Capítulo 15

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19 de diciembre

A falta de un par de días para las vacaciones de Navidad el monotema del Alcott son los distintos planes que organizan los alumnos hasta Año Nuevo. La cuadrilla no es la excepción, y salvo Vincent y Liss, que pasarán Nochebuena y Navidad con sus familias de Dallas y Londres, el resto va a quedarse en el barrio de Boston.

—¿Cuándo se iba Liss? —pregunta el rubio, cruzando los brazos sobre su abrigo marrón.

—El sábado por la noche. —Will se coloca un mechón cobrizo detrás de la oreja—. Y volverá a tiempo para nuestro plan de Nochevieja.

—Tenemos que decirle que nos mande fotos del Big Ben.

—¡Y tú nos tienes que pasar fotos de Jacinto! —Vincent levanta el pulgar con un «dalo por hecho» para responder a la propuesta de Amanda, que luego se gira hacia Brian—. Ay pobre, estás temblando. ¿Quieres que te caliente las manitas?

Él suspira y se encoge de hombros, refugiándose aún más en la cazadora que le regalaron por su cumpleaños.

—Cómo rechazar esa oferta de una estufa humana.

La pelirroja se levanta de su asiento y se coloca detrás de Brian para apoyar la cabeza sobre la suya y abrazarle por los hombros.

—Creo que tu secreto para no tener frío es tu pelo —comenta Brian, soplando para apartar un par de rizos rojizos que se han quedado delante de su cara.

—Y por la sangre caliente que heredé de mi madre.

—Razón no te falta.

Una idea brota de forma repentina en la cabeza de Jim y se gira hacia Will.

—Oye, ¿tu padre al final viene por Navidades?

La cara del pelirrojo se ilumina con una enorme sonrisa ilusionada y Jim tiene que confirmar lo evidente:

—¿Se acabó arreglando lo del barco?

—Tardaron más rápido de lo que pensaban así que tengo cena familiar completa.

—Y Rowan no tendrá excusa para ponerse su jersey feo —bromea Amanda, todavía haciendo de manta humana para Brian.

—¿Jerseys feos? —Vincent se echa a reír—. ¡Necesito ver una foto de eso!

Durante toda la conversación Sophie ha estado mirando el móvil y llama la atención del resto de la cuadrilla con un silbido asombrado.

—Tengo otro milagro navideño adelantado: Frollo está de patitas en la calle.

Enseña la pantalla de su teléfono en la que se ve la página del periódico digital del instituto con una noticia hablando del profesor de latín. Todos leen los posibles motivos de su despido, entre ellos racismo, machismo y humillación a los alumnos.

—No olvidemos el acoso sexual.

—Ya, pero esa es una acusación mucho más grave —Amanda gruñe y Brian se encara con ella—. Tía, es lo que hay. Pero piensa una cosa: lo que más le va a joder es que le quiten el grifo de la pasta y que su reputación está por los suelos. Ningún instituto querrá contratarle.

—Y eso no es lo mejor: creo que hacen referencia a Vinnie y al grandullón.

—¿Por eso que dice de las denuncias anónimas? —Jim arquea una ceja con una sonrisa que hace que el corazón de Sophie se salte un latido—. No fuimos los únicos en denunciarle.

—Pero sí fuimos los únicos que sacamos vídeos arriesgándonos a que nos pillasen. No te subestimes tanto, hombre. —Le enseña la palma de la mano y adopta un tono de sargento de película bélica—. Has hecho un buen servicio a tu país, soldado.

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