Federico Torres se marchó dejando a su enemigo aturdido, eso lo alegró, le decía que iba por buen camino, lo único que lo preocupaba en estos momentos era que Emiliano se diera cuenta de que era mentira de que tenía a la chica, esperaba poder recuperarla pronto o todo se le complicaría, lo bueno era que en este momento todo estaba a su favor y ese idiota, estaría muerto de miedo pensando en lo que le podía pasar a esa chica, la verdad es, que era muy hermosa y comprendía porque estaba vuelto loco por ella, él también lo estaría de haberla conocido en otras circunstancias.
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Emiliano se quedó estático, mirando como su enemigo se marchaba, la verdad era que lo había dejado descolocado, estaba acostumbrado a ese tipo de prácticas, pero nunca se imaginó que alguien que le importaba tanto pudiera pasar por eso, por supuesto no lo permitiría, su dilema ahora era, ¿cómo impedirlo? Tenía que idear algo, porque jamás entregaría a Leo y volvía a su cuestionamiento eterno, ¿estaría dispuesto a sacrificarla a ella por su hijo? ¿de verdad lo haría de darse el caso de tener que escoger? Lo peor era, que él día había llegado. Tenía hasta esa noche para decidirlo y aunque siempre había dicho que escogería a Leo por encima de cualquiera, ahora no estaba tan seguro, amaba a la chica más de lo que quería reconocer, pero no entregaría a su hijo, primero moriría por ellos. De lo que si estaba seguro era de algo.Tomó su teléfono y marcó.
_ Leo. - dijo cuándo contestó. _ sé que sigues enojado conmigo, pero quiero pedirte que no vengas para acá. Tengo algunos problemas y prefiero dejarte fuera de ellos.
_ Descuida. - dijo. No tengo pensado regresar por el momento. Pero... ¿Tú y mi hermano están bien?
_ Si dijo. - secamente.
_ ¿Se puede saber que problemas son esos? - preguntó, sabía de sobra que era lo que sucedía, el amor de su vida había sido secuestrada, pero era algo que jamás se atrevería a decirle, porque también era el amor de él y temía que se regresara y se involucrara en su rescate
_ No es nada que no pueda resolver. - insistió. _ solo necesito que tú te quedes en donde estás.
_ No te preocupes, no me moveré de aquí. - dijo. Luego se despidieron.
Si supiera que no solo no estaba donde él creía, si no que ya estaba involucrado y estaba tan cerca de rescatar a la mujer por la cual ahora estaban enfrentados.
Además, acababa de escuchar la conversación que había sostenido con Federico Torres gracias a la tecnología de James, y ahora mismo, al nada más terminar la llamada con él, estaba dando falsos datos a Jorge y a sus hombres para que fueran en busca de Daniela, sabía que los alejaría del entorno de su padre y sobre todo del de Federico, de ninguna manera quería que quedara a merced de ese hombre y que, aunque no era a él a quien quería, bien podía cambiar de opinión. De su padre no se preocupaba, después de todo, era un hombre muy poderoso, sabía que podía solucionar su problema de una o de otra forma.
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Emiliano se dirigió hacia la habitación en donde tenía resguardados a Lucía y a Fernando, cuando entró los dos hombres que cuidaban de ellos salieron de inmediato.Le complació ver qué cada uno estaba de un lado de la habitación, ella cerca de la ventana y él recargado en la pared contraria cerca de la puerta.
_ También tú, sal de aquí. - ordenó a Fernando.
Él se quedó estático, su mirada se cruzó con la de ella, estaba acostumbrado al trato despótico de ese hombre, y también a obedecerlo sin protestar, pero ahora no quería dejarla sola, sin embargo, ella con su mirada le dijo que obedeciera a Emiliano.
_ ¿Estás sordo? - gritó de nuevo. _ ¡largo de aquí!
El miró una vez más en dirección a ella, ella asintió imperceptiblemente y él obedeció.
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EL AMOR PROHIBIDO DE ESE HOMBRE QUE ME MIRA//No.1️⃣3️⃣Serie:HOMBRES DE LA SIERRA
RomanceÉl es un reconocido líder criminal, no por voluntad propia, nació y creció en ese ambiente, un mundo lleno de violencia y maldad, sin embargo, se resiste con todas sus fuerzas a seguir en ese camino, porque en realidad nunca fue su camino. Pero como...