SOY TU ALUMNA
Capítulo 35; ¡Abrazo grupal!
—Noelia Jiménez—
—Meses después—
Hoy puedo decir que lo que empezó como una condición con mis papás, terminó convirtiéndose como en mi segundo hogar, un hogar donde podía ser yo, donde me reía, donde compartí muchísimas cosas con mis amigos y donde bromeaba sin tener que actuar algo que yo no era. Todo lo que pasó durante este año ha sido nuevo para mí, conocí personas que se convirtieron en mis amigos, compartí con mis papás que muchas veces dejaron de hacer su trabajo para venir a casa porque querían ver a mi hermano y a mí, consideré como amigos a chicos que estuvieron ahí siempre y que yo juzgaba porque no me daba la oportunidad de conocer, crecí como persona y no dudé de lo que soy. ¿Y lo más importante? Me enamoré de alguien que me ha demostrado que las relaciones sí pueden funcionar y que no me ha hecho dudar de lo importante que soy en su vida.
La escuela me ha brindado experiencias que no voy a olvidar porque me hicieron sentir muy feliz, y nunca voy a olvidar cuando conocí a Meisy, su cabello rojo y su falda tan corta como la mía fue lo primero que noté, me esperó hasta que hablé con la directora y desde entonces nos hicimos amigas, y ha estado conmigo cada vez que me he sentido mal. Con Mariana fue distinto, nos llevamos mal porque ella pensaba que yo quería quitarle a Kaleth, y después de un tiempo por una falsa alarma de embarazo nos hicimos amigas. Entendí que no todas las personas son malas y que sí se puede tener amigos, las diferencias siempre estarán ahí, porque si todos fuéramos iguales nos aburriríamos, por eso es mejor arreglar todo y continuar la vida.
Han sido tantas cosas en este año que está por terminar, y puedo decir que no me arrepiento de nada, ni siquiera me arrepiento de haberme ido a Milán, porque aunque no me fue bien entendí que a veces la prisa termina haciendo que todo salga mal y que todo tiene un tiempo. He sido feliz en muchos momentos, he estado triste por situaciones que me han lastimado y he aprendido a tener la madurez de ver las cosas desde otro punto de vista.
Durante todos los meses que han pasado no he desperdiciado ni un segundo, he compartido con Izen muchas aventuras, hemos salido a distintos lugares que los dos queríamos conocer y vimos una buena oportunidad para estar juntos, hemos ido a cenar, a bailar, a jugar y a visitar a sus papás que se han comportado muy bien conmigo. Con los chicos también he ido a muchos lugares, queríamos aprovechar cada instante para sumarlo a la lista de recuerdos, Alice ha compartido con nosotros porque oficialmente ya tiene una relación con Carlos y no podemos hacerla a un lado, Izen ha tratado de sobrellevar todo para no hacer los momentos incómodos. Todos quisimos compartir porque debemos irnos a estudiar fuera de nuestra ciudad y debemos distanciarnos, los únicos que van a seguir en la ciudad son Ross, Jose, Fernando, Molly y mi hermano porque siguen en la universidad, tendrán vacaciones porque ya es un viaje que tienen planeado, les ha ido muy bien con sus calificaciones y merecen irse a ese viaje.
El viaje que haré a Argentina todavía sigue en pie, quiero aprovechar para ir a preguntar en algunas universidades sobre la carrera que ya decidí que quiero estudiar. Tenía pensado ir a visitar a Javier, pero desde que se fue en estos meses únicamente hemos hablado un par de veces y siento que es muy cortante, así que un día ya no lo quise llamar más y él tampoco a mí, así que llevamos mucho tiempo sin hablar. Con Izen y con los chicos sí habla todo el tiempo, y no es malo, son amigos y se tienen un gran cariño. Igual las cosas tenían que ser así, Javier necesita su espacio y puede que cuando estaba en la ciudad me hablaba porque soy la novia de su mejor amigo.
Sobre Ashley solo sé que sigue con su tratamiento, le quisieron dar salida y pidió que la dejarán más tiempo, todavía recuerdo que me llamó porque quería verme, y sin ningún tipo de remordimiento le dije que no, que no quería escuchar sus disculpas porque ni siquiera su falta de estabilidad justificaba todo lo que hizo para dañar mi relación con Izen. Y no es que le haya dicho que no iría a verla porque me siento mejor que ella, yo también la hice sentir mal en muchas ocasiones, sino porque no quiero ir a visitarla y tener que aceptar sus disculpas por obligación. Mi vida no se puede basar en malas decisiones.
He entrado a todos los almacenes buscando los tacones para el vestido que compré para la graduación, siento que nada me gusta y me molesta que quiera verme perfecta para ese día y ninguno de los almacenes de zapatos tenga lo que estoy buscando. Me falta un último almacén por entrar, si no encuentro lo que estoy buscando me tocará encargarlos en línea. Empiezo a mirar todos los tacones que hay y justo en un estante veo los que quiero, son hermosos, le pido ayuda a una asesora y me busca unos de mi talla que me quedan muy bien, son de color plateado y son cerrados, sencillos, pero me harán brillar.
Hago la compra y cuando estoy saliendo del almacén alguien me agarra de la mano, volteo con rapidez y me encuentro con Freddy, hace mucho no lo veía, se había ido de la ciudad porque todo lo que pasó con Ashley le afectó y quería tener otras oportunidades para ser feliz. Hemos estado hablando durante todo este tiempo, antes de que se fuera nos encontramos en el parque al que voy a correr con mis amigas y quisimos intercambiar números para tener comunicación.
—¿No piensas saludarme? —habla seguido de una sonrisa. Le doy un abrazo y me aprieta con fuerza—. ¿Cómo estás? ¿Cómo va todo en tu vida?
—No sabía que estabas en la ciudad, y pues todo en mi vida va bien, no todo es perfecto, pero está bien así. ¿Y tú por qué regresaste?
—¿Y si te invito a tomar algo y así platicamos?
—Quiero un helado.
—Un helado será.
No tenemos que caminar mucho, las heladerías no están lejos. Hacemos nuestro pedido y cuando los traen acomodo las bolsas que tengo encima a un lado, yo he pedido un helado de frutos rojos y Freddy uno de vainilla.
—Me alegra verte mucho mejor, siento que has dejado ir lo que te tenía tan mal —soy sincera, de verdad me alegra que esté bien—. ¿No has hablado con ella?
Por supuesto que sabe que me refiero a Ashley, así que no necesito explicarle.
—Yo también me siento bien —toma una cucharada de lado y la mete en su boca—. Y no, no he hablado con Ashley, tengo meses sin saber de su vida, la última vez que la vi me hizo sentir insuficiente, me hizo sentir que no la merecía porque era poca cosa para alguien como ella que tiene todo lo que yo no. No la quiero de regreso en mi vida porque me la va a joder nuevamente.
—No tienes idea de lo que pasó entonces —afirmo.
—¿Qué pasó?
—No puedo contarte, has dicho que la sacaste de tu vida —saboreo mi helado—. Ni modo, amigo.
—¿Es en serio? —me lo dice con un tono de reproche—. Dime, ¿qué pasó? —me vuelve a interrogar.
—Ashley intentó quitarse la vida otra vez hace unos meses, la ansiedad le ganó.
—¿Fue por Izen?
—Izen no es culpable de lo que hizo, Ashley no supo entender que él ya no quería nada con ella, que en la vida todo cambia, se dejó ganar de la obsesión que tenía y terminó mal. Fue ella la que quiso quedarse estancada, nadie la obligó.
Se queda en silencio mientras mira a la nada.
—Es imposible que lo siga queriendo, terminaron hace mucho tiempo —noto la tristeza en su voz—. Yo tuve que hacer tantas cosas para pretender que no existía y ella tratando de quitarse la vida por alguien que no la ama —se pasa la mano por la cara y me mira—. A veces quería llamarla, pero luego recordaba todo lo que me hizo, todo lo que me dijo la última vez que nos vimos y dejaba el celular a un lado, tuve que emborracharme para dejar de sentir por unos minutos. Esto ha sido tan difícil.
Afirmo mi codo en la mesa y dejo mi mentón afirmado en mi mano.
—Mejoraste, pero las sigues queriendo, ¿verdad?
—Y no sabes cómo odio que sea así.
—Búscala, habla con ella, siento que necesitas hacerlo para estar más tranquilo.
—Si la vuelvo a ver no querré dejarla ir nuevamente.
—Es tu decisión si la vas a ver, hay que cerrar ciclos o dar segundas oportunidades —tomo una servilleta y le escribo la dirección de la clínica donde tienen a Ashley—. Si te decides la buscas en esa dirección.
—Una chiquilla dándome consejos —se ríe de manera graciosa—. Gracias, de verdad me ha hecho bien hablar contigo —me besa la mano—. Por estar hablando de mi vida se me olvidó preguntarte, ¿cómo va tu relación con Izen?
—Bien.
—¿Bien? No suenas convencida.
—Nos vamos a separar porque me tengo que ir a estudiar.
—¿Terminarán su relación?
—Se puede decir que sí, es como un tiempo que nos daremos.
—Van a regresar, lo de ustedes es real y sincero.
Me lo dice con una sonrisa sincera.
—Ojalá.
El tiempo pasa rápido y nos despedimos, Freddy tiene una entrevista de trabajo y yo quedé con mi hermano. Espero que todo lo que siente por Ashley se aclare y no se haga daño intentando arreglar algo que está roto, no me gustaría que le hagan daño, no es alguien de malos sentimientos, simplemente se enamoró de alguien que no lo merece.
El mundo fuera más fácil si cuando nos enamoráramos fuera un amor correspondido, pero a veces llegamos a tener sentimientos por personas que quieren a alguien más, y eso no se puede cambiar, es la realidad.
«Debería de haber más almas bonitas y menos corazones rotos».
[….]
—Día de la graduación—
Por lo general, las escuelas suelen hacer ceremonias de graduación con todos los estudiantes de último año, eso es lo que hacen todo los años, sin embargo, logramos convencer a la directora que cada salón tuviera su ceremonia en el estilo que uno quisiera y en el lugar que uno escogiera, y justo por eso la graduación de cada salón será un día diferente, la única condición que puso es que en nuestra ceremonia tenía que ir otro salón porque no podían extender más días la graduación, todos aceptamos felices.
Nos llevó semanas enteras organizar todo como queríamos, debíamos estar de acuerdo todos y no hubo problema cuando Carlos dijo que podíamos realizar la ceremonia de graduación en un hotel con terraza, la vista sería preciosa y tendríamos espacio. Escogimos ese lugar y lo decoramos a nuestro gusto, no tuvimos necesidad de contratar a nadie para que nos ayudara a organizar la idea que teníamos, con la ayuda de Fernando fue más que suficiente, y aunque quedamos cansados por estar para todos lados, valió la pena cuando vimos lo hermoso que estaba nuestro lugar. Es la primera vez que en la escuela la graduación no es con toga, debemos ir elegantes por regla, pero gracias a Dios no es con toga, lo que si nos toca usar es el birrete, fue una condición que no pudimos cambiar.
Todavía no puedo creer que hoy sea mi graduación, el tiempo se pasó volando, entre todos los momentos que vivimos se nos fue el tiempo y puedo decir que disfruté de cada instante que tuve. Ya me he arreglado, me ha gustado cómo he quedado, mi vestido es largo y de color verde menta, semiajustado en la parte de arriba logrando un escote hacia los tirantes que dejan ver mi cadena, a medida que baja va logrando la figura de mi cintura y tiene una abertura desde mi muslo hacia abajo dejando que se vean mis tacones plateados, opté por un maquillaje tipo soft glam, porque no quería que mis facciones y los acabados quedaran demasiado marcados. En mi cabello me hice unas ondas sueltas, se ven más naturales y hacen ver mi cabello más largo, y todo lo que logré con mi resultado fue terminar perfecta, porque la verdad es que sí me gusta lo que veo en el espejo.
Me estoy terminando de arreglar y mi celular se enciende, veo en la pantalla que la que está llamando es mi madre y abro la videollamada, está con mi padre, les tocó adelantar su viaje a Argentina y no pudieron quedarse para mi graduación, querían dejar todo tirado por quedarse y los convencí de que debían cumplir con su trabajo.
—¡Cariño, estás preciosa! —mi mamá habla con gran emoción y una sonrisa—. Lamento mucho no poder estar allá contigo para acompañarte y decirte lo orgullosa que estoy de ti.
—Tu madre tiene razón, hija, has quedado muy bonita. Te estamos esperando aquí, nos dices cuándo quieres venir y te esperamos —mi papá me manda unos besitos.
—No se preocupen porque no van a estar, en estos meses han hecho lo que no hicieron por mí durante casi toda mi vida —le sonrío—. Yo estoy bien, mi hermano me acompañará a la graduación, les contaré todo lo que pase. Y papá, yo iré en unos días, debo arreglar unas cosas aquí.
—Estamos orgullosos de ti —me dice mi padre—. Mereces este logro, nadie se ha esforzado como tú.
—Sí, hija, los dos estamos llenos de orgullo por tener una hija tan hermosa e inteligente. ¿Vas a querer algo de regalo?
—Gracias a los dos. Y sobre el regalo sí hay algo que quiero.
—¿Qué es? —me interroga mi madre, puedo ver su sonrisa.
—Dos entradas exclusivas para escoger la aventura que yo quiera en un lugar de aventuras extremas. Eso es todo lo que quiero.
—Entonces las tendrás —me dicen al tiempo—. Las mereces.
—¡Gracias! Los tengo que dejar, mi hermano me está esperando abajo para irnos.
—Cuídate mucho, y que te vaya muy bien.
Es lo que me dice mi madre antes de que cuelgue, si seguimos hablando no me iré nunca. Me hubiera gustado que estuvieran aquí, pero ellos también tienen una vida y no puedo pretender que la dejen a medias por mi culpa, yo sé que donde estén me están apoyando. Quiero tirarme de un paracaídas con Izen como nuestra despedida, él me llevó a tirarme de un acantilado y yo ahora quiero que nos tiremos de un avión en paracaídas.
Me doy una última mirada en el espejo y con una sonrisa en mis labios salgo de mi habitación, estoy bajando por las escaleras y veo a mi hermano vestido todo de negro, me mira con orgullo y una sonrisa, tiene un ramo de girasoles en sus manos. Yo sé que los hermanos pueden discutir, y que pueden pasar días sin hablarse, pero Damián y yo no somos así, aprendimos a hablar cuando hay problemas, y sí, discutimos, pero al rato estamos uno encima del otro pidiéndonos disculpas y diciéndonos lo pesados que somos.
—Tengo que decir que tú eres lo mejor que he visto —me da el ramo de girasoles y me abraza—. Felicidades, te mereces todo lo bueno que te está pasando.
—Me encantan los girasoles —le sonrío—. Que me lleves a mi graduación es el mejor regalo de todos, sabes que eres mi hermano y te amo, no suelo decirlo, pero te amo.
—Yo sé que me amas, y yo te amo también. Allá afuera te espera alguien.
—¿Quién?
—¿Te suena un profesor que está loco y que le interrumpiste la boda?
Camino hasta la puerta y la abro, se me escapa una risita nerviosa cuando veo a Izen recostado en su auto, doy unos pasos hacia él y me pone las manos en la cara para darme un cálido y tierno beso. Los besos de Izen son una de mis partes favorita de nuestra relación.
—Eres la graduada más hermosa que he visto —me susurra, besando mi nariz—. Este es tu día, necesito que lo disfrutes al máximo.
—Tú no te ves nada mal en esmoquin. Y sí, voy a disfrutar de este día, pero estando a tu lado.
—Te compré un regalo —saca una caja de color blanco que tiene mi nombre grabado y me la pasa—. Míralo.
Le quito la tapa de madera a la caja y siento que se me aguan los ojos, por más que tenga una sonrisa se me escapa una lágrima. Es una pulsera de pandora, un colgante de viajera que tiene como dije un mundo, y lo que ha hecho que se me escape una lágrima es que en el fondo de la caja hay una cadena que tiene un dije, es una luna por la mitad, le falta la otra mitad. Hay una pequeña nota que leo mentalmente; «Para la única chica que conozco que odia la monotonía. Te amo».
—Yo tengo la otra mitad del dije —Izen me muestra su cuello, su cadena tiene un dije en forma de sol—. La compré con la intención de unirlas cuando nos volvamos a ver después de que te vayas de la ciudad.
—No me quiero alejar de ti —le susurro. Se me escapa una lágrima y me la seca.
—Todo estará bien, te lo prometo —me vuelve abrazar—. ¿Te ha gustado lo que te compré?
—Me ha gustado mucho, gracias.
—¿Será que los tórtolos tienen tiempo para irnos? Vamos a llegar tarde a tu graduación, hermana.
Nos interrumpe mi hermano que se pone en medio de nosotros.
—Todo el tiempo interrumpes mis cosas, Damián —le reprocho—. Pero vamos, debo pasar por el cementerio.
—¿Irás a ver a tu abuelo?
Me interroga Izen.
—Sí.
Me subo al auto. En el camino escucho a los chicos hablar y yo sigo pensando en lo rápido que ha pasado el tiempo, parece que hubiera sido ayer que Izen me tropezó, que le bailé en una discoteca con la única intención de que se acercara y que no se casara por estar conmigo. Son tantas cosas que han pasado que incluso podría escribir un libro. Será difícil tener que alejarnos, pero es lo necesario y lo justo para que nada se termine rompiendo.
Llegamos al cementerio, Izen me ayuda a bajar del auto.
—Me esperan aquí, necesito hablar con mi abuelo a solas.
Le digo a los chicos y me agarro el vestido de ambos lados para que no se me ensucie, entro yo sola al cementerio, veo al señor que se me acercó aquella vez que vine a visitar a mi abuelo y lo saludo agitando mi mano, aquel día fue muy agradable conmigo y me hizo sentir bien. Sigo mi camino hasta que llego a la tumba de mi abuelo, está limpia, así que me siento y le doy un beso, su olor a perfume caro está regado por todo el lugar.
—Hola, abuelo. Me gradúo hoy, ¿puedes creerlo? Sí, yo tampoco lo creo. Me imaginé que querías ver a tu nieta favorita antes de irse a la ceremonia, así que aquí me tienes, tu nieta está por cerrar una etapa que la hizo inmensamente feliz. Me hubiera encantado que estuvieras aquí y que fueras tú el que me llevara a mi graduación, no se pudo, pero duele mucho —se me llenan los ojos de lágrimas, todavía me sigue doliendo que se me haya ido, teníamos tantas cosas por compartir—. Gracias por cuidarme en todos estos meses que pasaron, por darme las fuerzas para seguir adelante cuando sentía que no iba a poder más, abuelo, te amo infinitamente. Ahora debo irme porque allá fuera me están esperando, pero vendré a despedirme antes de irme a Argentina, ah, una última cosa, voy a estudiar veterinaria por ti, tú amabas a los animales y haré esto en honor a ti. Te amo, mi viejo.
Le vuelvo a dar otro beso a la tumba y me voy alejando, puedo sentir el olor de su perfume, nunca lo confundiría, todo el tiempo lo usaba porque era su favorito. Salgo y los chicos me miran esperando que les diga algo, solo les sonrío y me subo en el auto, todo está bien, no tengo que decirles nada.
[….]
¿Saben de alguna chica que llegue tarde a su graduación? Bueno, si llegan a escuchar algún día de la chica que llegó después de las palabras de la directora, esa soy yo. Me he perdido el discurso de los profesores y de la directora por llegar tarde. Y sí, es mi culpa, pero tenía que llegar al cementerio o no iba a estar en paz conmigo misma, quería compartir este logro con mi abuelo.
La decoración me sigue encantando, quisimos poner una alfombra roja en toda la entrada, de cada lado ubicamos unos cuadros de madera que forramos con papel blanco, y de esa manera hicimos unos ramos de globos blancos y dorados que se mueven en el aire, los pinos que están en el lugar tienen luces de color azul y alumbran todo el lugar, como también las lámparas enormes que hemos puesto.
Terminamos de entrar y no evito reírme cuando Fernando, Ross, Molly, Jose, Alice y Rosmery empiezan a hacerme porras logrando que mis compañeros empiecen a chiflar. Ellos sí que saben apoyar a una amiga.
Me he sentado al lado de Meisy que no ha dudado en abrazarme, al lado me queda Mariana y en las dos sillas que siguen está Kaleth y Carlos. Ya han empezado a llamar para los diplomas y los reconocimientos.
—Ese vestido y ese peinado te hacen ver espectacular —me dice Carlos—. Creímos que no ibas a venir, nos tenías desesperados.
—Fui al cementerio antes de venir.
—¿Y estás bien? —Meisy acaricia mi mano.
—Todo está perfecto.
—Ya sabes que estamos aquí —le sigue Mariana—. Eres nuestra amiga.
—Amiga que odiabas porque creías que quería conmigo —opina Kaleth con una risita—. Qué cosas han pasado durante este último año de escuela, Dios.
Nos toca levantar la voz porque están aplaudiendo.
—Muchas cosas. Carlos, ¿Javier no vino?
—Hablamos ayer, me llamó temprano para felicitarme por mi graduación y para decirme que me había mandado mi regalo porque no podía venir, hubo dos accidentes en el aeropuerto por falta de mantenimiento en los aviones y cancelaron todos los vuelos por prevención.
Asiento levemente con mi cabeza, guardaba la esperanza de volver a verlo, el que me dejó de hablar fue él, no yo. Prestamos atención a la ceremonia y se escuchan los aplausos cada vez que llaman a alguien, todos se miran tan felices y muy elegantes, estamos cerrando una etapa que nos llevará a otra que será muy importante para todos nosotros, es ahí donde vamos a demostrar todo lo que aprendimos en la escuela.
—Y ahora, una alumna que ha vuelto loco a media escuela por caracterizarse por no dejarse de nadie, por ser como es y por ser tan buena alumna —escuchamos a la directora y algo me dice que soy yo—. Noelia Jiménez.
Me levanto y se escuchan con fuerza los aplausos y los chiflidos, subo a recibir mi diploma y la directora me da un abrazo, los demás profesores hacen lo mismo y de último dejan a Izen que me abraza con más fuerza que todos y me dice que me quiere en un susurro. Toman algunas fotos y sonrío ante la cámara.
—¿Tienes algo que decir, Noelia? Algunas palabras para tus compañeros no estarían nada mal.
Tomo el micrófono que me ofrece la directora, todos se han quedado en silencio para escuchar lo que diré. No voy a dar un típico discurso de graduación, no estoy aquí para eso.
—No voy a hablar mucho, así que no esperen un discurso sentimental de mi parte, lo que les quiero decir es que; ¡vivan su puta vida como quieran, no le tengan miedo al éxito nunca! ¡Nos graduamos, chicos, sí pudimos! ¡Abuelo, esto va por ti!
Todos se levantan y empiezan aplaudir, puedo ver lo feliz que están, su sonrisa lo dice todo. Veo entre la gente a mi abuela y me bajo para ir donde ella y darle un abrazo, se había ido de la ciudad y no me dijo que regresaría hoy, nos llevamos mejor, ella trata de no meterse en mi vida y de entender que no todo tiene que ser como ella piensa, que nada tiene que ser tan estricto como en sus tiempos. Me alegra que haya venido, quería verla, es una forma de sentirme cerca de mi abuelo que descansa en paz. La dejo con mi hermano y me regreso a mi lugar, algunos compañeros chocan sus puños conmigo, también lo ha hecho Rayan que no se volvió a meter conmigo después de lo que pasó el día que me faltó el respeto.
Terminan de entregarle los diplomas a todos y se acaba la ceremonia, nos empezamos a tomar fotos y a tomarnos videos todos juntos. Me subo con Mariana y con Meisy a la plataforma para hacer un video booth, eso no puede faltar. Hago uno con Izen y luego con todos los chicos que están felices por todos nosotros.
Si me detengo un segundo a ver a los que me rodean me voy a dar cuenta de que las pocas personas que están a mi lado me hacen bien y no necesito a nadie más. He compartido tantas cosas con ellos durante este tiempo que ha pasado que sería imposible cambiarlos por alguien más, los quiero y ellos a mí, y no tengo necesidad de buscar a nadie más, me basta y me sobra con mi familia, con Izen y con mis amigos, y si me tocara pedir que alguien más estuviera aquí traería a mi abuelo para terminar de ser feliz.
Las fotos y los videos continúan, todos los que estamos aquí que somos estudiantes debemos regresar a casa para arreglarnos, la fiesta de graduación será en un par de horas y todos iremos de blanco, no será la típica fiesta en casa de alguien de aquí, escogimos un grampin que nos encantó para hacer una fiesta de graduación y de despedida. Habrá música, comida y todo lo de una fiesta, pero no quisimos hacer la fiesta en una discoteca o en otro lugar, todo tiene que valer la pena y nada mejor que un grampin que nos dará la mejor vista que podamos ver en mucho tiempo.
Solo nos graduamos un día de la escuela y por eso estamos todos de acuerdo en que cada cosa que hagamos tiene que valer la pena, porque lo que hoy hagamos lo vamos a recordar toda la vida y queremos que sea una experiencia que nunca hayamos vivido.
«La diferencia hace la diversión».
[….]
Y sí, esta noche se hizo para brillar con luz propia, y no me puedo quedar atrás. Después de la ceremonia me vine para mi casa a arreglarme para ir a la fiesta, el lugar está alejado de mi casa y tampoco es que quiera llegar tarde. Para la fiesta nos toca ir de blanco, así que quise un vestido sencillo, pero que me hiciera ver elegante, sexy y bonita, por esa razón escogí el vestido que traigo puesto que es de una sola manga y baja pegándose a mi cuerpo, este también tiene una abertura, la única diferencia es que queda más abajo del muslo y trae arandelas que le dan un toque elegante y sofisticado, lo he combinado con unas zapatillas de color dorado, mi cabello y mi maquillaje son el mismo, únicamente me di unos retoques para verme mejor y cambié el color de mi labial por uno nude.
Estoy lista para brillar sin tener que opacar a las demás personas. Esta es mi noche y quiero disfrutar de cada segundo de la fiesta, que aunque no es nada del otro mundo, le pusimos mucho empeño para dejar el espacio como queríamos.
Izen detiene el auto, está por bajarse para ayudarme y lo tomo del brazo.
—Te tengo una invitación.
—¿A mí?
—No, a tu vecino, por supuesto que a ti. ¿La vas a aceptar?
—Claro que sí. ¿A dónde me llevarás?
—Es una sorpresa.
Le robo un beso y le hago señas para que se baje, yo me bajo detrás de él y me da la mano para entrar. El lugar está hermoso, la idea de hacer la fiesta aquí en el grampin fue la mejor, valió la pena buscar el más grande, antes de seguir caminando nos detenemos para escribir en el muro de los recuerdos, los que van llegando van escribiendo una frase que les guste.
—«El destino tiene dos opciones; el final o el comienzo de un reencuentro» —Izen lee lo que he escrito—. Qué poética.
—Tu turno.
Le paso el marcador para que también escriba, niego con mi cabeza mientras sonrío por lo que ha escrito.
—«Me enamoré de la chica que me decía «soy tu alumna» —leo en voz alta lo que ha escrito—. Me sorprende lo poético que puedes llegar a ser.
—Por eso me gusta grabarme tu cuerpo con los labios cuando estamos juntos, así me llega la inspiración.
Me da una mirada coqueta y seguimos nuestro camino.
En la entrada hay un enorme cartel que dice «fiesta de graduación de la mejor generación», eso lo hizo Kaleth con todo el ego que tiene dentro de su cuerpo. Hay luces por todos lados, y sobre todo hay un espacio donde hay una mesa larga que tiene unos platos de comida para la cena que quisimos hacer antes de descontrolarnos, al lado de cada plato hay una nota con un mensaje que cada uno escribió y lo amarramos con unos globos blancos, nos los podemos llevar porque es como un recuerdo. Para no tener tantos problemas escogimos unos cojines para sentarnos, hay blancos y otros de color negro, hay vino y unas velas en toda la mesa que dan más claridad.
—Noelia, si no te lo dije antes te lo voy a decir ahora —Meisy se me acerca y me pone las manos en los hombros—. Me hiciste feliz desde que llegaste a la escuela, fuiste la amiga que me hizo entender que ser hija de la directora no es tan malo, tiene ventajas. Así que te digo que te amo y gracias por ser mi amiga. ¿Estoy siendo cursi?
—Muy cursi, pero ven aquí, loca —abro los brazos para que me abrace y lo hace—. Te amo, amiga.
—¡Abrazo grupal! —se escucha el grito de Mariana y todos se nos tiran encima para formar un solo abrazo.
Se forma un momento agradable entre risas de todos y la cena, hacemos un brindis por todo lo bueno y lo malo que nos ha pasado. Minutos después la música se vuelve más animada y nos ponemos a bailar sin pena de nada, aquí no hay diferencias. Las personas que son las encargadas de dar las bebidas empiezan a repartirlas, parece que todos se están animando.
Agarro de la mano a mi hermano para bailar y se ríe, pero me sigue la corriente, Izen está bailando con Molly, y es que aquí estamos para pasarla jodidamente bien. Carlos ha venido con Alice, ella no se lleva del todo con Izen, pero son capaces de tener una conversación decente, y es que no tienen que ser amigos, pero es preferible que puedan estar en el mismo espacio sin estar mal.
La música, las luces, las bebidas y todo lo que hay a nuestro alrededor nos hace movernos con más emoción, y es que la música está realmente alta, no se puede hablar porque serían palabras perdidas. Me sigo divirtiendo con mis amigos, me hubiera gustado que Javier estuviera aquí, es una lástima que no haya podido venir.
—¡Fondo, fondo, fondo!
Gritamos al ver que Rosmery se ha pegado en una botella de ron, algunos tocan la mesa haciendo ruido y eso forma un momento de diversión. Parece que no hicimos mal creando nuestra fiesta con nuestro sello de diferencia.
Nos metemos en la cabina que tiene luces led para tomarnos fotos, que de hecho, salen increíbles, queremos tener recuerdos físicos y recuerdos que estén dentro de nosotros. Antes de la fiesta creamos un #GeneraciónSinCorazonesRotos, y todo porque si un día queremos buscar los recuerdos únicamente debemos poner nuestro hashtag y nos aparecerán las fotos y los vídeos que subimos con nuestro peculiar hashtag.
Miro a los chicos y entiendo que aquí está mi gente, aquí está la persona de la que estoy enamorada, aquí me siento viva y en confianza, por eso admito que este año fue el más explosivo y caótico que he tenido, pero que no cambiaría por nada.
Aquí es mi lugar.
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Soy tu alumna
RomanceNoelia es una chica que no le importa conquistar a la persona que sea para obtener lo que quiere, es decidida y para todo tiene una respuesta. Es atractiva, inteligente e imparable ante todos, ella nació para tener todo lo que desee y cuando sienta...