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Buenos días.

Intenté separar mis labios de ella pero Linda continuó. No recuerdo cuanto tiempo duró así. Ella estaba realmente asustada por separarse de mí. Para detenerla, le dí un pico suave y tomé su carita.

— Tienes que volver. — le susurré. Linda negó.

— No, no me hagas esto, Craig. — me suplicó. Vi sus ojos llorosos y se me hizo un nudo en la garganta — no podría vivir sin tí, no podría seguir. No creo poder seguir adelante ni poder enamorarme después de tí. Craig, no me dejes, llévame contigo, ¿Sí? Prometo portarme bien.

— Linda. — dije. Linda me escuchó — yo voy a estar muy bien si tú lo estás. Y seré el ángel guardián de tus hijos y de tí. — le sonreí. Linda me abrazó.

— Abrázame, Craig. Abrázame que creo que voy a despertar ahora. — pidió. La rodeé con mis brazos y dejé que llorase encima mío, hasta que sentí los peces besándonos los pies.

Linda me miró a los ojos y volvió a sonreírme. Una sonrisa triste, esta vez.

— Te amaré hasta el día en que deje de respirar, mi ángel. — soltó ella — diablos. Creo que voy a volver. — sin más, me interrumpió con un último beso — te amo, mi amor. Nos vemos en el cielo. Si la muerte es así, quiero morir pronto.

— Nuestro cuento tiene un final feliz en nuestros sueños, Linda. — comenté — te veo aquí. Todas las noches, ¿Sí?

— Sí, Craig. Todas las noches. — juntamos nuestros rostros y solo nos sentimos la piel. La mía se sentía cálida, no como en la morgue. Y la suya, siempre tan suave. Esa que moría por besar.

Linda Marshall, te prometo buscar en el resto de las vidas que queden.

Ella se me desvaneció y se volvió peces. Bonitos humuhumunukunukuapua'a aunque siempre había dicho que era un delfín y un pez mandarín.

— ¿Vamos, Craig? — me ofreció la figura. Giré hacia ella.

— ¿Puedo ir a la tierra, figura? — la figura se lo pensó bien.

— ¿Qué quieres hacer?

— Quiero ver si la gente me quiere y piensa en mí. Quiero ver a Richard, Steve, y Ryan. A Helen, Betsy, y Liane. ¿Puedo verlos? ¿Si se arrepintieron?

— Craig, mañana te van a enterrar, ¿Estás seguro?

Asentí.

— Mi mami se va a quebrar. No puede estar solita.

— Está bien, mi amor.

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— ¡Linda, Linda!

Linda abrió los ojos y tenía el cabello mojado. Estaba tirada en el piso, como si se hubiera caído. Stephen, a su lado, tenía una botella de agua.

— ¡¿Qué demonios haces?! — le gritó ella. Stephen la miró de pies a cabeza.

— Te desmayaste, ¿Es eso normal en tí? — Linda empujó a Stephen y luego se paró. El chico la siguió con la mirada — ¡Linda! ¿Por qué eres así conmigo?

Linda intentó cerrar la puerta tras llegar, pero Stephen presionó para que la dejase pasar. En cuanto logró entrar, Linda le dió la espalda y caminó, llorando, hasta el otro lado de la habitación.

— ¡No te puedo explicar cuanto te desprecio, Stephen! ¡Si no hubiera aceptado salir contigo, quizá y yo estaría acostada en la cama con el amor de mi vida!

Stephen cambió de expresión casi al instante, demostrando que el comentario de Linda le había dolido.

— ¿Yo no signifiqué nada para ti? — ella no contestó. Solo le dió la espalda y se secó su cabello — Linda, me niego a aceptar que tú no me quieres cuando nos besamos en el baile.

— ¡¿Quieres saber lo que sentí en ese momento, Stephen?! ¡Nada, porque solo fuiste un maldito peón para olvidarme de Craig! ¡Yo lo amaba, y gente como tú me hicieron creer que estaba mal sentir algo por alguien como él!

El chico se acercó y acarició los hombros de Linda. Ella se dejó, pero actuó con desprecio.

— Haré lo que sea para recuperarte, Linda. — le confesó — te amo y estoy consciente de que Craig era tu alma gemela. Lo respeto. ¿Podrías darme una última oportunidad, por favor?

Para Linda no era fácil volver a donde nunca fue feliz. Su noviazgo conmigo fue fugaz pero intenso, así como una supernova. La supernova más rápida que se haya visto jamás.

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Mi funeral fue el primero de la mañana. Mi mami y Linda estaban hermosas, como dos princesas. Aún así, en la cara de mi madre, se le notaba el destrozo que tenía. Después de suplicarle a papá que la deje acabar consigo misma para irse conmigo, las conversaciones se habían vuelto más incómodas.

Y en cuanto a papá, no deja a mamá en ningún momento. Todos están en silencio y lo único que se escucha son los llantos desgarradores de ella.

Mi hermano, Thomas, y mi cuñada, Laura (quién es mucho más bonita de lo que imaginé) están detrás de ellos. Mi hermano es el primero en pararse y caminar hacia el altar para decir unas palabras de despedida.

En cuanto se posiciona frente al micrófono y respira profundo, coge valor y mira el cajón con ojos tristes.

Con el maquillaje pareciera que solo estoy durmiendo. Me veo muy guapo. Y creo que es la única vez en la que me han peinado con peine en vez de cepillo.

Thomas entreabre los labios y busca hablar, pero la banca del fondo resuena cuando alguien se levanta de golpe.

— ¡Thomas, espera! — interrumpió Linda. Todo el mundo volteó a verla. Stephen, aunque intentó que ella se mantuviese sentada, no lo logró — quiero decir unas palabras.

Thomas me volvió a mirar y pensó como lo haría yo. Conociéndome, permitiría que Linda hiciera estas cosas.

Entonces se lo permitió. Linda caminó hacia el micrófono y me miró mientras esperaba que todos prestaran atención a lo que tenía que decir.

— Richard Tweak y sus secuaces se encuentran acá, ¿No? — algunos dijeron que "No", otros lloraron y el resto se quedaron en silencio — bien, entonces me imagino que alguien estará grabando esto. O sacando fotos. ¡O anotando siquiera! — nadie respondió. Linda cogió un poco de aire y finalmente habló — Richard, solo espero que te pudras en el maldito infierno. Espero que tú y tu jodida descendencia entera sufran el triple de lo que Craig lo hizo por tí y tu grupo de psicópatas. Deseo que el resto de tu patética y espero que corta vida sea una mierda dolorosa. Espero que sufras hasta que decidas acabar contigo mismo. Que Dios te castigue. ¿Estás feliz de lo que hiciste? ¿Eh? ¡Enfermo! ¡Mira lo que provocaste! ¡Absolutamente todos en South Park sabemos la mierda que eres! ¡Enfermo! ¡Te prometo que seré tu sombra, hijo de puta! ¡Asesino!

Lo que Linda confesó no era ni la mitad de lo que quería decir. Terminado con todo el discurso, caminó hacia el cajón donde yo estaba y me miró.

— Te amaré siempre, Craig. — soltó, casi en un susurro. Por detrás sintió unos brazos que intentaban consolarla.

— Linda, vamos... — le susurró Stephen al oído, Linda negó al compás de que Stephen iba haciéndola retroceder.

— No, ¡No, no, no!

A base de patadas y golpes, Linda se libró y corrió hacia mí de nuevo, pero Stephen la volvió a atrapar. Nunca la había escuchado gritar tanto. En un momento, mamá se tuvo que parar y cerró el cajón para que todos se calmasen.

Linda cayó en los brazos de Stephen y ahí se quedó. Ahora todo el funeral era silencio.

Nadie de aquí podía decirle nada a Linda. Ella era todo lo que el resto quería expresar.

Y yo no iba a volver. 

Eclipse ▸South Park Fanfic◂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora