Adrián Pertusgo

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Adrián Pertusgo

El cuerpo de mi solecito está sobre todo mi cuerpo, su cabeza está escondida en mi cuello. Su respiración es tranquila, aunque todavía se puede escuchar el pequeño hipo después de tantas horas llorando sin poder controlarlo

Levanté a Irina con cuidado de no despertarla, y la llevé a nuestra habitación. La deposité con cuidado en la cama, soltó un suspiro cuando su cabeza tocó la cama, quité sus zapatos, su enorme saco que servía para cubrirla del frío que estaban ocasionando las lluvias, y su pantalón. Quité también su sostén, dejándola simplemente con su playera y sus bragas, aunque la calefacción de la habitación estaba encendida, la cubrí con las mantas, manteniendo su cuerpo arropado. Besé sus labios y salí de la habitación

La furia seguía corriendo por mis venas, no entendí muy bien qué había sucedido en ese horrible restaurante, Fred simplemente me marcó para avisarme que venían de regreso y que Irina estaba muy mal

—Haz que Fred venga ahora mismo—le pedí a Jason cuando lo encontré en la cocina, asintió y dejó el vaso con whiskey en la mesa

Me bebí el líquido, tratando de calmar mis ganas de ir a cazar a toda la familia de Irina. Sus palabras se seguían repitiendo en mi cabeza, al igual que su llanto

—¿Me buscaba señor?

—¿Qué sucedió ahí dentro? ¿¡Por qué demonios llegó mi mujer con un ataque de ansiedad!?—golpee el vaso contra la mesa, quebrándose en el proceso

—Nosotros… nosotros nos quedamos afuera señor, tal y como pidió la señorita Irina. Usted mencionó que teníamos que hacerla sentir cómoda—pasé las manos por mi rostro

—Prepará al auto, vamos a salir

Fred huyó, y yo recogí los vidrios rotos. Tomé mi sacó, pero antes de salir fui por una pastilla para el dolor de cabeza y un vaso de agua, los deje en la mesita de noche de la habitación y salí del departamento

Había alguien que tenía que irse de mi ciudad ahora mismo

[...]

Emmy Scott

La puerta fue golpeada con fuerza, solté un suspiro de fastidio, pero me alejé de la cocina y dejé el bote de helado en la mesa. Volvieron a golpear la puerta, fruncí el ceño con confusión

Grité cuando la puerta fue arrancada de su lugar, astillas volaron por todas partes, me alejé de la escena con mis piernas temblando

Mi corazón comenzó a martillar con fuerza en mi pecho cuando mis ojos se enfocaron en el enorme hombre frente a mí. Tenía una expresión asesina. Furia grabada en su rostro, una de sus manos tenía sangre seca y sus nudillo estaban rojos

Su corbata había desaparecido y su camisa estaba arrugada, los primeros botones fueron arrancados de su lugar, todavía tenía hilos que lo demostraban

—Adrián…—susurré, y tropecé al hacerme hacía atrás

—¿Qué demonios le hiciste a mi mujer?—dijo, su voz sonando tan letal como su expresión

Y es que Adrián no se había hecho su apodo de diablo por nada. Le decían así por su guapura y encantó y por la vena asesina y traicionera que había en él. Había escuchado demasiadas historias de terror sobre cómo desaparecía a sus enemigos, y él siempre estaba presente, mirando, supervisando que no dejarán ni un rastro de ellos

Tampoco temía ensuciarse las manos con sangre, quizás algunos dirían que hasta disfrutaba de ello

Pero jamás me había tocado verlo de esta manera. Ni siquiera cuando vino abordarme hace cuatro años atrás, cuando descubrió mi implicación en la desaparición de Hanna. En ese momento estaba molesto. Pero ahora, estaba furioso

—No voy a volver a repetirme, Emmy. ¿QUÉ DEMONIOS LE HICISTE A MÍ MUJER?—caminó directamente hacia mí, tomando mi cuello en una de sus enormes manos. No me apretó, pero la amenaza estaba ahí. Tan intensa, que me hizo temblar

—N-no hice nada, Adrián. Mis papás hicieron comentarios, pero no fueron…—su agarré se apretó un poco, tragué saliva—por favor, Adrián. Estoy embarazada

—¿Qué dijeron tus padres?—preguntó, su voz tan fría que me dio escalofríos

Y comencé hablar, y con cada palabra o sonido que salía de mi boca su expresión se iba volviendo más agresiva y su agarré se iba apretando cada vez más

››Te quiero fuera de mi ciudad hoy mismo—murmuró, con sus ojos fijos en mí—Y no quiero que regreses, Emmy. Esta es mi última advertencia, te quiero fuera o voy a matarte

—No puedo irme, entiende por favor, mis papás..

—¡Me importan una mierda tus padres!—me interrumpió

—Adrián…

Traté de alejarme de él, pero no lo permitió, hasta que me empujó, abrí los ojos con sorpresa, el dolor en mi trasero me hizo reaccionar. Algo mojado manchó mi pantalón. Había roto fuente

—Desaparece o atente a las consecuencias

—Adrián, acabo de romper fuente, necesito que me lleves al hospital

Se rió, se hincó quedando sus ojos a la altura de los míos

—Por mí puedes morirte tú y ese bastardo que tendrás por hijo

Y salió de la habitación, me levanté y alcancé mi celular en la cocina, sentía mis ojos ardiendo por culpa de las lágrimas y el dolor

—911 ¿Cuál es su emergencia?

Di mi dirección y tomé mi decisión

Voy a ser completamente honesta, esta escena ni siquiera estaba planeada, pero no podía sacarme de la cabeza que sería capaz de hacer Adrián en un momento así

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Voy a ser completamente honesta, esta escena ni siquiera estaba planeada, pero no podía sacarme de la cabeza que sería capaz de hacer Adrián en un momento así.
Y es que, pueden criticarlo si quieren jaja, pero él siempre ha dejado claro que por Irina es capaz de quemar la ciudad y no tendrá ningún remordimiento por ello

Esté es el Adrián que conocen en los bajos mundos. Él que es capaz de destruir a quien sea, con tal de mantener a salvo a su solecito

Y bueno, ¿qué les pareció? y perdón la hora, pero repito, fue una escena sorpresa

IneffableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora