Capítulo 13

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17 de noviembre

Son las cuatro de la tarde y el aula de castigo ya está ocupada por los cinco alumnos que Sinclair había enviado allí el día anterior a los que se les unen varios más por culpa del profesor de latín.

La maestra encargada de vigilar a los castigados era la señora Roberts, un alivio para los alumnos porque sabían que no era dura con quien tuviera que pasar la tarde en esa clase normalmente vacía.

Mientras Brian, Will y Sophie aprovechan para hacer los deberes de matemáticas, aprovechando para ello la pizarra de la clase, Stacy y Amanda se sientan cerca de una pared donde la pelirroja puede enchufar el cargador de su portátil.

Las dos habían quedado para hacer una presentación de diapositivas con fotografías y vídeos que Amanda había sacado del equipo de fútbol y de las animadoras a lo largo de los dos últimos años de instituto. Lo que empezó como una excusa para los encargos del club de fotografía acabó siendo una especie de trabajo dentro del instituto, e incluso el periódico oficial del Alcott le pedía alguna que otra foto para la sección de deportes. Stacy estaba encantada con el trabajo que hacía ella que no dudó en pedirle que la ayudase a ejecutar aquel plan a espaldas del resto de sus compañeros.

—Jo, yo tenía ganas de un batido y patatas con queso y bacon —se queja, apoyando la cabeza sobre sus brazos cruzados encima de la mesa. Mira a Amanda y sonríe—. Que sepas que todo esto es culpa tuya, por no poner en silencio el móvil.

—No es culpa mía que tengamos a un profesor tan pendejo. Pero bueno, creo que te lo puedo compensar. —De su mochila saca una bolsa de Lay's con sabor a cheddar y crema agria, y sonríe cuando ve brillar los ojos de Stacy—. No es el queso y el bacon que tanto querías pero menos nada. Lo que no sé si nos dejarán. ¡Martha!

Espera a que la profesora levante la cabeza de su propio ordenador y entonces le enseña la bolsa de patatas.

—¿Podemos abrir cosas para comer?

—Mientras lo dejéis todo limpio no tengo inconveniente.

—¡Gracias!

—¿Y a tu mejor amigo no le das, Mandy?

—Si quieres te dejo el aire de la bolsa.

Brian le lanza una pequeña tiza y las carcajadas se extienden por el aula de castigo, llamando la atención de la profesora, que a pesar de todo no puede reprimir una pequeña sonrisa.

—Chicos, no hagáis tanto escándalo que esto no es el recreo.

Después de disculparse Amanda le da la bolsa a Stacy para que la fuera abriendo mientras ella conecta su disco duro externo y pinchar en una carpeta con más carpetas en su interior donde guarda las fotografías que ha estado sacando y pinchó en una con el nombre «Honey Badgers», maximizando la ventana y agrandando las fotos que contiene tanto del equipo de fútbol como de las animadoras.

—Una vez quedé en un sitio de hamburguesas y batidos con los chicos del equipo. Cuando llegó un batido de fresa que era para Cédric el camarero me lo dio a mí.

—A ver si lo adivino —comenta Amanda antes de coger una patata de la bolsa—, como eres una chica rubia te tienen que gustar las cosas rosas.

—Las pelis han hecho mucho daño.

La pelirroja asiente mientras mastica y piensa que tal vez el hecho de que a Stacy le gustase tanto la acidez de la crema agria no es casualidad y le sirve para contrastar su dulzura. Enseguida corta de raíz esos pensamientos dando una palmada.

—Bueno, ¿y qué piensas hacer exactamente?

Amanda hace un esfuerzo titánico para hacer contacto visual con Stacy sin perder el hilo de lo que le estaba contando: su plan consiste en hacer una presentación en PowerPoint con fotografías de los momentos más destacados de los Honey Badgers, así como vídeos cortos con las mejores jugadas del equipo de fútbol o las mejores coreografías de las animadoras.

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