignorarla para no estar mal con ella, pero se empeña en decir estupideces que no tienen sentido. Parece que se hubiera quedado estancada en su tiempo, no acepta que todo ha evolucionado, que las chicas no tienen que ser como ella piensa o como la educaron a ella, por lo menos, yo no quiero ser como mi abuela, tengo una manera de pensar muy distinta y espero que evolucione, no que se quede estancada.

Me sorprende que piense de esa manera, mi abuelo no es de los hombres que piensan de manera machista, él sabe entender a las mujeres y no hace comentarios que sabe que no harán sentir bien a uno. Mi abuelo es tan distinto a mi abuela, se nota que los dos fueron educados de manera diferente.

—¿Ya estás lista? Mis papás nos están esperando —mi hermano entra a mi habitación y va directo a mi perfume, tiene el suyo y siempre se aplica el mío—. Tienes cara de que no quieres ir.

—Sabes que no me gusta ir a casa de mis abuelos, con mi abuelo no hay problema porque me encanta estar con él, pero mi abuela quiere que uno haga todo lo que dice y pregunta mucho. ¿Puedes decir que estoy enferma y no puedo ir? Te voy a recompensar.

—Ni lo pienses, la última vez que fui con mis papás me hiciste mentirles diciendo que estabas mal del estómago. Tienes que ir, solo ignora a mi abuela y funcionará, te aseguro que todo saldrá bien.

—¿Y aceptar que tiene razón en todo lo que dice? Olvídalo, eso nunca, detesto su manera de pensar.

—Ya, deja el problema de lado por un día.

Me toma del brazo y me saca de la habitación.

—Pon una sonrisa así sea, nadie debe saber que no te gusta ir a casa de la abuela.

—¿Molly también irá? Ella nunca falta a nada.

—Sí, pasaré por ella.

—¿Tú la quieres?

—Sí.

—¿Y por qué eres tan estúpido con ella?

—Por pendejo.

—¿Y si se aburre de ti? Las chicas pueden soportar todo, pero te aseguro que cuando se cansan ya no vuelven, puedes hacer lo que sea, pero va a ser tarde.

—¿Sabes que me molesta que seas tan teórica a veces?

—Amas mis teorías porque son las mejores.

Dejamos el tema de conversación cuando llegamos a donde están mis papás que nos dan mil recomendaciones antes de subirnos al auto. Solo espero que no salga nada mal, no quiero soportar comentarios estúpidos de nadie.

—¿Podrías ser un poco decente hoy, cariño? —mi papá llama mi atención—. Solo será un día, nunca te lo he pedido.

—Siempre he sido decente, papá.

—Es dudoso, la gente decente no discute con la abuela que la ama.

—Ay, mamá, sabes que la abuela me odia en el fondo, ni siquiera me soporta.

—Ya, dejen ese tema, mi hermana se va a comportar, ella sabe que debe hacerlo.

Mis papás se quedan callados después de escuchar lo que dice mi hermano. A veces le prestan atención en lo que dice y ya dejan esos temas que suelen ser molestos.


—Hija —mi abuelo me abraza cuando me ve llegar, siempre hemos tenido una buena relación y lo quiero, a pesar de su edad sabe entenderme—. ¿Cómo estás? Estás tan hermosa.

—Abuelito —le lleno su cara de besos—. Dios, estás tan precioso. Y yo estoy bien, abuelo.

—¿A mí no me vas a saludar? —me dice mi abuela con una pequeña sonrisa, me acerco para darle un abrazo—. Has crecido mucho.

—Es que ya no tengo unos niños, mamá, mis hijos se me crecieron —mi madre le sonríe, dándole un beso—. Estás preciosa, mamá —se acerca a mi abuelo y lo abraza—. Hola, papá.

—Hola, cariño.

Se terminan de saludar y nos vamos al jardín como las veces que venimos, nos sentamos y empiezan hablar, dejo mi celular a un lado porque no me dejan usarlo cuando vengo, me da igual eso, lo hago por respeto a mi abuelo.

Pasan algunos minutos y traen el almuerzo, me gusta cómo cocinan aquí, es lo único increíble de venir, bueno, ver a mi abuelo también es algo muy bueno. Estoy por partir la carne y escucho la voz de mi abuela.

—Noelia, ¿cuándo piensas traernos un novio? Nunca has traído a alguien —la miro con atención—. Tu hermano todo el tiempo viene con su novia, faltas tú, te va a dejar el tren.

—Abuela, tengo dieciocho años, hay tiempo para todo, y si me deja el tren busco un avión, un auto o una grúa.

—A veces pienso que ningún chico se fija en ti porque te gusta controlar todo, eres hermosa, pero tienes que aprender a ser más flexible. Necesitas a alguien que te haga sentir bien, así serás más feliz y no tendrás mala cara todo el tiempo.

Dejo el plato a un lado para poner toda mi atención en ella. Conste que yo no empecé.

—¿Quieres convertirme en alguien que con solo un dedo lo manipulan? Porque déjame decirte que no es lo que quiero, no seré la marioneta de ningún pendejo con aires de machito. Es mi vida, déjame aprender, si me equivoco voy aprendiendo y no necesito un chico en mi vida para ser feliz —su mirada sobre mí me deja ver que no le ha gustado mi manera de responderle—. ¿Por qué no dejas de pensar de manera tan mediocre, abuela? Por Dios, el mundo ha evolucionado y tú sigues pensando en que las mujeres necesitan de un hombre para ser felices, eso es algo estúpido.

—Es una realidad que tú no quieres ver, es necesario un hombre que esté con uno. Estás muy joven para entender lo que te estoy diciendo, cuando seas una mujer de verdad vas a pensar en todo lo que te digo y me darás la razón.

—Lo menos que quiero es pensar como tú, créeme. Tu manera de pensar es muy arcaica.

—Me estás faltando el respeto con todo lo que has dicho. Soy mayor que tú, no puedes hablarme de manera tan grosera.

—No tienes por qué hablarle así a mi madre.

Mi mamá me mira y puedo darme cuenta de que está enojada, en la mesa todos tienen su atención en nosotras. Esta era la razón por la que no quería venir, pero ellos insistieron.

—Ella me faltó el respeto primero metiéndose en mi vida. Me voy, nos vemos en la casa.

—Hija, ven aquí, discúlpate con tu abuela.

Ignoro a mi papá y sigo mi camino. Justo por eso no quería venir, mi abuela nunca se queda callada y opina en todo, hemos tenido muchos problemas por eso y me molesta que se meta en mi vida. Volteo al sentir los pasos de alguien detrás de mí y me doy cuenta de que es Molly. Si viene a molestar no me voy a detener para partirle la nariz.

—¿Qué quieres, Molly? No necesito que vengas a burlarte de mí.

—No lo haré, yo entiendo que debe ser molesto que tu abuela te quiera hacer sentir mal con sus comentarios —me le quedo viendo, nunca hemos tenido una buena conversación porque no nos hemos dado la oportunidad, todo el tiempo estamos diciéndonos cosas para ver quién se molesta primero—. No le prestes atención a lo que dijo, mi abuela es igual y todo el tiempo la ignoro.

—Me molesta que quiera opinar en mi manera de ser, a mi hermano nunca le dice nada y a mí me quiere hacer sentir que necesito a alguien para ser feliz, y no es así, un hombre no construye la felicidad de una mujer.

—No tienes que buscar un chico para sentirte bien, nunca te lo he dicho, pero hasta tú sabes que eres hermosa, los chicos mueren por ti, y los ignoras, y eso me hace ver que estás bien estando sola, no necesitas tormentos en tu vida.

Nos reímos.

—Como mi hermano —bromeo—. Él es un tormento.

—O como mi primo Izen —se me borra la sonrisa en cuanto escucho el nombre—. No me pongas esa cara, noté cómo te miraba en el museo y las preguntas que hacía no eran más que para saber de ti. Él me estuvo preguntando por ti, nunca me pregunta por nadie.

—Siento que te estás creando ideas que no son, Izen es mi profesor, si piensas otra cosa es porque estás mal y debes automedicarte.

—Le estás empezando a gustar y no sabes cómo le pesa que eres su alumna.

—Tiene novia.

—Hacen un trío.

Se nos escapa una risita.

—¿Qué buscas en una persona? —me pregunta de repente, nadie me había hecho una pregunta como esa.

—Nada, porque ya estoy completa.

—Todos buscamos algo, Noelia.

Defiende su punto de vista.

—Los únicos que buscan algo en una persona son los básicos, los que estamos completos como yo no buscamos nada. Sé tu propio cielo e infierno a la vez que eso romperá la patética pregunta que hace la mayoría de gente; «qué buscas en una persona».

—Tus teorías son como las de Albert Einstein, me acabas de dejar pensando.

Soy de las pocas personas que no busca estabilidad en alguien, creo que uno mismo es su estabilidad para no salir lastimado. Nadie debe poner su vida en las manos de alguien que puede llegar y bajarte las estrellas para después dejarte en el propio caos interior. Eso es lo menos que quiero, yo debo ser mi propia felicidad.

—Nunca habíamos tenido una conversación sin ofendernos. Todo el tiempo pensaba que Noelia la más tops era muy insoportable, pero veo que no eres mucho.

—Pensaba igual que tú. Después de todo, mi hermano no fue tan estúpido para escoger a su novia.

—Nadie lo va a querer como yo. ¿Regresas a casa de tus abuelos?

—No, me iré a mi casa.

—¿Por qué mejor no visitas a «tu profesor»?

—Nunca, estaré loca para ir donde él.

—Ay, Noelia, vas a terminar loca por Izen. Por si te atreves es el que vive en el departamento que está en la esquina, a esta hora está solo porque Ashley está con sus papás.

Me guiñe un ojo y empieza a caminar para irse. Trato de ignorar mis pensamientos y sigo mi camino, pero justo cuando estoy pasando por el apartamento de Izen me detengo, me decido por tocar y cuando abre la puerta se queda inmóvil, luego relaja sus facciones y sonríe.

—¿Cómo sabías que vivo aquí?

—Molly me dijo dónde vivías. ¿Puedo pasar? No quiero ir a mi casa, por favor.

Se acerca a mí y deja un beso en mi frente.

—Te dejo pasar con una condición.

—¿Cuál?

—Que sonrías un poco, tienes una sonrisa preciosa —deja un beso en mis labios que me hace sorprender, pero le sonrío—. Sonríe siempre, no dejes de hacerlo.

—¿No está tu novia?

—No, ahora entrará mi futura novia.

Me rio.

—Estás loco.

—Lo estaré más por ti.

Pongo los ojos en blanco y se hace a un lado para que yo entre, me pide que me siente y lo hago sin problema, siento que es mil veces mejor estar aquí que aguantar a mi abuela, ahí sí vamos a salir peor y mi madre me va a culpar a mí de todo. Piensa que mi abuela nunca hace nada y le da el lado a ella.

—¿Me vas a decir qué pasó? Es evidente que estás enojada con alguien que no soy yo.

—Nada, vine aquí porque quise.

—Estás mintiendo.

—No me creas.

—No voy a insistir más, te dejaré tranquila. Pondré una película para que te distraigas.

—Ok. ¿Es tu departamento o lo tienes arrendado?

—Es mi departamento, lo compré hace mucho tiempo. Pero también es tuyo si quieres.

Se ríe.

—¿No habrás querido decir que también es de tu novia Ashley?

—Ya te lo dije, mi próxima novia serás tú.

—En tus sueños, Izen.

—Vamos a ver si no lo terminas siendo.

—Detesto tus bromas sin sentido.

—Pero te encantan otras cosas, y lo sabes.

—Perdí la memoria.

—Cuando quieras te la hago recuperar, tengo maneras exactas que te gustarán, solo es que tú me digas y te ayudo.

—Sí estás loco.

—Te lo vuelvo a repetir; estaré más loco por ti.

Estoy por hablar y me suena el celular, es mi abuelo el que está llamando. Le respondo.

—Hija linda, ¿estás bien? Creí que ibas a regresar. Disculpa a tu abuela, no debió hablarte tan mal.

—Estoy bien, abuelo. Y tú no tienes que disculparte por las cosas que dice mi abuela, sabes cómo es su manera de pensar.

—¿No vas a regresar? Dejaste tu comida.

—No, no quiero salir peor con mi abuela.

—Te voy a empacar comida y te la mandaré con tu hermano, no comiste mucho, yo sé que te gusta la comida que preparan aquí. ¿Dónde estás? ¿Quieres que mande al chófer para que te lleve?

—Abuelito, no es necesario que mandes al chófer, pero gracias, eres el mejor. Lo de la comida sí, te amaré al doble si lo haces.

—Cuídate mucho, hija.

—Lo haré, viejito precioso. Te amo.

Colgamos al tiempo y guardo mi celular. Por cosas como estas es que amo a mi abuelo, sus pequeños detalles me encantan y está pendiente de mí. Si un día me llega a faltar me dolería en el alma, mi abuelo es mi otra mitad.


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