CAPÍTULO 6 NO ENTIENDO

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Leo se quedó estático se sentía tan desesperado que decidió dejar todo y darse una escapada a su lugar favorito, era un lugar solitario a la ribera del río, nadie lo visitaba porque era un pequeño acantilado y quién se había atrevido a acercarse lo suficiente había caído a las traicioneras aguas. Nunca nadie había salido con vida de ahí, porque se formaba un gran remolino que se tragaba a sus víctimas sin remedio. El no temía estar por ahí, ni temía caer porque, la verdad ya lo había hecho, no una, sino en varias ocasiones, el lugar era tan resbaladizo que era imposible mantener el equilibrio, sin embargo, aunque la primera vez había sido accidentalmente y todo un trauma, había descubierto la forma de salir con vida de ahí, y era dejándose arrastrar por el remolino hasta las profundidades, sin oponer resistencia, una vez ahí podía nadar río abajo y salir a aguas más tranquilas, todo era cuestión de no entrar en pánico, para no tragar agua y luego poder maniobrar. Era por eso, que ese lugar le atraía tanto, porque era hermoso, era solitario, para él no representaba peligro y, sobre todo, que era ahí donde había pasado los mejores momentos de su vida al lado Daniela, aun cuando hubieran sido tan pocos.

Después de todo lo acontecido con ella, el que su padre lo obligara a contraer matrimonio y de que lo amenazara con hacerle daño a Daniela y a su familia, si no dejaba atrás su incipiente relación, incipiente, porque apenas si empezaba y de que él hubiera tenido que romper su corazón para desilusionarla y lograra que se alejara de él y no lo buscara más, nunca pensó que la encontraría de nuevo, y menos ahí, en su lugar preferido, lugar que él mismo le había enseñado y que ahora, también era el favorito de ella, solo que ella no se acercaba a la orilla, como lo hacía él, él lo hacía por temeridad, por sentir la adrenalina fluir por su cuerpo, por sentir esa sensación de saber que si caía podría no sobrevivir, o quizás sí, era como en un juego de azar, como una ruleta rusa, quizás la suerte lo abandonara, o quizás lograra salir una vez más, venciendo a la muerte. Ahora mismo no se veía impulsado a tentar a la muerte, y no lo hacía por Daniela, porque al igual que él, estaba en ese lugar, justo en ese momento y su prioridad era hablar con ella y aclarar las cosas, si es que algo podía ser aclarado

Por un momento pensó en alejarse y no permitir que lo descubriera, pero, si no aprovechaba ahora para hablar con ella, ya no lo haría. Así que se acercó.

_ ¡Espera! - dijo cuando intentó alejarse al verlo aparecer. _ ¡quiero hablar contigo!

_ Me parece que es tarde para hablar. - dijo. - quizás te hubiera escuchado, si lo hubieras intentado antes de casarte sin decirme que estabas comprometido y dejarme sin explicación.

_ Siento tanto haberte lastimado. - dijo sin atreverse a acercarse más, temía que corriera hacia el lado equivocado y que cayera al río, él podría luchar y sobrevivir, pero ella no. _ es estúpido decir que no quise hacerlo, porque lo hice, pero de verdad, lo lamento no tenía la intención.

_ No entiendo que pretendes, quizás quieras seguir burlándote de mí.

_ Jamás lo haría. - la miró consternado.

_ Por favor no mientas. - lo detuvo cuando dio un paso hacia ella. _ ya tuve suficiente. - dijo apesadumbrada. ¿No te bastó con engañarme, diciendo que me amabas, para luego un día desaparecer, sin explicación y al siguiente enterarme de que te estabas casando? - sus ojos estaban cristalizados. Él sabía que la había lastimado y mucho, pero como le explicaba que de la noche a la mañana su padre le había prohibido acercarse a ella y no solo eso, lo había obligado a obedecerlo apostando a sus hombres a su lado para asegurarse de que cumpliera, además de amenazarlo con hacer daño a su familia; y cualquiera que lo conociera, sabía que Emiliano Elizalde no hablaba por hablar, ella no entendería que lo había hecho por su bien y el de su familia, y menos entendería, que al mismo tiempo lo había obligado a casarse con una completa desconocida y que en esta ocasión no solo lo había amenazado, si no que había actuado. Él mismo había sido testigo, de cómo los hombres de su padre la tenían secuestrada, y la habían golpeado, sin que él pudiera hacer nada, su padre le había dicho que esa solo era una muestra de lo que sucedería si él no se casaba con la mujer que el mismo llevó ante él. Él lo había comprendido y sabía que, por el bien de su amada, tenía que obedecer, sí o sí.

_ Sé que no puedo deshacer lo que hice. - la miró con desesperación. _ pero cuando menos déjame pedirte perdón.

_ No entiendo que es lo que pretendes. - dijo con tristeza. _ no tenías por qué haberte burlado de mí, de esa forma, hacerme creer que me amabas, y luego dejarme sin explicación, ¿por qué? - levantó su rostro, sus ojos cristalizados lo miraban con mil preguntas. _ yo no te busqué, fuiste tú quien se acercó a mí, ¿por qué? Si no me amabas, ¿quizás se trató de una apuesta? ¿o fue tu venganza por no acostarme contigo? ¿que fue? - se derrumbó. _ al menos se hombre y dime la verdad. ¿porqué? ¿se trataba de un juego? ¿El enamorar a la chica tonta hasta llevarla a la cama y como no te funcionó, simplemente la dejaste? - su voz se quebró.

_ No puedes pensar eso. - se acercó hasta estar junto a ella. _ nada de lo que has dicho se ajusta a la realidad.

_ ¿Entonces que fue? - levantó su rostro lloroso hacia él. _ no lo entiendo, explícame tú. - suplicó.

_ Solo quiero que sepas que no fue mi intención engañarte, ni burlarme de ti. _ lo que te dije y cuando te lo dije, era porque lo sentía. - tomo su rostro entre sus manos. _ jamás hubiera jugado con eso. Mi error fue no decírtelo, pero tú y yo sabemos que lo nuestro no tenía futuro, porque mi padre no lo aprobaba, y nos hubiera hecho la vida imposible en cambio a ella la aceptó desde el primer momento, ella fue antes que tú. - mintió, quizás fuera menos doloroso. _ y pensarás que soy un cretino por decirte esto, pero quiero que entiendas mi punto de vista. De haber podido escoger lo hubiera hecho por ti, pero no tuve opción y me "tuve" que casar, ahora ya está hecho.

Ella lo miró con tristeza, Leo sabía lo que había dicho y lo había hecho con toda la intención, ahora ella creía que su esposa estaba embarazada y esa era la causa de su matrimonio relámpago, no podía decirle abiertamente que la seguía amando, porque no era justo hacerle creer que su amor aún podían tener un futuro, no podía alentarla a pensar que quizás pudiera luchar por él, pero tampoco podía negar su amor, porque no concebía alejarse de ella, con ella odiándolo, no quería irse sin que supiera que había sido sincero cuando estuvieron juntos, que no se había tratado de un juego.

Era una locura. La abrazó y ella no se apartó, simplemente hundió su rostro en su pecho y la sintió estremecerse entre sus brazos.

EL AMOR PROHIBIDO DE ESE HOMBRE QUE ME MIRA//No.1️⃣3️⃣Serie:HOMBRES DE LA SIERRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora