SOY TU ALUMNA
Capítulo 32; Una pizca de celos.
—Noelia Jiménez—
No he tenido tiempo libre para nada, estar en los últimos meses de la escuela conlleva estar metido de lleno en las tareas y en todos los trabajos que dejan los profesores, incluso Izen ha estado dejando trabajos, y ser novia de él no me da privilegios, me toca estudiar para ganar los exámenes y todas las exposiciones como el resto de mis compañeros.
Estamos en la biblioteca de la escuela, nos reunieron en grupos de cinco para hacer una investigación sobre el nacimiento de las matemáticas, no está difícil, pero el dolor de cabeza que tengo es terrible, cuando nos tocan clases con doble jornada es fatal, el que no termine con mal humor es porque se controla demasiado. Lo peor de todo es que nos tocó hacer grupo con uno de nuestros compañeros que tiene fama de ser machista, era la única opción que quedaba y si estaba el grupo incompleto no nos iban a dejar entregar el trabajo.
—Voy con Mariana a buscar un libro para completar la información que tenemos.
Nos dice Meisy y asentimos a lo que dice, cada quien tiene un libro sacando información, no nos permitieron usar nuestras laptops porque quieren que todo sea escrito por nosotros
—No me gusta tener que estar metido en estos libros, me parece una estupidez que no nos dejen usar las computadoras de la biblioteca y menos nuestras laptops —se queja Rayan, es el compañero que le tocó hacer grupo con nosotros.
—Deja el drama, sigue leyendo para que saques tu parte, no eres una niñita para estar llorando —masculla Kaleth con cierto fastidio.
—No estaba hablando contigo, metido.
—Cállense, no me dejan concentrar.
Se vuelven a quedar callados.
Siento una mano que me toca la pierna logrando que dé un saltito, veo que es Rayan y le quito la mano con fuerza, vuelve a tocarme, pero esta vez al punto de subir mi falda, reacciono dándole un pisotón y me queda viendo con sus ojos grandes.
—¿Qué te pasa, imbécil? —le digo entre dientes—. Me vuelves a tocar y te dejo sin dientes.
—No te hagas la que no quiere nada conmigo, no dejas de verme desde que empezamos hacer la tarea, y es entendible, no encuentras con Izen lo que te gusta.
—Izen es más hombre que tú.
—Eso no vas a decir en unos años, él estará viejo y tú estarás joven y tan guapa como ahora, querrás salir a divertirte y nada de eso se podrá porque él estará cansado de tanto trabajar —se me acerca de manera retadora—. Me tienes aquí, aprovéchame, no tenemos que tener una relación estable para perdernos por ahí un par de veces.
—Mejor termina la parte de tu trabajo, no vas tan bien en la escuela y si sigues así vas a terminar siendo un mediocre, y, créeme, vas directito a ser un mediocre.
—Te haces la difícil conmigo y aquí todos sabemos lo fácil que eres, te le metiste en la cama a Izen, te dio igual que fuera tu profesor —me hace dar un brinco al sentir el apretón en mi nalga.
Antes de que pueda hacer algo más, le doy una cachetada, no le voy a permitir que me trate como le dé la gana, conmigo se equivocó. Me agarra de los brazos con fuerza y me suelto dándole otra cachetada, está por regresarme el golpe y Kaleth aparece en medio de los dos y sin pensarlo le manda un golpe en su cara. Los profesores los separan y parece que quieren seguir con la pelea.
—Los dos se van a la dirección, no acepto estas peleas en mi clase —el profesor los mira—. No estoy trabajando con niños.
—No me voy a ir para dirección, la que causó todo fue Noelia, me pegó dos veces.
Habla y el profesor me mira.
—¿Eso es cierto, señorita Jiménez?
—Me agarró la nalga, por eso le pegué, y Kaleth me defendió porque él me quiso golpear.
—Los tres se van para dirección, le explican todo a la directora y que ella decida qué hacer con ustedes, mientras quedas por fuera de mi clase durante dos semanas, Rayan, tu comportamiento con Noelia es inaceptable.
—Claro, como ella es novia del profesor Izen puede hacer lo que le dé la gana, ¿acaso usted también quiere con ella? Como sabe lo fácil que es.
Reacciono con rapidez y le doy un rodillazo en su parte, el profesor me agarra para que no haga nada más. Este chico me ha colmado la paciencia, no puede tratarme como le dé la gana y quedarse como si no hubiera dicho nada.
—Basta, vienen conmigo, si los dejo irse solos se matan en el camino.
Nos hace caminar y va detrás de nosotros, no me interesa si la directora se va a molestar, yo únicamente me defendí de Rayan que se propasó conmigo.
—¿La directora está en su oficina?
Le pregunta el profesor a Rosmery.
—Sí, puede pasar.
Asiente y cuando estoy por entrar Rosmery me toma del brazo.
—¿Qué pasó? El profesor parece enojado.
—Rayan me agarró la nalga y le di su cachetada, quiso golpearme y Kaleth lo terminó golpeando.
—¡Es un maldito! Ya entra, seguro la directora se pone de tu lado.
Entro a la oficina y los chicos ya están sentados, me ubico al lado de Kaleth y el profesor detrás de las sillas, la directora tiene su atención puesta en nosotros esperando que digamos qué pasó.
—No están aquí por ser unos angelitos, ¿no es así? —nos interroga con la mirada—. ¿Qué pasó, profesor? Me sorprende verte aquí, Kaleth, no eres el chico problemático que tienen todas las escuelas.
—Rayan se propasó con la alumna Noelia y ella en su defensa lo ha golpeado, y Kaleth se metió a defenderla porque Rayan quiso golpearla.
—¿Es eso cierto, Noelia?
—Sí, me ha tocado y yo me defendí, tiene que aprender a respetar a las mujeres.
—Ay, por Dios, tú me estabas coqueteando desde que empezamos a hacer la investigación del trabajo, yo soy hombre, correspondí a mi instinto —se defiende—. Y les aseguro que me tienen aquí porque Noelia tiene una relación con el profesor Izen, porque si hubiera tocado a otra de mis compañeras no hubieran hecho nada.
—Instinto cobarde es lo que tienes —masculla Kaleth entre dientes—. Admite que eres un machista abusivo.
—En primer lugar; ser hombre no te da el derecho de faltarle el respeto a nadie, eso no te hace más hombre. Y en segundo lugar; le estamos dando a Noelia la misma importancia que le damos a todos, su relación con Izen no tiene que ver nada con lo que tú hiciste —afirma sus codos en su escritorio—. Rayan, sabes que toda mala acción tiene un castigo, y yo tengo que aplicarte un castigo, lo que hiciste es inaceptable, no puedes tener un comportamiento machista, las mujeres no son objetos que si te provocan puedes tocarlas.
—¿Y a ellos no les dará un castigo? Los dos me golpearon.
—Noelia reaccionó a lo que tú le hiciste, le faltaste el respeto, y Kaleth tendrá que venir el fin de semana a hacer labor social con el grupo de apoyo —le dice con calma—. Tú, Rayan, tendrás que hacer labor social durante lo que resta del año escolar, también tienes que pedirle una disculpa a Noelia por haberte propasado.
—No me voy a disculpar, ella también lo tiene que hacer.
—¿No lo harás?
La directora le da una mirada retadora.
—No.
—Bien, no quiero verte en la graduación, no quiero un alumno que aparte de no respetar a las mujeres sea capaz de llevarme la contraria. Profesor, gracias por ponerme al tanto de lo que pasó, ya pueden retirarse.
—No, espere, sí me voy a disculpar con Noelia —Rayan resopla, es claro que lo hará porque se siente obligado—. Discúlpame por haberte faltado el respeto, no fue correcto tocarte sin tu consentimiento, no volverá a pasar.
—Eso era todo, no se te partió un hueso por disculparte. Pueden irse, Kaleth, te espero el fin de semana para que hagas tu labor social, y a ti también, Rayan.
Asentimos a lo que dice la directora y salimos de su oficina, es bien merecido el castigo que le dieron a Rayan por pasarse conmigo, desde que llegué a la escuela nunca me había hablado y ahora se propasa conmigo. El profesor nos dice que nos espera en la biblioteca para que sigamos haciendo el trabajo, y esta vez no quiere problemas que interrumpan su clase.
—Te debes sentir ganadora porque tienes a los profesores y a la directora de tu parte, debiste hacer muchos méritos dentro de una habitación para tenerlos comiendo de tu mano.
—No empieces, Rayan, me dará igual que me toque hacer labor social todo lo que falta de la escuela si sigues molestando a Noelia.
—No te preocupes, Kaleth, yo puedo con él —le doy unas palmadas en el hombro—. Y sí, me siento de maravilla, y no tuve que llevarme a la cama a nadie para que hicieran que me pidieras una disculpa. Y te lo voy a dejar muy claro para que no se te olvide —me acerco, me pongo en puntillas para quedar cerca de su oído y susurrarle—; Me vuelves a agarrar como lo hiciste en la biblioteca y no me va a temblar la mano para dejarte sin dientes.
—¿Me estás amenazando?
—Te estoy advirtiendo, gran pendejo.
—Eres mujer, eres débil.
—Ponme a prueba y veremos quién de los dos es el débil.
Me doy media vuelta y tomo del brazo a Kaleth, si lo dejo es capaz de partirle la cara al pesado de Rayan; ese chico es insoportable. No le permito a nadie que me falte el respeto, me sé defender muy bien y no me quedo con nada, por eso no dudé dos veces en darle la cachetada a Rayan.
Llegamos a la biblioteca y las chicas nos empiezan a llenar de preguntas, nuestros compañeros le han contado lo que sucedió. Nos acomodamos en el lugar que estábamos y seguimos haciendo la investigación, hay que entregarla hoy y ya perdimos mucho tiempo por estar peleando.
—Hey, ¿qué fue lo que pasó? Unos alumnos estaban diciendo que tú y Kaleth golpearon a Rayan.
Izen aparece mirando para todos lados.
—Me agarró la nalga, por eso lo golpeé.
—Y yo le di un puñetazo porque noté sus intenciones de golpear a Noelia.
—Se tenía bien merecido lo que le hicieron, no puede estar de atrevido, no le digan a nadie que los apoyo a ustedes —nos susurra lo último—. ¿Estás bien? —noto su preocupación.
—Sí, no te preocupes, la directora hizo que se disculpara conmigo —le doy una sonrisa para que se tranquilice—. Regresa a dar tu clase, no te quiero causar problemas.
—Quería saber cómo estabas y lo que había pasado —me dice en un susurro—. ¿Nos vamos juntos?
—No, hoy tengo doble jornada, nos darán la hora de almuerzo y regresamos a clases hasta las seis. Podemos almorzar juntos.
—Perfecto.
Me guiñe un ojo y desaparece.
Las chicas junto a Kaleth empiezan a molestar y no puedo hacer otra cosa que reír, con ellos nunca voy a ganar, así que lo mejor es que me ría de las cosas que dicen. El profesor aparece y nos quedamos callados, es capaz de bajarnos la calificación si nos encuentra hablando y riéndonos de todo.
—¿No has hablado con Javier? Todavía no creo que se haya ido sin despedirse de nosotros, nos hizo creer que se iría después de la graduación de Carlos —Kaleth hace a un lado su libro para verme—. Ayer hablamos, estaba en una fiesta, se escuchaba mucho ruido.
—¿Saben por qué se fue? Parecía muy contento aquí con todos nosotros, y de repente nos enteramos por Carlos que su hermano se había ido, yo no me lo esperaba, quedé atontada —le sigue el tema Mariana.
—Es obvio que se fue porque no quiere fallarle a Izen, le gusta Noelia y en cualquier momento pudo pasar algo entre él y Noelia, y por favor, no me digan que no lo pensaron, es clarísimo —Meisy se nos queda viendo—. Es entendible que se haya ido, necesita su espacio y mucho tiempo para superar todo lo que debe sentir.
—Javier es un chico estupendo, él sabía que lo que siente por mí es una locura, no podía pasar nada entre nosotros.
—¿Y por qué no? Él te tiene ganas y no creo que tú le seas muy indiferente, las mujeres son creadas por el diablo y de eso no tengo dudas.
—¿Podrías terminarlo, Mariana? Kaleth necesita ayuda.
—Pero responde lo que te ha preguntado —insiste Meisy.
—Chicas, yo estoy enamorada de Izen, ¿tienen idea de lo que es eso? No le presto atención ni a mi sombra, mucho menos a Javier, ustedes saben lo coqueto que es
—A mí nunca me coqueteó —dice Mariana.
—A mí menos —le sigue Meisy con una risita.
—Pues a mí tampoco me ha coqueteado.
Terminamos por reírnos de lo que dice Kaleth, es claro que no le va a coquetear, no es gay. Seguimos terminando la investigación porque hemos hecho muchas pausas y nunca vamos a terminar, trabajar en grupo nos obliga a hablar de todo lo que nos acordamos y por eso es que estamos tan atrasados.
[….]
He quedado con mis papás de cenar, mi padre quiere que cenemos todos juntos, el día de la fogata quería hablar conmigo y no presté atención, puede que únicamente quisiera compartir. En la cena solo van a estar mis papás y mi hermano, así que puedo estar en ropa básica en la mesa, yo no le veo problema y mis papás no creo que digan nada, les da igual mi manera de vestirme.
Saludo a mis papás, mi hermano no ha bajado todavía y nos toca esperar a que baje para cenar los cuatro, es más incumplido que yo.
—Hasta que apareces, aquí no tienes corona —me quejo al ver que mi hermano viene bajando por las escaleras—. Mis pobres tripas piden comida a gritos.
—Exagerada como la mamá —mi papá le pone una silla a su lado—. Siéntate, hijo, podemos empezar a comer ya. Les voy a pedir que por favor no haya discusiones en la mesa, quiero que cenemos en paz.
—Por mí no hay problema, yo después de estar comiendo me da igual el mundo —Damián empieza a comer—. ¿Y ese milagro que quisieron comer con nosotros? Se fueron de viaje varios días y nos avisaron cuando ya iban en el avión.
—Los extrañamos, por eso quisimos comer aquí con ustedes —responde mi madre con una pequeña sonrisa—. ¿Qué tal la escuela, hija?
—Pues bien —le digo después de tragar—. Golpeé a un compañero, eso fue lo más interesante que me pasó.
—¿Que hiciste qué? Estás por terminar la escuela, no te puedes dar el lujo de meterte en problemas.
—Me agarró una nalga, no me iba a quedar sin hacer nada, papá.
—Te defendiste, eso fue todo —mi madre defiende mi punto—. ¿Y tú en la universidad cómo vas, hijo?
—Todo está perfecto, haremos un viaje de fin de semestre porque nos fue muy bien a todos, les aviso que iré.
—¿Me vas a dejar sola? Qué mal hermano eres, me voy a aburrir aquí en la casa.
—Puedes venir con nosotros, haremos un viaje a Argentina y cae justo en el tiempo que sales de la escuela, no te caería nada mal.
—¿En serio, papá? —asiente y empiezo a celebrar—. ¡Claro que acepto ir!
—Bien, vienes con nosotros.
Podré ir a ver a Javier, no sé si sea una buena idea, pero eso me da mucha emoción, si no quiere verme ya ese es su problema. Seguimos cenando y nadie en la mesa se queda callado, podemos hablar de cualquier tema sin ningún problema, así es con mis papás, casi nunca están, pero tienen ese don de saber escuchar.
—Esta belleza se retira, ya terminé de cenar. Buenas noches.
Ruedo mi silla para levantarme.
—No aguanta nada sin hablar con Izen, por eso se va. ¿Sabes que hace videollamada con Izen a medio vestir, papá?
—Noelia —me reprocha con sus ojos abiertos—. Cuidado, eres una niña.
—A medio vestir nunca, sin ropa ¡siempre!
Le grito y me voy corriendo, escucho las risas de Damián y de mi mamá, pero también los reproches de mi papá, es un dramático, le puede dar algo con tanto drama. Me tiro en la cama y agarro mi celular para marcarle a Izen, quiero que sepa que me iré unos días con mis papás cuando salga de la escuela.
—¡Hey, hola! —exclamo al ver que me responde—. Tengo que contarte algo.
—Hola, mi amor, ¿podemos hablar después? Estoy en un restaurante con Georgina, estamos hablando sobre una actividad que haremos para la escuela.
—Mmm, estás con la profesora que no pierde oportunidad de coquetearte. Hablamos más tarde, chao.
—¡Espera!
—¿Qué?
—Que te amo.
—Yo lo sé, Izen.
Le cuelgo.
No desconfío de Izen, pero sí de la profesora que es muy coqueta cuando lo tiene cerca. No voy a crear ideas locas en mi cabeza, no me voy a dar mala vida, hoy almorzamos y todo entre nosotros va muy bien, no es momento de crear ideas sin sentido. Me acomodo en la cama, no me queda de otra que dormirme.
—Te está buscando Carlos, está con una chica, me dijo que se están conociendo.
—Damián, tú siempre me interrumpes cuando quiero dormir, me provoca tomarte del cuello y sacarte de aquí.
—Estabas feliz hace unos minutos, ¿qué te hizo Izen?
—Nada, chismoso.
—Dime.
—Está reunido con la resbalosa de Georgina, es una maestra de la escuela.
—A ver, mamacita, sin celos, ¡sos preciosa, mina!
—No eres argentino, hermanito, mejor haz silencio.
Lo dejo solo en la habitación, llego a la sala y no hay nadie, camino hacia el jardín y los veo de espaldas, están cerca de la piscina. A medida que me acerco voy reconociendo a la chica que está sentada en el sofá, espero que me esté equivocando.
—¿Alice?
Las palabras salen de mi boca de manera lenta y hasta sorprendida.
—¿La conoces? —me interroga Carlos.
—Sí, la conozco —le doy un abrazo a Carlos y luego uno a Alice—. ¿Tú eres la chica con la que está saliendo, verdad?
—Hola, Noelia, y sí, estamos saliendo.
—Dios, qué chiquito es el mundo. ¿Se conocen por lo que pasó con Izen?
Alice me mira la cara, parece nerviosa y un poco apenada por la situación.
—Él sabe todo, no te preocupes.
Me rasco la sien, esto es algo incómodo.
—¿Quieren algo de tomar?
—Una limonada no caería nada mal.
Responden los dos al tiempo.
Vaya sorpresa la que se llevará Izen cuando se entere de que Alice es la chica con la que está saliendo Carlos, ella tendrá que compartir con todos nosotros y presiento que será incómodo para todos, pero tampoco juzgo a Carlos, le gusta la chica y ya, no podemos obligarlo a dejarla, y a mí me alegra que ya no tenga que estar detrás de mí, es un buen chico y merece que le pasen puras cosas buenas.
Traigo las limonadas y nos quedamos hablando, les he preguntado que cómo se conocieron y me dijeron que fue en un almacén donde los dos fueron a comprar zapatos, empezaron a salir y están viendo si todo funciona entre ellos. Alice no me parece una mala persona, pero lo que causó no fue un simple rumor, causó daño y por más disculpas eso no cambiará.
—Noelia, no quiero que pienses que te estoy jugando sucio a ti o a Izen por estar con Alice, yo sé todo porque ella misma me lo contó, no quería que hubiera secretos si íbamos a empezar a conocernos, lo que no sabía era que ya ustedes se conocían.
—Lo que pasó con Izen y con Alice no es mi problema, y no pienso juzgarte, te gusta y no hay vuelta atrás, eso es lo que cuenta, lo que sí es que Izen no pensará de la misma manera que yo, todo lo que pasó le debió doler en su momento, y yo lo entiendo, no la pasó fácil.
—Tú eres testigo de que me fui a disculpar y no quiso aceptar mis disculpas.
—Y no lo hará por mucho tiempo, está dolido.
—Yo puedo hablar con él, no quiero que piense que lo he traicionado.
—No te preocupes, Carlos, esto es algo que yo causé y soy yo la que lo tiene que arreglar —Alice le da un pequeño beso—. Todo va a mejorar.
—Espero que sí.
—Izen es un chico increíble, fue grosero contigo porque te lo ganaste a pulso. En fin, ustedes son los que tienen que arreglar todo, yo soy la novia y voy a estar del lado de Izen, y tú me caes bien, Alice, por eso me haré a un lado de todos sus problemas, claramente, debo apoyar a Izen.
—Gracias, Noelia.
—No me agradezcas, únicamente sé cuál es mi lugar.
Carlos pone otro tema de conversación y nosotras le seguimos la corriente, tampoco nos vamos a quedar hablando sobre lo mismo. Yo prefiero estar lejos de todos los problemas, para Izen voy a estar siempre, lo lógico es que lo apoye, pero también tiene que aprender a perdonar o estará lleno de odio por todo lo que pasó en su pasado, y no quiero que eso pase, él no es la clase de persona que vive lleno de resentimiento.
Ha llegado el tiempo de hablar sobre este tema, voy a lograr que hable con Alice y que ella le cuente las cosas justo como hizo conmigo, puede que así vea las cosas desde otro punto de vista y vaya dejando ir todo el resentimiento que lo está matando. La próxima vez que nos veamos no dejaré pasar la oportunidad y hablaremos sobre lo que sucede, hay que cortar de raíz lo que está sucediendo y espero que Izen me escuche, tiene que madurar a las buenas o a las malas.
—¿Me prestas un baño? Me urge —Alice aprieta sus piernas con una sonrisa.
—Sí, claro, subiendo las escaleras hay uno, pero si no quieres ir abajo también está uno al final del corredor —le señalo y se va casi corriendo.
Carlos me queda mirando de manera seria y por esa cara presiento que quiere hablar conmigo, él no deja pasar nada, por más tiempo que pase le gusta aclarar todo, y eso no es malo, hablar de las cosas que suceden favorece muchas cosas que se pueden prestar para malos entendidos.
—No quise decírtelo enfrente de Alice para que no se sintiera incómoda, debo aclarar que si no te dije que me estaba conociendo con una chica es porque no tengo muy claro lo que siento, ella me gusta muchísimo, pero cuando te tengo cerca y te veo sonreír siento una sensación extraña dentro de mí, y no sé si es porque me sigues gustando o porque me encanta verte sonreír.
Me acomodo en el mueble y lo tomo de su mano.
—Por lo que yo noté, es obvio que te gusta la chica, y te ves muy bien a su lado, y puede que tu confusión se deba porque te has empeñado que debo gustarte, porque desde que nos conocimos ha sido de esa manera. Y te aclaro, no tienes que darme explicaciones de lo que sientes, aunque te lo agradezco.
—¿No crees que estoy loco?
—Pues de eso no tengo dudas, pero no estás loco por estar confundido, se te pasará, así que tranquilo —le acaricio el brazo—. En unos días esas dudas van a desaparecer, estoy segura.
—¡Al diablo, eres la mejor! —me abraza de repente.
—Ya, sin contacto físico —lo alejo y se ríe.
Alice regresa y deciden irse, ya es un poco tarde y nos quedamos hablando durante varias horas, que me hayan venido a visitar no ha sido tan malo. Ojalá que Carlos aclare todas sus dudas y pueda estar en paz con Alice, eso sería muy bueno, tener dudas debe ser una sensación cero favorable y poco agradable para el que la sienta.
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Soy tu alumna
RomanceNoelia es una chica que no le importa conquistar a la persona que sea para obtener lo que quiere, es decidida y para todo tiene una respuesta. Es atractiva, inteligente e imparable ante todos, ella nació para tener todo lo que desee y cuando sienta...