Capítulo 15

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Capítulo 15

—¿Cómo conseguiste entrar a la academia, Irene?—Kendall, la bailarina principal del próximo ballet de inverno preguntó con total malicia, diciendo de forma errónea mi nombre apropósito

—Igual que todos los demás—respondí, ignorando su pulla, Eris la miró fijamente

—¿Segura? Porque todo mundo sabe que eres una amiga especial del señor Adrián Pertusgo, y que fue él quien habló con los directivos para conseguirte un lugar

—Te estás pasando, Kendall—Eris se levantó, preparada a golpearla de ser necesario. Jamás he hecho comentarios sobre mi relación con Adrián después de que descubrieran que en diferentes ocasiones había venido a recogerme

—No estoy diciendo ninguna mentira, Eris. Todos aquí nos hemos partido la espalda para conseguir un lugar y no es justo que ella lo consiga por sus contactos

—No tengo ningún contacto, hice los exámenes como todos ustedes y fui seleccionada por los jueces como todos ustedes. Y tampoco soy la amiguita especial de Adrián

—Por supuesto que no lo eres—Elle, otra de las chicas que odia mi presencia abrió la boca—Porque eres su prometida, ¿cierto?—no asentí ni negué ante sus palabras, simplemente la miré—Le robaste el prometido a tu hermana, ¿a poco no sabían eso?—preguntó, dirigiéndose a toda la clase—Aquí, la dulce Irina, le robó el prometido a su hermana mayor mientras esta estaba de vacaciones. Irina decidió sacar sus garras y atraparlo para ella, ¿o me equivoco?

—Ciertamente lo haces—todos se enderezan en su lugar ante la fuerte voz—Respondiendo a sus preguntas. No, Irina no me robó, fue al revés en realidad, soy tan egoísta, que no iba a permitir que otro hombre tuviera a, ¿cómo fue que la llamaste? ¿la dulce Irina? Bueno, en eso no estás equivocada, Irina es realmente dulce, y amable... Y todo lo que tu no eres—Adrián se acercó donde estaba Elle, mirando con miedo y fascinación a Adrián—¿Me puedes repetir tu apellido?

—Andrews. Elle Andrews—susurró, con su voz temblando

—Bueno, señorita Andrews, soy un hombre que detesta que hablen mal de su prometida, ¿qué deberíamos de hacer con usted?—todos sueltan un jadeo colectivo. Y no los culpo, Adrián podrá tener a todo mundo comprado con su encanto, pero no son idiotas y escuchan los rumores que corren sobre él—¿Qué opinas, Damon? ¿Alguna idea?—solo en ese momento, todos somos conscientes de la presencia escondida en la esquina

—Ya que le encanta tanto bailar, que lo haga sobre un montón de vidrios. Que gire y gire y gire. Como una pequeña bailarina en su caja de cristal, ¿poético, no?—todos observan a Damon, no saben si bromea o lo dice en serio, y ciertamente, yo tampoco sé qué creer

—Lo lamento, Irina... Lo siento tanto—Elle cayó sobre sus rodillas, y juntó sus manos, sus lágrimas caen con fuerza y su cuerpo tiembla por completo. Kendall se mantiene al margen, escondida detrás de otros compañeros. Sabiendo que tuvo suerte de no ser escuchada por Adrián

Adrián tomó mi mano con fuerza, y me jaló. Se detuvo a un lado de Elle y la miró

—Tienes suerte, hoy no estoy de humor para torturar a nadie

Me giré para ver a Eris y encontrar una expresión de horror en su rostro, pero simplemente me sonrió y levantó sus dos pulgares, parpadee, incrédula ante su actitud. Cualquier persona normal, como los demás, estarían asustados, pero ella no. Ni Henry, por mi visión periférica lo atrapé mirando con verdadera atención a Adrián y a mí, como si estuviera acostumbrado a ese tipo de amenazas

Damon, Adrián y yo salimos del teatro, dejando a los demás atrás, quizás todavía temblando de miedo

—¡Joder! Eso fue ¡fantástico!—exclamó Damon, riendo y brincando—Adrián invítame más seguido a recoger a Irina, ha sido fantástico asustar a un montón de idiotas. Hacía mucho que no me divertía así—lo miré horrorizada ante sus palabras

IneffableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora