23. Falsas celebridades.

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SOY TU ALUMNA

Capítulo 23; Falsas celebridades.

—Noelia Jiménez—

—¿Podrías darme mi uniforme? Llevo horas aquí y solo estás molestando y bromeando. Cóbrate lo del uniforme —le paso mi tarjeta a Kaleth.

—Y pensar que hace unos meses estuviste aquí y también te entregué el uniforme. Dios, te estaba coqueteando delante de Mariana, no sabes cómo se puso cuando te fuiste —me besa la mano, agarra mi tarjeta y la pasa por el datáfono cajero—. Quién diría que íbamos a ser amigos y que mi novia después de odiarte sería tu amiga.

—Pues así es la vida, querido, Kaleth. Por tu culpa Mariana pensaba que le quería bajar a su novio —le sonrío y agarro el uniforme que me pasa, me lo mido cuando llegue a mi casa—. Justo aquí conocí a Izen, nunca pensé que andaríamos, le miré el trasero —nos reímos—. Qué sucia fui.

—Lo de sucia nunca te lo voy a discutir, y lo de Mariana tampoco, a la pobre no le caías nada bien, pero claro, ahora todo el tiempo que tiene es para ti porque son amigas —me entrega la tarjeta—. No lo dije antes, pero me alegra que hayas regresado.

—Yo sé que eres un desastre sin mí.

—Payasa. Cambiando de tema, ¿irás al cumpleaños de Jose? Está feliz porque Meisy le dijo que has regresado.

—Mmm, no sé, ya veremos. Me voy, tengo cosas que hacer, nos vemos, besos.

—¡Chao, cuídate!

Ni siquiera me acordaba del cumpleaños de Jose, me lo platicaron cuando fueron a verme y yo por estar de un lado para otro no me acordaba, y es que los últimos días he ido en ropa particular a la escuela porque no había uniformes de mi talla y me tocó esperar a que los hicieran para que me dieran el mío.

Hoy quise venir al cementerio, quiero visitar a mi abuelo, lo he extrañado tanto en estos meses que han pasado, todavía me parece mentira que se haya ido y me haya dejado sola. Camino entre las tumbas y cuando llego a la de mi abuelo le dejo las flores que había comprado, siento que cuando vengo se siente ese olor a perfume caro que usaba porque le encantaba su olor.

—Hola, viejito, espero que estés bien. Lamento no haber venido antes, te conté todo lo que estaba pasando y justo por ello no pude venir antes —empiezo hablar, cada vez que vengo me pongo hablar—. Ya regresé a la escuela, espero que estés de acuerdo en eso, sabes que no haré nada si me haces saber que no te gusta. Ay, abuelo, me encantaría tenerte aquí cerquita y abrazarte, es tedioso saber que no te veré más. Es doloroso no tenerte cerca, nunca me voy a acostumbrar a estar sin tu sonrisa.

Dejo salir un largo suspiro, no es nada fácil asimilar todo lo que pasó, uno puede seguir su vida, pero el vacío nunca se va, es algo que vive contigo para siempre. Me iré más tarde, ahora quiero quedarme aquí por horas y sentir a mi abuelo cerca de mí, eso es todo lo que pido en este momento.

Siento una mano en mi hombro que me hace reaccionar, cuando levanto la mirada para ver quién es, me fijo que es el señor que barre el cementerio, me imagino que también lo cuida.

—¿Estás bien, hija? —lo primero que noto es el cariño con el que habla, parece de esos señores que son agradables con todos sin importar si lo conocen o no—. Llevas mucho tiempo aquí sentada, ya casi tengo que cerrar el cementerio.

—No se preocupe, estoy bien. Me despido de mi abuelo y me voy.

Se sienta a mi lado sin que yo se lo pida.

—Hace semanas que no te veía, cada vez que estaba barriendo te miraba aquí sentada, algunas veces parecías muy triste y otras veces no dejabas de llorar. ¿Querías mucho a la persona que está enterrada aquí?

—¿Que si lo quería? Ese señor que está enterrado ahí es mi abuelo, no sabe cuántas cosas vivimos, de niña era feliz cada vez que iba a verme porque me llevaba dulces, me contaba chistes que me hacían reír mucho. Era tan feliz al lado del abuelo, todavía me cuesta aceptar del todo que se ha ido, he pasado tantas cosas sin él.

—Estás muy joven para entender que a veces la vida se lleva personas buenas porque las necesita más que nosotros. Los años me han demostrado que aceptar las cosas es mejor que quedarse a llorar —me sonríe de manera agradable—. Hace cinco años perdí a mi hija, me dolió mucho, pero aprendí a dejar ir tanto dolor, mi familia me necesitaba.

—¿Y cómo asimiló todo ese dolor? Es difícil para mí aceptar todo esto.

—Los días fueron aplacando todo, al tipo que la mató le dieron sentencia y también eso me ayudó mucho a dejar ir pasando todo, y aunque dos años después mi familia murió en un incendio me tocó aprender nuevamente a vivir con ese dolor que no se va de tu vida, pero que puedes controlarlo antes de que te controle a ti.

—¿No tiene familia?

—Me tengo a mí mismo y a mis muertitos —me rio un poco por cómo lo dice—. Ya deberías irte, hija, a esta hora vienen una gente que no te agradará ver, chicos desagradables que únicamente vienen a meterse sus porquerías.

Me pongo de pie.

—Gracias por hablar conmigo, me ha hecho bien. Creo que necesitaba escuchar a alguien que me dijera que podré dejar ir todo lo que siento cuando pienso que mi abuelo ya no está.

—Cuando quieras ya sabes dónde encontrarme. Y no estés triste, tu abuelo seguro te debe estar cuidando desde el cielo.

—Nos vemos.

—Cuídate mucho.

Agito mi mano como despedida y sigo mi camino. Ese señor parece tan amable, su manera de hablar me dejó ver lo sincero y buena gente que es. Ha sido muy decente conmigo y supo cómo decir las cosas para que yo no sintiera que se quería meter en mi vida cuando apenas es la primera vez que hablamos.

«No ha sido tan malo hablar con un desconocido».

[….]

¿Que si tengo amigos locos? Definitivamente, sí, pero tienen unas ideas de padre y señor nuestro, a Jose se le ha ocurrido la maravillosa idea de hacer una fiesta con temática photocall, a todos los invitados nos toca ir vestidos como una celebridad o alguien famoso que nos guste. No sé a quién van a caracterizar mis amigos, no hablamos sobre ese tema porque yo estaba estresada pensando en el personaje que quería parecer, hasta que se me prendió el bombillo y pensé que podía caracterizarme cómo Camila Cabello, estaba feliz porque me encanta su manera de cantar y por fin me iba a vestir como ella.

Y justo por eso es que ahora tengo un vestido de color blanco que cubre mis pechos, en la parte de atrás deja ver toda mi espalda y es largo, algo transparente, unos aretes largos que me han gustado, la peluca de cabello largo y de color negro me quedó perfecta, mi hermano me tuvo que ayudar para acomodarla porque fue algo complicado, el maquillaje me ayudó a dejar mis facciones un poco más parecidas a la de mi artista porque sí me quería parecer a ella.

—Me encanta cómo he quedado —me digo mirándome en el espejo—. Dios, qué guapa estoy.

—Muy guapa, a mí también me encanta cómo te miras —volteo con rapidez al escuchar la voz de Izen y suelto una risita pendeja al ver de quién está vestido él—. ¿Qué tal quedé? Sabía que ibas a sorprenderte.

—¡Shawn Mendes! Me encanta que te hayas vestido como él —lo abrazo por el cuello y se ríe—. ¿Por qué no me dijiste que te ibas a vestir así? Es que mírate, te queda espectacular.

Tiene puesto especie de una camisa negra con ciertos encajes, el pantalón también es del mismo color, tiene un escapulario puesto que resalta por ser de color rojo, en el dedo del medio tiene un anillo y en su muñeca derecha tiene una pulsera que le queda muy bien, pero lo que más me gusta es que se ha hecho un falso tatuaje en el brazo como el de Shawn Mendes, es una mariposa que tiene en sus alas algunas flores que se unen en una sola y hacia fuera tiene ciertos pétalos que la hace ver mucho más bonita. Su cabello hacia arriba y con mechones en su frente me gusta, es que Izen se ve increíble.

—Es que como tú dijiste que ibas vestida como Camila Cabello, yo me pregunté ¿por qué no ir yo como Shawn Mendes? —me agarra de la cara y acerca sus labios a los míos para darme un beso—. Me gusta cómo te ves, y ese cabello negro te queda precioso.

—Me has sorprendido, pero me encanta muchísimo que vayamos a ir vestidos de esta manera —beso su mejilla, y me inclino para quedar cerca de su oído—. ¿Sabes que esa ropa nada más te va a durar hasta media noche? Nadie te va a salvar de estar conmigo, guapo.

—No quiero que me salven —muerde mi labio—. Tengo ganas de estar contigo, quiero navegar en tu cuerpo.

—Qué caliente eres, Izen —me burlo y solo me abraza—. ¿Siempre serás tan débil cuando te diga lo que quiero?

—Siempre, eso no lo dudes.

Dejo de bromear para mirarlo con seriedad.

—¿Sabes que en la fiesta de Jose estarán chicos de la escuela? Nos van a ver juntos y la directora puede enterarse de que estamos saliendo.

—Era algo que podía pasar tarde o temprano, y también es un riesgo que debo correr, Noelia.

—Tú sabes que está prohibido que un profesor y una alumna tengan una relación, puede que a mí no me hagan nada, pero a ti te pueden quitar la licencia de trabajo o despedirte.

—No te adelantes a los hechos —juega con mi nariz—. ¿Acaso quieres que sigamos actuando que no tenemos nada en la escuela? Ya me aburrí de eso, no estamos haciendo nada malo.

—No preguntes estupideces, sabes que yo también quiero lo mismo.

—Tú y yo nos conocimos fuera de las instalaciones de la escuela, yo no sabía que tú ibas a ser mi alumna y tú tampoco sabías nada de mí, fue una sorpresa para los dos, la directora debe de entender eso.

—Puede que ella sí lo entienda, pero no creo que la junta de maestros lo vea con buenos ojos.

—Ya, olvidemos ese tema y vámonos a la fiesta.

—Una cosa más; si veo que te estoy causando problemas con la directora o con la junta de maestros, me alejo de ti.

—¿Es un chiste?

—No, te estoy hablando con la verdad.

—Tú me quieres, no me dejarías.

—No es una broma si lo estás tomando como tal. Ya podemos irnos, vamos a llegar tarde, bueno, casi siempre llegamos de últimos.

—Por tu culpa.

—Por la tuya.

—Por la de los dos para no discutir —decimos al unísono.

No estoy mintiendo, lo menos que quiero es causarle problemas a Izen, sé que le ha costado mucho tener el trabajo como profesor para que yo haga que se lo quiten, estando más chico le tocó trabajar de mensajero en una empresa para pagar la universidad, así que sería injusto que le quiten su trabajo, no sería justo con él que ha logrado llegar a este punto por su esfuerzo, porque sus papás no estuvieron muy de acuerdo con lo que escogió estudiar cuando vivía con ellos.

[….]

Llegar a la fiesta y ver a todos caracterizados como una celebridad ha sido un espectáculo, algunos escogieron a su artista o personaje favorito para vestirse como ellos, es que se miran muy bien. Busco con la mirada a Jose, lo veo hablando con unos chicos que van en otro salón, me acerco a él.

—¿De quién es ese trasero tan espectacular que mis ojos están viendo? —se gira apenas escucha mi voz en su oído y al verme no duda en darme un abrazo. Se aparta de mí y tomo su mano para darle una vuelta, está vestido como Harry Styles, trae puesto una camisa que tiene los botones abiertos hasta la mitad, un pantalón blanco que le queda más o menos ancho, unos botines amarillos como su camisa y un cordón en su cuello que deja ver unos lentes—. Feliz cumpleaños, Izen y yo te hemos comprado esto —le paso la bolsa de regalo y cuando se da cuenta de lo que hay me vuelve abrazar.

—Me gusta que estés aquí, pero más me gusta este regalo, ¡un balón firmado por mis ídolos del fútbol! —empieza a bailar—. ¿Cómo lo conseguiste? Llevaba tiempo queriendo que me firmaran alguna playera o algo, pero nunca lo conseguí.

—Secretos que no puedo revelar.

—¡Izen! —lo saluda con emoción al verlo llegar, se había quedado hablando con Javier—. Gracias por el regalo, lo dejaré como un trofeo sobre mi estante.

—Solo nos faltó vender una costilla para conseguirlo, pero era algo que queríamos darte. Feliz cumpleaños, espero que con un año más ya tomes juicio.

—Mmm, parece que estoy sordo.

Soltamos una risotada.

—¡Noelia! —Carlos que aparece ante nosotros me abraza con fuerza, tiene una sonrisa que me hace saber que le alegra verme, está vestido como Juanpa Zurita, es gracioso porque solo él se caracterizó como ese youtuber, y le queda espectacular—. Las chicas ya me contaron que te quedas, tenemos que hablar porque seguro tienes mucho qué contarme.

—Obvio que debemos hablar, tú y yo tenemos una conversación pendiente.

Izen me da un pequeño pisotón y lo miro con una sonrisa fingida.

—Yo sabía que teníamos que hablar, estaba esperando que tú me lo dijeras.

Va pasando un chico con unos vasos llenos de alcohol y Carlos se los quita para dárnoslo, el chico lo mira sin comprender lo que ha hecho mi amigo, nosotros nos reímos.

—En la barra hay más bebidas, mi amiga necesita tomar algo por su bienvenida —le dice Carlos agarrando su mano para chocar sus puños y el chico solo se ríe y se aleja.

—Bueno, yo los dejo porque iré donde Meisy que está comiéndose todo en la cocina, ¿vienes conmigo, Carlos?

Asienten y se alejan. La música que está sonando me gusta, y todos parecen muy divertidos. Izen me jala para bailar y le sigo la corriente, muevo mis hombros hacia adelante y él hace lo mismo, es que siempre me sigue en las locuras que hago. Le gusta pasar pena conmigo. Me agarra de la mano y me da una vuelta, me deja pegada a su cuerpo y me da un pequeño beso que me hace sonreír, puedo sentir la mirada de algunas personas sobre nosotros, no saben disimular. Ignoro todas esas miradas y seguimos bailando, no voy a prestarles atención porque me imagino que deben estar creando historias que no son en su cabeza.

Mariana llega bailando y se nos tira encima, ella está vestida toda de rojo, no sé de quién está caracterizada, pero se ve bastante bien, igual que Kaleth, está totalmente arreglado como si fuera el personaje de Drácula, todo el tiempo dice que es la película que más se ha visto. Aparecen todos los chicos y cada uno está vestido como quiere, pero me causa risa que Ross está vestido como Bob Esponja y su novio Fernando está vestido como Patricio, parece que esa es su película favorita, dan mucha ternura. Molly luce exactamente como Bella y mi hermano como Bestia, los dos también supieron escoger su vestimenta. Meisy acaba de llegar, solo hay que verla para saber que vino como Olivia Rodrigo.

—¿Están todos bailando sin este hombre que le da alegría a ustedes y hace brillar el grupo?

Nos volteamos al tiempo y empezamos a reír como unos locos, Javier acaba de llegar y está vestido como Angelique Boyer, pero caracterizando un papel que hizo ella en una novela que se llamaba Teresa, y todo el que haya visto esa novela sabe lo espectacular que es. Tiene un vestido rojo que es largo, unos tacones negros que son altos, su cabello largo claramente es una peluca y sus manos y cuello están cubiertos por joyas, tiene en su brazo una cartera. Se ve bien, pero es chistoso verlo vestido como mujer y domina los tacones mejor que yo.

—¡A su puta madre, te miras perrísima! —le dice Meisy cargada de emoción—. No pudiste encontrar algo mejor, definitivamente, tenías que venir así.

—¿Verdad que sí parezco una chica empoderada, perrísima, inteligente y bonita? Deberían de cantarme esa canción de Gloria Trevi que salía en la novela, necesito sentirme malísima para poder decir «entre ser y no ser yo soy» eso nunca le faltó a Teresa.

—¡Esa hembra es mala, esa hembra hace daño, esa hembra no quiere, esa hembra te miente, esa hembra es mala, trae veneno en los labios, su caricia es insulto para tu corazón, esa hembra que amas está jugando contigo, esa hembra perfecta es puritita traición!

Le cantamos todos juntos y empezamos a reírnos.

—Si quieres yo soy tu Arturo o tu Mariano, yo sí te doy, y no son consejos —bromeo logrando que se ría—. No esperaba que la rompieras, pero te luciste.

—Es que yo debía romperla, siento que soy Teresa en versión masculina, como Tereso.

Más risas, Javier está demente.

—Es clarísimo que debemos tomarnos una foto ya mismo.

Le hacemos caso a mi hermano y nos vamos hacia el photocall, quien sea que lo haya hecho le ha quedado sumamente inigualable y espectacular. Nos tomamos varias fotos, en la última los chicos colocan a Javier en la parte de adelante y hace una mirada como si fuera una chica mala, ellos hacen como si le hicieran reverencia, y nosotras ponemos cara de chica que no rompe un plato, nos toman la foto y nos empezamos a reír, somos una locura cuando estamos juntos.

—Necesito que esa foto nos llegue a todos, seguro quedó increíble.

Le dice Jose al señor que nos tomó la foto y él asiente de manera amable.

Nos vamos a seguir bailando y a comer de lo que hay en la mesa, todo está delicioso, me quedaría comiendo de todo lo que hay aquí por el resto de mi vida. Cada canción que ponen es mejor que la anterior y nosotros no dejamos de bailar y de pasarla bien, no estamos aquí para sentarnos, suficiente tenemos con todo el tiempo que pasamos sentados en la escuela. Puede que ahora piense que haberme ido por tres meses y dejar a mis amigos no fue la mejor decisión que tomé, me hacen feliz, pero quería perseguir mis sueños y no preguntarme dentro de unos años qué hubiera pasado si lo hubiese hecho. Aquí hay personas que me hacen sentir bien, entre ellos Izen que me ha apoyado en las estupideces que he hecho.

Hacemos una ronda y empiezan a bailar algunos chicos de la fiesta, algunos bailan muy bien y otros solo quieren divertirse, Molly me agarra por las mejillas y me hace abrir la boca para echarme alcohol de la botella, repite lo mismo con todos los chicos y al final nosotros le damos a ella. Jose se mete a bailar en la ronda y nosotros le damos ánimo.

—¡Dale hasta el piso! ¡Tú puedes!

Le grito y empieza a bajar moviendo sus caderas.

—¡Demuéstrale quién manda aquí! —mi hermano le sigue haciendo barra—. ¡Ese es mi amigo!

Fernando se le pone atrás y le empieza a bailar, Jose le baila como si fuera una chica y Fernando hace el papel de chico, ellos son tan locos, pero la saben pasar bien.

—¡Eh! ¡Eh! ¡Eh!

Gritan los chicos cuando me meto a bailar con ellos, las chicas me siguen la corriente y hacen lo mismo, Izen no deja de verme con una sonrisa, el pobre se debe estar dando cuenta de que tiene una novia cero normal. Le quito la botella de whisky que tiene Mariana en la mano y me doy un trago, camino hacia Izen y me pego a sus labios, pasándole la bebida de mi boca, me sigue besando y sonríe sobre mis labios.

Me ha gustado esta fiesta, no hay duda que Jose no tuvo mejor idea que hacer una fiesta como esta, a todos nos ha gustado y él que es el que está cumpliendo la está pasando bien, hay que verlo bailar y reírse para saber que se está divirtiendo. Después de todo, los amigos de mi hermano no terminaron siendo tan imbéciles como yo creía antes de que fueran mis amigos, y aquí confirmo que la apariencia es una de las cosas más engañosas de este mundo. Todo el tiempo miraba sus actos que no me di la oportunidad de tratarlos antes y creé ideas equivocadas sobre ellos, y verlos ahora me hace saber que son chicos que si te tienen confianza serán como realmente son.

«Jose creó el mejor Photocall para pasarla bien, me encanta esto».

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