Capítulo 16

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Capítulo 16

Adrián Pertusgo 

Goteo

Goteo

Goteo

El tintineo de las cadenas me hace sonreír de forma inmediata

—Ah, nuestro invitado se ha despertado, muchachos—Lizzie, Damon y Niklas observan todo en absoluto silencio, cada uno en una de las esquinas de la habitación 

Nuestro invitado buscó mi voz por toda la habitación oscura, la herida en su ceja seguía sangrando, de ahí venía el continúo goteo

—¿Q-qué mierda, Adrián?—tartamudeó y borré la sonrisa de mi rostro

Caminé al foco que iluminaba al pobre hombre, la luz llegó a mí, pero en forma de sombras. No hay peor tortura que la mental. Hacer que la víctima sienta miedo. Que sea lo único que sienta

—Sabes, he sido demasiado paciente contigo, hombre. Y yo no soy paciente—sus ojos se encontraron con los míos y su garganta se movió—Solo había una regla. Una sola

—A-adrián… no… fue un error 

—¿Lo fue, Scott? ¿Las lágrimas derramadas por mi mujer fueron un error?—trone mi cuello, tratando de mantener la calma. Mi voz se escuchó por toda la habitación, por culpa del eco

—Irina llora siempre—trató de reírse—ya sabes lo sensible qué es 

—No te atrevas a decir su nombre con tu asquerosa boca

—Tenemos un trato, Adrián. Yo dejaba que te casarás con Irina y tú nos dejabas en paz a Emmy, y a mí familia 

—Scott, ese fue tu error. Nunca debes hacer tratos con el diablo—parpadeó, y se sacudió, luchando con las cadenas

Solté un suspiro y lo golpee, cansado de su actitud y porque lucía como si fuera entrar en pánico y yo lo necesitaba concentrado en mí

—Irina jamás va a perdonarte si me matas. Esa chiquilla ama a su familia—asentí, de acuerdo con él

—¿Quién dijo que yo voy a matarte?—soltó un suspiro, tranquilizandose

—¿Solo querías darme una lección? Ya lo entendí. No volveré hacer llorar a Irina, y voy a encargarme de que mi esposa jamás vuelva a decir comentarios fuera de lugar—me reí—También haré que mi esposa ayude a Irina con la boda. Y voy a entregartela en el altar con una sonrisa en el rostro

—Scott—interrumpí su verborrea, solté un suspiro cansado. Golpeé su rostro dos veces—No te necesito en la boda. Tampoco necesito a la estúpida de tu mujer en ella

—Por supuesto que me necesitas—escupió sangre y tosió—Irina querrá que su padre la entregue—asentí, sorprendido de que se llamará a él mismo como su padre

—Entiendo… Tienes razón, Irina será entregada por su padre—él asintió, satisfecho con mis palabras, sonreí—Lastima que ese hombre no eres tú—me volteó a ver y negó

—Ella… ella no sabe la verdad, Adrián. Y vas a romperle el corazón si se la cuentas

—¿Lo haré? ¿Qué diferencia hay entre él y tú? Los dos han estado ausentes en su vida—chasquee—Pero los dos sabemos que si él se entera de la verdad, querrá estar en la vida de Irina, esa es la diferencia entre ustedes. A él le arrebataron la oportunidad

—A-adrián…

—Oportunidad que yo voy a devolverle—negó—Ahora, te presento a Lizzie—la aludida salió de su esquina con una sonrisa en el rostro, y jugando con un cuchillo

IneffableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora