Capítulo 22

1.9K 129 0
                                    

Capítulo 22

Un mes después del secuestro de Irina

2/?

—Auch—me quejé cuando el bebé decidió acomodarse y golpear una de mis costillas

—Tienes que dejar de estar cargando cosas pesadas, niña—asentí a las palabras del guardia que cuida la puerta, abrió la ventanita y dejó a comida y mis vitaminas en el suelo

—Estoy bien, solo... ¿A cuántos meses un bebé comienza a moverse?

—¿Y yo por qué voy a saber eso?—hice una mueca ante su brusca respuesta y guardé silencio, él soltó un suspiro—¿A los cinco meses?

—Patrick—volteó a verme—Gracias por traerme las vitaminas

—Si pudiera dejarte salir, créeme que lo haría niña, pero mi familia también corre peligro

—Lo entiendo, y no te preocupes, Adrián va a encontrarme

—A veces siento que te has inventado a ese extraordinario esposo tuyo

—¡Hola, Pato!

—Hola, Lucecita. Ve a ayudar a Irina con esas bolsas con ropa y ponlas todas en el armario—Lucecita, que es el apodo cariñoso que decidí ponerle a la pequeña que ya estaba aquí cuando llegué hace lo que Patrick le pidió

—¿Ninguna respuesta sobre quién es su madre biológica?—volví a preguntar por millonésima vez desde que llegué

—Solo una prostituta, te lo he dicho, niña. Lucecita es la hija de una de las tantas amantes de Scott

Guardé silencio, porque no creía eso, no estaba dispuesta a creer que Lucecita era hija de una de las amantes, hay una razón más por la que Carla ha decidido mantenerla con vida durante tanto tiempo. Patrick cerró la ventanita y escuché sus pasos alejándose

—¿Cuándo vendrá por nosotras el papá del bebé?—cerré los ojos durante un segundo, y volteé a ver a Luz

—Pronto, cariño, pronto—acaricié mi estómago durante unos segundos, antes de darme cuenta de lo que estaba haciendo y bajar la mano

Por el bien de mí bebé, espero que pronto

¿En dónde demonios estás, Adrián? Tú bebé y yo te necesitamos

[...]

Los ojitos de Luz me observaban con temor, le di una sonrisa temblorosa, tratando de ocultar el dolor que estaba golpeando con fuerza en mi abdomen. Tomé una respiración profunda

—Nina, ¿por qué el bebé te está atacando?

—No me está atacando, cariño... El bebé está creciendo y necesita espacio, por eso se mueve mucho, pero todo está bien

Me doblé del dolor cuando otra patada llegó con fuerza, tomé una respiración profunda

—¡Pato, necesitamos ayuda! ¡Pato!—Lucecita corrió a la puerta, golpeando con fuerza, y gritando el nombre del hombre que nos había estado cuidando hasta ayer

Hasta que Carla descubrió que me estaba ayudando a idear un plan para escapar y se lo llevó. Y yo le prometí que cuando saliera de aquí me haría cargo de su familia

Realmente esperaba poder cumplir mi promesa. Tantas promesas que tengo por cumplir

Adrián, te sigo esperando

[...]

Dos meses después del secuestro de Irina

El nuevo guardia es un idiota, pero tiene sentimientos, Luz vigila mientras él pone un pequeño espejo en la habitación, ayer le dije que jamás había visto mi panza en un espejo y hoy llegó con un pequeño espejo cuadrado, uno que tuvo que meter de contrabando, al igual que un nuevo paquete de vitaminas y calcio, porque según él, estoy demasiado pálida

Y le creo, porque últimamente me he sentido demasiado enferma. Demasiado adolorida, mi panza esta enorme, y cada vez se me hace más difícil levantarme de la cama, no nos alimentan correctamente y la falta de sol me está pasando factura. Hay momentos en lo que quiero rendirme, en los que quiero simplemente dejar este lugar atrás, pero Luz ya cuenta conmigo

—Niña hazte a un lado y deja que el hombre malo trabajé—Luz soltó una risa ante la amenaza juguetona del nuevo guardia, hombre que ha dejado en claro que nunca me dirá su nombre, porque cuando salga de aquí, no quiere que le diga a Adrián que no me ayudo

Porque él sabe que voy a salir. Yo que voy a salir, simplemente es cuestión de esperar a que ocurra. Acaricié mi estómago, dándole fuerza a mi bebé. Tú papá nos va a encontrar cariño, sé que lo hará

[...]

Terminé de cambiar con un vestido un poco más limpio a Luz y la acosté en la cama, antes de apagar la vela y acostarme junto a ella. Sus pequeñas manitas acariciaron al bebé, tratando de encontrarlo encajado en alguna parte de mi panza, como se pone cada noche

—Cuando salgamos de aquí, Nani, ¿me iré contigo?—tragué saliva, tratando de borrar el nudo en mi garganta cada vez que ella hablaba de un futuro a mi lado

—Por supuesto, ya quedamos en que eres la hermanita mayor de mis bebés, ¿quién estará con ellos y los cuidará si no eres tú?

—¿Y si el papá de los bebés no me quiere?

—¡Por supuesto que va a quererte!—la acerqué a mi lado y la llené de besos—Siempre estaremos juntos. Tú, el bebé, el papá del bebé y yo. Juntos formaremos una familia feliz, ¿te gusta la idea?

—Me encanta, Nani—besó mi panza y se quedó dormida, lágrimas silenciosas bajaron por mis mejillas, porque ni siquiera estaba segura de si en algún momento iba a poder conocer yo a mi propio bebé

—Me encanta, Nani—besó mi panza y se quedó dormida, lágrimas silenciosas bajaron por mis mejillas, porque ni siquiera estaba segura de si en algún momento iba a poder conocer yo a mi propio bebé

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


¡CONTINÚEN LEYENDO!

IneffableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora