Federico Torres se desquitaba furioso con sus hombres, ahora no solo Ismael había desaparecido, también Gabriel, lo que le hacía suponer que estaban juntos y que lo habían traicionado. De Gabriel lo esperaba, pero de Ismael no lo podía creer, y lo peor era que no lograba contactar de nuevo con Emiliano, todo se le estaba viniendo abajo, además la zorra de su mujer Anabel, lo estaba presionando, ella no le preocupaba, pensaba que por el hecho de haberse acostado con él en varias ocasiones lo tenía en sus manos, no podía estar más equivocada, no la amaba, ni siquiera sentía afecto por ella, solo era una más de las mujeres que pasaban por su cama, y ¿qué podía hacer ella en su contra? ¿Ponerlo en mal con la gente?, el acostarse con la mujer de otro ya no iba a escandalizar a nadie, no en estos tiempos, y con Emiliano que haría, ¿delatarlo? ¿decir que la había seducido y que lo había traicionado? Jajaja, jamás había existido amistad entre ambos, eran rivales desde siempre, se odiaban mutuamente, ¿creía que rompería la armonía entre ambos? Jajaja, esa mujer estaba loca, debió de haberse informado antes de hacer sus planes y aventurarse a hacer lo que hizo porque, la única malparada sería ella y la única que tenía que perder, sería ella. El no perdía nada, solo la oportunidad de hacer más daño a Emiliano, buscaría otra forma, de eso estaba seguro, pero esa mujer no lo desestabilizaría en lo absoluto, por el contrario, sería tan satisfactorio restregarle en la cara que su mujercita también había sido suya, pero no tenía prisa, tarde que temprano se enteraría de su traición, además no estaba seguro de lastimarlo tanto porque como ella se manejaba, era obvio que a su esposo no le importaba en lo más mínimo en donde estuviera o con quien. Así que eso lo dejaba por la paz, a él le importaba darle donde más le doliera, y eso al parecer era esa chica que estaba desaparecida y su hijo Leo, al menos algo bueno había quedado de la intromisión de esa mujer, el darse cuenta de por dónde llegarle a Emiliano. Era tanto su odio hacia él, que bien valía la espera.
*****
Emiliano ya estaba desesperado, tanto que estaba viendo la posibilidad de poner al tanto a Leo de lo que sucedía, aun sabiendo que lo tendría ahí de inmediato.Era increíble lo que todos dependían de él, ahora se estaba dando cabal cuenta. No era la primera vez que Leo estaba fuera del rancho, lo estuvo cuando cursó la universidad, pero regresaba cada fin de semana o cada quince días, lo tenía cerca y desde ahí, él se las ingeniaba para seguir con sus obligaciones en el rancho y en sus negocios, pero ahora que no quería que estuviera cerca, ni participara, todo se le venía abajo, pareciese que su gente solo servía para hacer daño, para hacer el trabajo sucio y sin la dirección de Leo eran unos inútiles que no sabían hacer nada más.
_ Tranquilízate. - escuchó la voz de Jorge sacándolo de sus pensamientos. _ no entiendo porque te afecta tanto esa chica, mujeres hay muchas y puedes escoger la que tú quieras no necesitas de ella.
_ Tu no entenderías. - dijo. No podía darle explicaciones a su hijo, de porque ella lo afectaba en especial. Porqué la quería a ella y no a cualquiera, aunque quizás, ya era hora de que lo supiera, él lo entendería, no era como con su hijo mayor, él no se escandalizaría, ni lo juzgaría, ni saldría lastimado como Leo, porque Jorge era igual que él. Ambos tenían el alma negra y podrida.
No les importaba nada ni nadie, la única debilidad de ambos era su familia y en especial Leo.*****
Jorge caminó por el campo tratando de entender lo que su padre le acababa de confesar, ahora entendía su constante interés por mantener a Leo alejado de esa chica. No podía comprender como podía haber vivido tanto tiempo en esa situación, sobre todo él, que no se limitaba, que tomaba lo que quería, cuando lo quería, que no le importaba la opinión de nadie y que no respetaba los sentimientos de nadie, era absurda toda esa situación. Por lo único que lo entendía era porque sabía que todo lo hacía por Leo, por no enemistarse con él más allá de lo que ya estaban, porque su hijo no viera con claridad el monstruo que había en él y se decepcionara más todavía. Ahora que sabía la verdad, lo entendía y lo apoyaría, como siempre lo había hecho en todas las decisiones que su padre tomaba. Era como él y estaba orgulloso de ser como él. Su padre debía de estar loco de amor por esa mujer, para soportar toda esta situación, y por tantos años. Él no lo hubiese soportado, él la hubiera tomado pésele a quien le pese y aún en contra de ella misma, aunque la amara.*****
Emiliano miró a su hijo a la distancia, al menos ahora llevaba un peso menos encima, aunque siempre había pensado que con él no habría ningún problema, y así había sido, su dolor de cabeza era Leo, de ahí en más no le importaba lo que nadie más pensara, ¿qué podía perder? ¿su reputación? Siempre había estado por los suelos y así le gustaba que estuviera, porque nada podría dañarlo.Lo miró desaparecer. Si tan solo Leo fuera un poco cómo era Jorge, si tan solo no lo amara tanto. Sabía que algún día él caería no porque alguien fuera más fuerte o más astuto que él, en ese ambiente él era uno de los mejores y más grandes, pero algún día caería y sabía que sería por Leo, él era y seria su eterno talón de Aquiles.
Dejaría de pensar en sus hijos, ahora tenía que enfrentarse con Lucía, la única mujer a la que le había permitido en algún momento alzarle la voz, aunque al igual que todos le temía más allá de toda razón, de no ser así quizás se hubiese revelado a él desde hacía tanto tiempo y si era sincero no estaba seguro de cuál hubiese sido su reacción a semejante acto, estaba cierto que a nadie le había perdonado ni le perdonaría una rebelión, pero a ella, era probable que sí, quizás por eso se mantenía firme en su promesa de dejarla en paz, y sobre todo de no arrebatarle la vida al estúpido de su marido, ese bueno para nada que no era capaz de defender a su mujer ni a su hija y que se doblegaba a sus deseos, cumpliendo sus órdenes al pie de la letra. Por eso lo tenía ahí porque sabía que, aunque quisiera no lo traicionaría y le causaba cierto malestar no estar seguro de porque lo hacía, él prefería pensar que era porque era tan cobarde que le ganaba el miedo que le tenía, no se atrevía ni se atrevería a pensar en otra posibilidad, porque de hacerlo y de dejarse llevar por sus suposiciones, a estas alturas ya estuviera muerto
Llegó a la puerta de entrada, sus hombres de inmediato se apartaron dejándole el paso libre. Iba a abrir la puerta, pero... ¿qué le diría? En realidad, no tenía nada bueno que decirle todavía, salvo que su hija aún no aparecía. Lo dudó por un momento, dio la media vuelta y se marchó.
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EL AMOR PROHIBIDO DE ESE HOMBRE QUE ME MIRA//No.1️⃣3️⃣Serie:HOMBRES DE LA SIERRA
RomanceÉl es un reconocido líder criminal, no por voluntad propia, nació y creció en ese ambiente, un mundo lleno de violencia y maldad, sin embargo, se resiste con todas sus fuerzas a seguir en ese camino, porque en realidad nunca fue su camino. Pero como...