17 de marzo
Cualquiera podría decir que Will es capaz de montar una fiesta de cumpleaños a lo grande al coincidir con el día de San Patricio, patrón de los irlandeses y con quien comparte su segundo nombre, y más este año que cumple la mayoría de edad. Pero la realidad es que este es el día que menos le gusta del año porque por cuestiones del trabajo en alta mar su padre no suele estar en casa y suele ser un día bastante deprimente en el que no le apetece hacer nada.
Otros hijos de marines que suelen ir a navegar durante gran parte del año dicen que es un orgullo tener a alguien sirviendo a la Nación mientras enseñan con orgullo las postales y las fotos de los sitios por los que pasaban con los barcos. Pero Will no quiere postales ni fotos, quiere tener cerca a su padre, no solo por él sino por Keyla, para que tuviera un padre que la viera crecer como Dios manda.
Afortunadamente este es un año distinto ya que faltaba poco para que Rowan estuviera permanentemente en tierra, pero no quitaba el hecho de que a Will no le doliera tenerlo cerca.
Para intentar romper el ambiente ligeramente amargo que hay en casa Rachel propone salir a comer por ahí, pero conoce demasiado a su sobrino como para saber que le va a costar sacarlo de casa por mucho que trate de animarlo.
A lo largo de la mañana Will se dedica a contestar llamadas y mensajes de sus familiares que le felicitan por su cumpleaños y su santo a la misma vez que busca un sitio para salir a almorzar con su hermana y su tía, repitiéndose una y otra vez que no va a pagar su desánimo con ellas y que va a esforzarse en tener un buen día a pesar de todo.
El sonido del timbre lo saca de sus pensamientos y mira a Keyla y Rachel, preguntándoles si esperan a alguien. Ellas niegan con la cabeza y él frunce el ceño antes de ir a la puerta para abrir, encontrándose con una explosión de confeti verde y a toda la cuadrilla gritando «¡Sorpresa!».
Will parpadea varias veces, procesando todo el caos que tiene delante: todos llevan puesta alguna prenda verde y van cargados de bolsas. Normalmente sus amigos no hacen planes con él para no abrumarlo ni forzar nada y por eso le sorprende verlos de esa manera.
Rachel se acerca a la puerta preguntando qué pasa y pone la misma cara que su sobrino.
—¿Y esto?
—Nos apetecía quitarte esa cara de amargado que sueles tener este día. —Amanda le pone un sombrero de leprechaun en la cabeza—. ¡Feliz cumpleaños y Feliz San Patricio!
—Vale, ahora sí que estamos abusando de los estereotipos.
—No has visto los pubs irlandeses en este día, Bri. —Will se ajusta el sombrero mientras una sonrisa se asoma en sus labios.
—¡Hola, chicos! —saluda Keyla, asomando la cabeza por debajo del brazo de su hermano.
—¿Cómo que «hola, chicos»? ¿Tú sabías algo de esto?
—Culpable.
Keyla se encoge de hombros, mirando a su hermano con la misma cara que cuando comete una travesura, e hizo un esfuerzo enorme por contener la risa al ver la confusión de su tía, que tampoco sabía nada.
Les cuenta que aprovechó que tenía el número de teléfono de Brian por si tenía dudas de las clases de francés para crear un grupo de WhatsApp con el resto de la cuadrilla con la idea de montar una fiesta sorpresa con temática del día de San Patricio.
—¡Por eso estabas mirando el móvil durante toda la mañana! —Rachel curva los labios hacia abajo—. ¿Por qué no me avisaste para ayudarte?
—Porque tienes la lengua muy floja.
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Nube Arcoíris
Teen FictionUna chica ambiciosa que no sabe qué hacer con su vida, un músico enamoradizo que vive con el corazón roto, un creyente con una crisis de fe, una aristócrata en una jaula de oro, una artista a la que le cuesta expresarse, el nuevo vecino del barrio q...