Adrián Pertusgo
Recuerden que las escenas que narra Adrián son situaciones que pasaron después del capítulo anterior, pero antes del siguiente
Era un buen día en la ciudad, el sol estaba en el punto más alto, Irina seguía dormida gracias a las pastillas, mis hijos estaban recuperando su calor y su fuerza gracias a la incubadora. Todo indicaba que el día sería un bueno
Abrí la puerta y sonreí
Y solo va a mejorar a partir de aquí
—Sabes Carla, siempre creí que eras más inteligente—dije, la mujer ignoró mi presencia—Podías seguir fingiendo ser una buena madre, estar ahí para Irina y hasta te hubiera ayudado a expandir tu negocio
—¿Ser una madre para una pobre bastarda? Oh, Adrián, creo que me estás confundiendo con la madre Teresa. Yo no hago buenas acciones—murmuró, recargó su espalda en la padre frente a mí y sonrió—sigo sin comprender cómo un hombre tan poderoso cayó rendido a los pies de una pobre niña ingenua
—Emmy y yo, jamás iba a pasar, Carla
—Claro que iba a pasar, pero luego te obsesionaste con esa chiquilla tonta y mandaste todo el acuerdo a la borda
—Emmy jamás ha estado enamorada de mí. Yo jamás he estado enamorado de Emmy. Solo eras tú creando falsas situaciones
—¿Amor? ¿Quién habla de amor?—se levantó y caminó hasta quedar pegada a los barrotes de la pequeña celda—Yo hablo de poder, Adrián. Emmy es un buen activo. Ella pudo haberte ayudado a expandir el negocio, hacerte crecer, ¿de qué te sirve el amor cuando tienes poder, riqueza? Pero Irina, ¿ella qué puede darte para tu negocio?—ladeé la cabeza y sonreí
—Wow Carla, sí que nunca te diste la oportunidad de conocer a Irina. Si lo hubieras hecho, sabrías que es fuerte, inteligente, decidida y una buena persona
—¿Buena persona? ¿Y de qué le ha servido eso?—se burló—Es solo una niña ingenua—se burló y movió la mano para restarle importancia a mis palabras—Pero, quizás, Adrián, debas de agradecerme
—¿Agradecerte?—me burlé, ella asintió, totalmente en su papel
—La hice más fuerte. La volví desconfiada. Le mostré la maldad del mundo. Le rompí el corazón y la dulzura que había en él... ¡puf!—hizo el gesto con las manos de romper una burbuja—se esfumó—sonrió
—Irina jamás dejará de lado su dulzura, de eso me encargaré yo
—Ay, Adrián, ¡por favor! No seas ridículo, ¿realmente crees que ella volverá a confiar en ti?
Apreté los dientes. Porque había dado justo en el blanco, esa misma pregunta me venía haciendo yo desde hace tres meses
—Le fallaste. ¿Ya te contó cómo lloró y suplicó por un hospital cuando las contracciones comenzaron?—se rio—Fue todo un espectáculo. Ninguna mujer se recupera después de pasar por un parto sola y en una situación tan lamentable, ¿y sabes quién tuvo la culpa?—hizo el sonido de una campana—¡bingo! tú... Irina va a odiarte, quizás no hoy y no mañana, pero mientras esté contigo, siempre recordará lo que le hiciste pasar. Verá a tus hijos y sólo pensará en el odio tan enorme que siente por su padre y quien sabe, quizás hasta comience a odiar a sus propios hijos—se encogió de hombros y volvió a resbalar por la pared—Puedes hacer lo que quieras conmigo, ya acepté mi destino
La puerta se abrió de golpe, y Carla se quedó petrificada en su lugar, antes de comenzar a reír
—¡Eres una maldita perra desgraciada! ¡Voy a sacarte los ojos!—la esposa de Roan corrió a los barrotes, lista para pelear contra Carla

ESTÁS LEYENDO
Ineffable
Chick-LitLibro 2 de la saga "Amores que duelen" Ineffable: aquello que no puede ser expresado con palabras No estaba destinada a casarme con él. Yo soy el nuevo sacrificio que debe casarse con el solitario lobo feroz. Pero al contrario de lo que todo mundo...