33. Una decisión válida.

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SOY TU ALUMNA

Capítulo 33; Una decisión válida.

—Noelia Jiménez—

Dejo la revista a un lado de mi cama, ya me aburrí de seguir viendo modas, me estoy acomodando para dormir y siento un ruido en la ventana, me imagino que es la brisa, pero segundos después parece que alguien estuviera tocando, me levanto para mirar si hay una persona ahí y al ver que es Izen abro la ventana y lo ayudo a entrar, ya es tarde, no esperaba que viniera.

Sin decir nada me da un abrazo, me relajo ante su cálido abrazo que tarda unos diez segundos, se aparta un poco y ya no se me hace raro que me dé un beso en la nariz, es mi parte favorita cuando nos vemos, un beso en la nariz es como decirme que me ha extrañado. Se inclina hacia mí y me besa con suavidad, jadeo, perpleja ante su beso, no porque sea extraño, sino porque parece que necesitara de mí. Cierro los ojos y me dejo llevar, los labios de Izen acarician los míos con ternura y cuando nos separamos una sonrisa se forma en sus labios.

—Besas tan bien —susurra dejando caer la cabeza sobre mi hombro.

—Tú también —lo tomo del brazo y nos vamos al balcón, está haciendo frío—. ¿Por qué has venido tan tarde? ¿Te sientes mal?

—Noté tus celos cuando te dije que estaba con Georgina, así que no quise que te durmieras pensando cosas que no son, por eso vine.

—No estaba celosa.

—Parecía que sí —me dice con una sonrisa de medio lado, me rueda para que deje mi cabeza en sus piernas—. Aunque esté con la chica más hermosa de este mundo voy a pensar en ti, ¿ok?

—Conste, ¡eh!

Nos quedamos callados, creo que debo hablarle sobre lo que ha pasado con Alice, no quiero que se siga envenenando. Quito mi cabeza de sus piernas para poder mirarlo a los ojos y que pueda ver que todo lo que le diré es lo que estoy sintiendo y que todo esto es por ayudarlo.

—Quiero hablarte sobre Alice.

Su expresión de calma desaparece al escucharme.

—No quiero hablar sobre lo que sucedió con ella, eso es pasado.

—Izen, yo quiero ayudarte, y por más que digas que es pasado muy dentro de ti sabes que guardas resentimiento. Mira, no la voy a justificar porque la chica te hizo muchísimo daño creando una mentira, pero creo que no sabías que tenía problemas con sus papás, ellos eran agresivos y ella en medio de su desesperación pensó que si estaba contigo la podrías sacar de su casa, del infierno que estaba viviendo. Tienes que hablar con ella, es tiempo de que dejes ir todo lo que has guardado, piensa que no fue tan malo llegar a la escuela donde estás ahora, has conocido personas increíbles que te quieren muchísimo —intenta levantarse y lo detengo—. No tienes que sentir tanta rabia dentro de ti, no es bueno y tampoco es necesario.

—¿Y por eso debía inventar que yo la acosaba? Olvídalo, esa chica estaba obsesionada conmigo, yo le pedí que dijera que era una mentira y todo el tiempo me decía que debía estar a su lado para desmentir todo lo que había dicho. Yo no era el culpable de que tuviera padres tan miserables y pocos comprensivos.

Le agarro una mano. —¿No te parece cansón estar guardando tanto odio? Tú no eres una mala persona, Izen, tú lo sabes. Habla con Alice, que te explique todo.

—No me pidas eso, Noelia, yo veo a esa chica y quiero hacerla pagar por todo lo que hizo.

—Si no lo quieres hacer por ti, hazlo por mí, ¿si? —me le subo en las piernas, dejando las mías de cada lado de las suyas—. No tienes que disculparla y olvidar todo enseguida, pero te hará bien que la escuches y tengas su versión del porqué te causó daño.

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