El vestíbulo del Café Royal está de lo más animado, la majestuosidad impresionante.
Entramos en el pequeño y recargado ascensor, ambos en silencio mientras nos lleva arriba. Jisung me mira de soslayo unas cuantas veces, sin soltarme la mano. Cuando la puerta se abre, nos asalta una sinfonía de sonidos: música, parloteo, risas. Doy un paso adelante, pero noto la resistencia de Jisung.
—Todos tienen ganas de verte —digo, para que se sienta seguro—Y no te dejaré solo en ningún momento.
—¿Y si necesito ir al servicio?
—Iré contigo —digo como si tal cosa, porque es lo que pienso hacer. Me sonríe, a sabiendas de que lo haré, y sale del ascensor—Si hay demasiado ruido, me lo dices. —No quiero que se le despierte el dolor de cabeza.
—¿Qué harás? ¿Pedir a todo el mundo que se calle y ordenar a Nichkhun que apague la música?
Le sonrío, no es preciso que conteste. Sabe que también haría eso.
—Ya, una pregunta tonta —dice sacudiendo la cabeza—Claro que lo harías.
Cruzamos el umbral de la sala y noto que Jisung me aprieta la mano.
—Relájate —le digo tranquilamente mientras cojo una copa de champán de una bandeja que me ofrecen y le quito la mano. Le doy el champán—A sorbitos.
—Vale.
Se bebe la copa de golpe, echándose hacia atrás con sigilo cuando voy a cogerlo.
—Demasiado lento, Lee —musita, y deja la copa en la bandeja.
Con esta chico no hay quien pueda.
—Pagarás por esto.
—Me muero de ganas.
Sube la mano y saluda, y no tarda en sumarse a nosotros Yuna.
—Enhorabuena, Yuna. Estás preciosa —le dice Jisung, cogiéndolo de las manos y haciendo que extienda los brazos para admirar el vestido de Yuna en todo su esplendor.
—Gracias por venir. Significa mucho para Nichkhun y para mí.
—No me lo perdería por nada del mundo. —Jisung me mira de reojo y menea ligeramente la cabeza para darme a entender que le dedique algo de atención a la protagonista de la velada.
—Impresionante, de verdad —gruño prácticamente, apartando los ojos de mi chico justo cuando Nichkhun se une a nosotros.
El traje impecable, como era de esperar. Da a su prometida un cariñoso beso en la mejilla y después se centra en Jisung. No quiero que le dé mucha importancia a su presencia. Que todo el mundo comente que ha venido no será de mucha ayuda.
—Jisung, estás espectacular. Gracias por venir. Y ahora, si no os importa que os robe a mi preciosa novia.
—Claro que no, vete. —Jisung los echa y se aprovecha del camarero que pasa por su lado mientras yo le estrecho la mano a Nichkhun.
—Despacio —advierto cuando se lleva la copa a los labios.
El cristal descansa en su labio inferior unos instantes mientras él sopesa mis formas, cada vez más bruscas. Después hace alarde de dar el más leve, mínimo de los sorbos.
—No me provoques, cariño.
Le cojo la mano y me abro paso entre el gentío, asegurándome de despejar el camino mientras tiro de mi bebé.
—Ahí está Changwook —dice Jisung, señalando el bar—Y Jessica.
¿Ha venido con alguien? Cambio de rumbo deprisa, dirigiéndome hacia ellos. El grandullón sonríe, probablemente más de lo que yo le haya visto nunca, y ha hecho un verdadero esfuerzo: el traje negro que lleva es nuevo, eso seguro y la camisa blanca almidonada. En cuanto me ve, la viva sonrisa se vuelve una mirada ofensiva. Una mirada que podría hacer que se contrajera cada uno de mis músculos, y tengo muchos. Pero, claro está, no hago ni caso de su repentina pose amenazadora.
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Demolition
RomanceJisung no puede recordar nada de los últimos nueve años de su vida. Minho deberá hacer todo lo que esté en sus manos para que él recupere su memoria y conseguir que se enamore perdidamente de él de nuevo. Tendrá que tener de nuevo esa picardía con...