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Buenos días.

Algunas mamás orcas, cuando pierden a sus crías, las arrastran durante días para que no se hundan. Creo que si mamá hubiera estado en el momento en que Richard acabó conmigo, hubiera acabado ella con él primero.

Primero fue mi hermano Thomas, pero las circunstancias de mi nacimiento diferían mucho de las de él. Mis padres acabaron la universidad y compraron una casa en South Park para criarnos a mí y a mi hermano, de ese entonces tres años. Eran jóvenes, con estudios, y fui planeado, deseado, y esperado.

El 7 de mayo de 1983, nací y mamá me sostuvo por primera vez. A simple vista me veía como un niño "normal", ya que el autismo no se puede diagnosticar a través de pruebas durante el embarazo. Entonces, para mi madre y mi padre fue una sorpresa el hecho de que siempre fui un niño raro.

Como ya saben, me diagnosticaron a los cinco años, en una época donde el autismo estaba muy estigmatizado. Nunca olvidaré como papá salió de la librería ese día con el libro de psicología más reciente que encontró.

A la noche, tocó irse a dormir. Mamá me cogió en brazos como solía hacer y me ayudó a ponerme mi pijama de peces dorados que había lavado ayer y estaba emocionado por usar.

Tenía la mala costumbre de dormir con mi gorrito puesto y de hecho lo usé hasta el día en que me fui. Fue un regalo muy especial para mí.

Resulta que cualquier gorrito me causaba incomodidad y picazón. Para mamá resultaba imposible vestirme adecuadamente en un clima tan complicado como era South Park. Probó con todo.

Mi gorrito fue un regalo por parte de ella y mi abuela. Mamá recibió el gorrito porque pertenecía a mi abuelo cuando era un niño, y me lo probó aún estando dormido en sus brazos. No me desperté ya que no me incomodaba, y por lo tanto me lo dejé puesto. Desde entonces, solo me lo he sacado para bañarme, y a veces ni eso.

Recapitulando, estaba sentado en la cama y mi mamá en frente. Mi mirada iba de un lado a otro, como se me hacía costumbre. "A todos lados, menos a los ojos de mamá."

Por un lado mamá estaba a punto de orinarse de los nervios. No sabía como decirme que mi mente se había desarrollado diferente, que para la gente malvada sería un "niño especial" y que puede que mi vida sea complicada.

La desinformación era tanta que incluso en finales de los 80, habían padres que todavía internaban a sus hijos autistas sin explotar la capacidad del paciente.

— Mi amor. — me llamó mamá. No le hice caso y me quise ir a mi cama, pero mamá me detuvo — cielo, antes que te vayas a dormir, quiero hablar contigo.

La miré desde mi posición durante unos segundos. Después miré a Leopold y lo abracé. Era un hábito constante que solía tener, de hecho para separarme de mi peluche tenían que hacer mucho esfuerzo.

— La razón por la que no eres como los demás niños, es porque tienes autismo, mi vida. Eres una persona autista... de alto funcionamiento.

Con el tiempo, comprendí que el término "autista de alto funcionamiento" es ¡Horrible!, pero entendí lo que quiso decirme.

Para un niño de cinco años, el término "autista" era una palabra complicada. Pero para mí, cuya mente solo pensaba en el mundo marino, esa palabra significó una etiqueta durante mucho tiempo.

Y para peor, nunca tuve posibilidades de descubrirme y ver como la sociedad avanzaba.

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Mamá está parada, con una confusión que la invade y la misma sensación de ahogo que Linda sintió la primera vez que se apareció aquí.

La diferencia es que hay un poco más de oscuridad que cuando Linda. Porque si bien sentía a Linda como el avistamiento de un pulpo Dumbo, la figura representó nuestra "despedida", en el escenario donde se suelen encontrar a los Humuhumunukunukuapua'a.

Eclipse ▸South Park Fanfic◂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora