Libro 2 de la saga "Amores que duelen"
Ineffable: aquello que no puede ser expresado con palabras
No estaba destinada a casarme con él.
Yo soy el nuevo sacrificio que debe casarse con el solitario lobo feroz. Pero al contrario de lo que todo mundo...
—Solo necesito el permiso, lo prometo. Iris dijo que podía quedarme en su casa, así ustedes no tendrían que ir por mí—junté mis manos e hice un ridículo puchero, mamá siguió haciendo el postre para la cena y papá dejó de observar a mamá para enfocar sus ojos en mí
—Solo es una fiesta de universidad, cariño, no es necesario que vayas—dijo papá, revolviendo mi cabello, me alejé
—¡Papá, es la primera fiesta! Es sumamente importante que vaya, esa fiesta determinará mi vida social en los próximos cinco años que duré la carrera
—No lo sé, princesa. No me da confianza que vayas a una fiesta solamente con Iris
—Pero no iremos solas—alegué—Ahí estará Massimo y Nico—dije, tratando de ocultar la sonrojez de mis mejillas, papá me observó fijamente—Papá, por favor, nunca te pido nada—mamá se rio, pero siguió haciendo el postre
Sandrine me dio un golpe en la cabeza en señal de advertencia
—No seas mentirosa, niña, todos en esta casa sabemos que tú dices salta y tu padre te pregunta qué tan alto, y utilizas mucho esa ventaja contra él
Entrecerré los ojos en dirección de Sandrine, ella se encogió de hombros y comenzó a ayudar a mi mamá a preparar la cena. Theo bajó las escaleras jugando con las llaves del auto, mi mellizo me miró y yo negué
—¿Y tú a dónde vas?—preguntó mi papá en cuanto sus ojos cayeron en la ropa de salir que estaba vistiendo mi mellizo
—A una... fiesta—volví a negar. Se acercó y se sentó a mi lado—¿No conseguiste el permiso?—murmuró solo para que lo escucháramos los dos
—No—hice un puchero y él se levantó y corrió en dirección de mamá
—Mami, todos mis amigos irán a esa fiesta, yo tengo que ir—dijo, abrazando a mamá con fuerza y besando su frente, mamá simplemente se rio
—Deja de molestar a tu madre, Theo. Le marcaré a Nate y le preguntaré sí es verdad que Iris, Nico y Massimo irán a esa fiesta—dijo papá, sacando su celular, Theo y yo compartimos una mirada asustada
Mi celular sonó, salvandonos, contesté de una
—Lo siento, Dany, papá descubrió que Nico no iba a ir a ninguna fiesta y ya sabes que mis papás siguen un poco inseguros de dejarme ir sin guardaespaldas a ningún lugar—dijo Iris en cuanto respondí la llamada, solté un suspiro de salvación
—No te preocupes, Iris, vendrán más fiestas—dije lo suficientemente alto para que papá escuchará, tapé el micrófono y miré a papá—Iris ya no tiene ganas de ir a la fiesta, así que yo tampoco—dije y me subí corriendo a mi habitación—Papá estaba apunto de llamar al tuyo, tú llamada me ha salvado—dije, ella se rio de esa forma angelical que tiene para hacer cualquier cosa
—Nico y Massimo han estado charlando con papá desde hace un rato, los tres siguen ideando ponerme más guardaespaldas, es completamente molesto—dijo y me sentí completamente mal por ella
—Lo hacen porque te quieren—dije, haciendo una mueca aunque ella no pudiera verme
—Lo sé, solo... me gustaría ser normal, ¿sabes? No me gusta que vivan estresados por mi culpa. Estoy pensando en dejar el ballet, mamá dice que no hace falta, pero el tío Sebastián vendrá de visita y ahora no solo tendré a tres sobreprotectores, sino cuatro
—Pero el ballet es lo que te hace más feliz—escuché como soltó un suspìro de resignación y quise teletransportarme a su lado para darle un abrazo
—Nico dice que puedo ir a la empresa y trabajar junto a él
—Eso es fantástico
—Odio ir a la empresa, todos murmuran siempre sobre mí, llamándome la princesa discapacitada, es... molesto