_ ¡Iré! - gritó Leo. - ¡déjalos tranquilos!
_ Debes de estar aquí antes de que pase el próximo tren, - dijo burlón o no volverás a ver a ninguno de ellos. Te lo aseguro. Y te diré que ya perdiste demasiado tiempo haciéndote el difícil.
_ Estaré, puedes estar seguro. - dijo Leo, mientras la vídeo llamada terminaba. Lo que Federico Torres no sabía, era que hacía tiempo, él ya iba en camino, que solo se detenía para contestar sus llamadas, que el tiempo restante estaba dentro de su camioneta, y en movimiento. Era una estrategia para que Federico no supiera si él estaba obedeciendo sus instrucciones o no. Él siempre vería lo mismo, a él fuera de su camioneta pero enfocando hacia el interior. Podía pensar que estaba en el rancho o en cualquier otro lugar, por supuesto detenido, estaba seguro de que si algún detalle se le escapara, Federico no se daría cuenta, en esos momentos la adrenalina que corría por sus venas no le permitiría fijarse en pequeños detalles, sin embargo, desde que le dio la ubicación, él había empezado a moverse y a mover a su gente.
*****
Anabel, miraba con atención desde las sombras, como se desarrollaban los acontecimientos, había entregado a Emiliano, y también tenían a su hijo. Cuando llegó al lugar y se dio cuenta de que Jorge había sido golpeado, junto con su padre, se enfureció, pero Federico calmó sus ánimos, después de todo era parte del plan el que estuviera ahí, ella misma había dado también su ubicación._ Unos cuántos golpes al chico no le van a hacer daño, había dicho con altanería.
Ella se había quedado conforme, después de todo los beneficios serían enormes. Su plan inicial, había sido deshacerse de Leo solamente, pero ahora que Emiliano era prisionero se le abrían nuevas posibilidades. Si quedaba viuda, y Leo no estaba. Ella y Jorge serían los únicos herederos, ahora solo a Jorge tendría que darle cuentas.
Cuando la llevaron ante ellos, se alarmó, pero luego entendió que ya no importaba si la descubrían, los minutos de Emiliano Elizalde estaban contados, así que, ¿qué más daba? No le importó ver su cara de sorpresa, ni la de su hijo, aunque actuó por su hijo, no quería que supiera que era ella la responsable de lo que ambos estaban pasando.
Observó como Federico intentaba convencer a Leo de acudir al rescate de su padre y hermano y la renuencia de éste.
Había sido un momento nada apropiado para llevar a cabo su plan, porque Leo estaba verdaderamente enojado con su padre, pero así se habían dado las cosas y ahora solo tendrían que esforzarse un poco más para que todo resultara como ellos querían.
Estaba tan ensimismada en sus pensamientos, que no prestó atención a la discusión que había entre los Elizalde y Federico Torres, hasta que un disparo la sobresaltó. Horrorizada pegó un grito cuando miró que Federico había disparado en contra de Jorge, histérica empezó a gritarle, abalanzándose contra él, pero sus hombres la detuvieron.
_ ¿Te calmas? - la llevó a parte tomándola con fuerza de los brazos. _ necesito que esto sea creíble, fue un disparo en la pierna. - le quitó importancia. _ no se va a morir, no de eso. - la miró con malicia. Le daba a entender que tarde o temprano moriría de todas formas. Ella se controló y lo miró marcharse hacia donde estaban los prisioneros, habían reestablecido la comunicación con Leo, pero ella ya no estaba prestando atención, de nuevo sus pensamientos se concentraron en lo último que Federico había dicho y había insinuado. La muerte de Jorge.
Ahora que lo pensaba, sería interesante no tener que depender de nadie, ¿sería que podría aprovechar que Federico los iba a tener a los tres en su poder? Después de todo con la vida que su hijo llevaba sabía que no duraría mucho, ¿qué diferencia hacía que fuera antes o después? Con esa idea en la cabeza se quedó. No se dio cuenta de lo que sucedía a su alrededor, ni en qué momento las cosas cambiaron. Cuando prestó de nuevo atención, se dio cuenta de que Federico hablaba con Leo y que estaba amenazando con amarrarla a ella sobre las vías del tren, no le dio importancia, porque todo era una farsa y volvió a actuar ante todos, revelándose y llorando, como si de verdad fuera a suceder, cuando los hombres de Federico se acercaron a ella y la sujetaron
Por supuesto su hijo cayó en la trampa y con satisfacción escuchó como Leo cedía ante su suplica y Federico daba por terminada la vídeo llamada.
Luego lo vio mirar a su alrededor satisfecho, para volverse una vez más hacía ellos.
_ Ahora, estaremos a mano. - se acercó amenazante a Emiliano. _ tú le quitaste la vida a dos de mis hermanos y a mi hijo, así que tendré el gusto de devolvértela, cuando tú querido hijo preferido ponga un pie en este lugar, ni siquiera le daré tiempo de respirar, me complacerá mucho entregártelo muerto.
_ Eres un demente. - respondió Emiliano, ellos me atacaron, yo solo me defendí.
_ Demente o no, el hecho es que le arrebataste la vida a mi familia y yo lo haré con la tuya, pero para quedar a mano, primero te haré un gran favor. - dijo volviéndose hacia donde se encontraba ella. _ Tráiganla. - ordenó.
Su semblante duro y su mirada burlona no le gustaron, pero siguió a los hombres que la llevaron hasta ellos.
_ Ya que de una o de otra forma van a morir. - dijo. _ quiero que se vayan sabiendo gracias a quien están aquí. - la señaló. Ella no dijo nada. No valía la pena negarlo, seguramente él lo hacía para causarles más daño.
_ ¡Maldita traidora! - gritó Emiliano. _ debí haberte echado de mi vida hace tanto tiempo.
_ Pero no lo hiciste. - respondió victoriosa, antes de reparar en la mirada de incredulidad de su hijo.
_ ¿Mamá? - la miró con decepción.
Mentiría si dijera que no le dolió, pero ya estaba hecho.
_ No tuve alternativa. - se defendió. _ eran ustedes o yo, quiso hacer parecer que la habían obligado.
A su lado escuchó la carcajada de Federico.
_ No cabe duda de que tienen una muy buena actriz en la familia. - dijo con burla. Ella fue quien me contactó y los puso en mis manos, fue ella quien me pidió hacer algo para desaparecerte, - dijo a Emiliano, fue su idea el secuestro de la doctora para presionar a Leo, porque era de él, de quién quería que me deshiciera originalmente.
Ella lo miraba incrédula, no entendía a qué estaba jugando, pero para ser un juego ya se están sobrepasando.
_ La pobre cree que se beneficiará de todo esto. - dijo acercándose a ella y mirándolos a ellos. Ambos se habían quedado callados, ninguno podía creer que ella los hubiese traicionado de esa manera. Emiliano la veía con odio y su hijo con tristeza.
_ ¡Ya basta! - quiso detenerlo.
_ No. - la tomó con fuerza del brazo. _ ellos tienen el derecho de saber por quién van a morir y más si van a morir por alguien que no merece la pena, alguien a quien le dieron todo y quien terminó traicionándolos para destruirlos.
_ ¿Y a ti que te importa? - reacciono con violencia. _ querías deshacerte de ellos, te los entregué, deberías estar agradecidome, no atacandome.
_ ¡Eres una maldita malagradecida! - volvió a gritar Emiliano furioso, y frustrado por no poder soltarse y darle su merecido.
_ Te lo merecías. - lo enfrentó. _ nunca quisiste darme el lugar que me correspondía, tantos años tuve que conformarme con tus migajas, no me amaste.
_ Ahora me alegro. - la miró con desprecio. _ porque ahora compruebo que no lo merecías y que yo tenía razón, pero bien que te gastabas mi dinero.
_ Era lo menos que podías hacer por mí, después de tener que soportarte. - mintió, porque la verdad era que nunca había tenido un amante como él, tenía que reconocer que era el mejor, en todos los aspectos, pero nunca la había reconocido, ni le había dado el lugar que ella quería y merecía y esa era su rabia.
_ ¿También yo lo merecía? - escuchó la voz dolida de su hijo. ¿Por qué deshacerse de mí?
_ No es nada personal. - lo miró, no era mi intención, pero así se dieron las cosas y de escoger entre tú y yo, escojo vivir yo.
_ ¿Escoges vivir? - se burló Federico. Creo que eso lo decido yo. _ ¡atenla a las vías! - miró su reloj.
_ ¡Basta de juegos! - se soltó del agarre de los hombres que se posicionaron a su lado. _ ¡esto ya no es gracioso!
_ ¿Y cuándo lo fue? - la miró con cinismo. Para mí no es un juego. Tú estás incluida en el paquete de los Elizalde, porque eres una de ellos y la madre de otro de ellos, así que empezaré por ti. ¡Llévensela! - ordenó.
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EL AMOR PROHIBIDO DE ESE HOMBRE QUE ME MIRA//No.1️⃣3️⃣Serie:HOMBRES DE LA SIERRA
RomanceÉl es un reconocido líder criminal, no por voluntad propia, nació y creció en ese ambiente, un mundo lleno de violencia y maldad, sin embargo, se resiste con todas sus fuerzas a seguir en ese camino, porque en realidad nunca fue su camino. Pero como...