Cap. 25. La dura verdad

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Minutos antes, después de cuestionar a nana Helga, Loki había salido corriendo en dirección al Jardín Real. Estaba indignado y muy dolido por haberse dado cuenta que no era un príncipe legítimo de Asgard, ni siquiera corría sangre asgardiana por sus venas. La ira y la frustración se apoderaban de él cada vez más. Las lágrimas de desilusión y resentimiento salían de sus ojos sin parar. Ahora entendía el porqué de esas preferencias con Thor... Odín, nunca pensó en él como un futuro rey.

Siempre había buscado la atención de su padre y resultó que era adoptado.
¿Por qué sus padres biológicos no lo quisieron? ¿Por qué lo dejaron a su suerte?
¿Era acaso verdad lo que Odín dijo, que su destino era morir en esas tierras congeladas?
Cada pregunta que se le agolpaba a la mente lo hacía enfurecer más. Quería gritar con todas sus fuerzas, sacar todo lo que sentía.

Era un dios lleno de poder y allí estaba ahora, tan impotente. Sentía que su vida había sido una mentira. Y resultaba que él era el dios de las Mentiras. Menuda ironía.
Por siglos, le habían escondido la verdad y ahora Loki sentía un dolor muy grande en su pecho. Su corazón estaba partido en dos y no sabía cómo unirlo de nuevo. Sollozaba y no había nada ni nadie que pudiera hacer algo. Su mundo se había derrumbado en una fracción de tiempo.

Claire lo miró asombrada cuando lo encontró en el jardín. Por un segundo, ella pudo ver el rostro de Loki. Estaba a un par de metros de él, y aún en la penumbra, pudo notar que él no estaba bien. Tenía expresión de un gatito perdido, temeroso y adolorido. Rápidamente él trató de recomponerse.

-¡Loki! Lo siento. Yo... no era mi intención -dijo ella, asustada y apenada.

-¿Qué haces aquí? -preguntó él secamente, dándole la espalda -Este jardín es privado.

-Tu madre me envió por una flor medicinal para tu padre.

-Mi padre... -dijo Loki sarcásticamente-. Mejor vete de aquí.

Claire no dijo nada. Era obvio que algo le pasaba a Loki.

-¿Qué te sucede? -preguntó ella.

-Nada, ¿No te han enseñado lo que es la privacidad?

-Tienes razón. Quizá no me importe -contestó ella-. Pero talvez puedes contarme y puedo ayudarte.

-¿Tú? ¿Ayudarme? -rio Loki con sarcasmo, sin mirarla-. Sí, claro. Déjame solo, ¿Quieres?

-Bien, solo me llevo la flor -dijo ella, frunciendo el entrecejo.

Claire miró en dirección a los arbustos que estaban a un costado, y ahí se encontraba, tal como Frigga le había dicho, la flor de color naranja. Su brillo parecía mayor por el reflejo de la luz de las estrellas. Ella observó que habían varias flores iguales alrededor.

Claire se acercó y tomó el tallo de la flor que tenía enfrente y lo dobló varias veces para cortarla hasta que lo logró, la metió en la bolsa del vestido y ya iba a marcharse, pero se detuvo y giró para ver a Loki que seguía en la misma posición de espaldas, con sus puños cerrados. Entonces, se sentó en una banca que estaba a unos pasos.

-Mira, no sé que sea lo que te haya pasado. Pero siempre es bueno contarlo a alguien -dijo Claire amablemente, sin saber exactamente porque había vuelto.

Loki no podía creer lo que ella le decía. "Está loca", pensó él.

-¿Y crees que no hay muchas más personas aquí a quien yo pueda contarle, qué es lo que me pasa o no me pasa? -preguntó él en tono evidentemente molesto-. ¿Por qué crees que te contaría a ti?

Claire no contestó de inmediato.

-Bueno, no veo a nadie más por aquí, ¿Sabes? -dijo ella, no muy segura de lo que estaba haciendo-. Me voy a sentar y esperaré. Si nadie más aparece, talvez puedas contarme.

Eternamente. Siempre: Una Historia En El Tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora