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Buenos días.

Hoy, he abierto por primera vez la enciclopedia de ballenas que papá me ha comprado para mi cumpleaños.

Con el tema de Richard Tweak tengo que cuidarme, y eso me ha convertido en una persona bastante solitaria. Investigando a profundidad por las breves descripciones de la enciclopedia, me encuentro con la ballena de 52 hercios, o Whalien 52. Suena a nombre de satélite.

Otros la conocen como la ballena solitaria. Fue descubierta en 1989 y tiene una triste historia. Se le conoce como la ballena de 52 hercios porque, como dice el nombre, canta a la frecuencia de 52 hercios. Es una ballena azul que deambula por el Pacífico Norte buscando familia. Su rango se extiende desde Alaska hasta Baja California. Y los profesionales la suelen detectar entre agosto y septiembre, y tras el intervalo aquella ballena se aleja fuera del rango de los hidrófonos.

Bueno, así me siento yo recientemente. Siento que nadie me escucha y nadie entiende el miedo que día a día paso.

Mamá me abre la puerta y me sonríe tierna desde ahí. No volteo a mirarla.

— Mira, amor. — me llama. La miro rápido y luego vuelvo a sumergirme en la enciclopedia. Tiene, en sus manos, un plato de arroz con brócoli — te cociné tu plato favorito.

— Gracias, mami. — agradecí. Mamá tomó mi mano y la acarició con suavidad.

— Te amo, Craig. — me dijo. No me atreví a decir nada — me gusta verte sonreír.

Sonreí forzoso. Una sonrisa fingida en mi cara se nota bastante, así que mamá solo acarició mi mejilla.

— Te atreviste a salir afuera después de tanto tiempo y eso, mi amor, es muy valiente. — mamá suspiró — mi valiente orco.

— Orco. — susurré — no, no, no. Orco no. Orca macho.

— Sí, mi amor. Orca macho. — mamá carcajeó y se levantó — mi vida. ¿Me darías un abrazo?

La miré confundido. Sus ojos estaban llorosos, como si estuviera preocupado por no volverme a ver mañana. Así que, aunque no me gustasen los abrazos, me aferré a ella. Porque sabía que ella lo necesitaba más que yo.

— Craig. — susurró mi madre. La escuché atentamente — fuiste, y siempre serás, uno de los amores de mi vida. Tu papá. Tu hermano. Y tú, mi amor. Tú. Mami no podría seguir aquí si ese idiota te hiciese algo. — mantuve pausa — así que lo fui a denunciar con la policía.

Me separé y la miré, paranoico. Sentía que iba a colapsar de la ansiedad.

— ¡¿Qué?! — exclamé.

— Sí, amor. No iba a permitir que te hiciera algo.

Tenía muchas, muchas ganas de llorar. Después de tanto, después de sentir que por fin Richard me iba a dejar en paz, mamá decide denunciar y así desatar la ira de Richard contra mí.

— No, no, no. No, no, no, no, no, no. — mamá me escuchó. Mi cuerpo entero tembló — no, no, no.

— Amor. — me llamó mamá. No me atrevía a mirarla — Craig, háblame, por Dios.

— No, no, no.

Definitivamente, escuchar llorar a mi madre me destrozaba. Ella parecía más asustada que yo.

Alguien tocó la puerta de mi habitación. Mamá abrió. Era Thomas, mi hermano mayor. Llevaba un libro de la universidad en sus manos. Me sentí triste porque durante el último rato no había preguntado por mí. Bueno, si rato se puede considerar los últimos meses.

Eclipse ▸South Park Fanfic◂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora